Diversidad, representación e igualdad: estos son algunos de los jóvenes que están cambiando las reglas
Hablamos con los artistas y creativos en un reportaje que precede a una serie de entrevistas en la web de ICON que nos permitirá conocer mejor a los jóvenes que están cambiando la cultura española desde el ‘underground’ y con unas nuevas reglas (o tal vez sin ninguna).
“¡QUÉ GUAPA! ¿Te haces una foto conmigo? De verdad, muy pocas personas en el mundo me han emocionado como lo has hecho tú”. Con un entusiasmo al borde de la lágrima, un transeúnte de un barrio del este de Madrid acaba de personificar con su interrupción la importancia de los referentes en la ficción. “Tampoco te creas que estoy acostumbrada a estas cosas”, se excusa la aludida, Lola Rodríguez, de 21 años, que en pocos meses ha pasado de ser una estudiante de Erasmus en Lisboa a una de las intérpretes del momento.
Junto al resto de talentos que llenan estas páginas, la actriz c...
“¡QUÉ GUAPA! ¿Te haces una foto conmigo? De verdad, muy pocas personas en el mundo me han emocionado como lo has hecho tú”. Con un entusiasmo al borde de la lágrima, un transeúnte de un barrio del este de Madrid acaba de personificar con su interrupción la importancia de los referentes en la ficción. “Tampoco te creas que estoy acostumbrada a estas cosas”, se excusa la aludida, Lola Rodríguez, de 21 años, que en pocos meses ha pasado de ser una estudiante de Erasmus en Lisboa a una de las intérpretes del momento.
Junto al resto de talentos que llenan estas páginas, la actriz canaria, que da vida a Valeria, la biógrafa de la vedette trans Cristina Ortiz en la celebrada serie Veneno, es la encarnación de una transformación imparable. Una generación de artistas que demuestran la velocidad de su compromiso transitando por diferentes disciplinas, pero con la misma reivindicación ante una sociedad sorda durante demasiado tiempo: diversidad, representación, igualdad.
Para una de sus compañeras de reparto, la debutante Alex Saint, ser felicitada por espontáneos es todo un sueño. Engordando el cliché, llegó al casting solo en calidad de acompañante y Los Javis, fascinados, añadieron una nueva categoría a su ya florido currículo: fotógrafa, instagramer y maquilladora de estrellas. Saint pide aprovechar el tirón mediático de la serie para hacer efectiva la inclusión anhelada. “Las jóvenes trans ahora saben que pueden ser lo que se propongan... No queremos más que nadie, pero tampoco menos”. Una demanda de visibilidad compartida con Calvin Klein, que, con plataformas como CK1 y proyectos como #ProudinMyCalvins, da voz a aquellos jóvenes que, a lo largo del amplio espectro del colectivo LGTBQ+, inspiran orgullosos la lucha contra los conflictos de identidad de género, de orientación sexual y de raza.
Callar ante las injusticias no es algo negocia- ble en el caso de quienes conforman, de forma deliberada o no, una nueva voz activista como catalizadora del cambio necesario. El cantante Stephen Please, referente del emergente bedroom pop y miembro de las formaciones indies Axolotes Mexicanos y No Fucks, es explícito al respecto: “Me da rabia el discurso de los grupos de ultraderecha. Tener que pasarlo mal porque sí, sin haberle hecho nada a nadie”. El modelo afroespañol Luis Mba Ndong Atangana, cofundador de la firma AMO Studio, decidió subirse a las pasarelas para paliar la falta de representación. “Desde el colegio me ha marcado mucho el racismo, el no sentirme bello, porque durante toda mi infancia y adolescencia me han negado que fuera una persona bella. El colorismo va de la mano del racismo, porque también hay privilegios según el tono de piel. Soy dark skin, que impli- ca un pelo muy rizado, nariz más grande... Cuanto más oscuro eres, más discriminación vives. Y cuanto más claro, más privilegios”, explica.
Fluir. Ese es el verbo que se repite en el discurso de todos ellos y en el de la industria de la moda más reciente. Así lo corrobora Gonzalo Alonso, clarinetista, bailarín de danza contemporánea y maniquí para diseñadores como Palomo Spain. Un perfil multidisciplinar que, en parte, achaca a los malos momentos que pasó durante su infancia por su orientación sexual. “No agradezco lo que me hicieron, pero el hecho de tener una niñez más sórdida y no tan normativa hizo que desarrollara unos gustos especiales de los que me siento orgulloso”.
Huyendo de la realidad impuesta, artistas como Alejandría o Perla Zúñiga desarrollan proyectos moldeados por sus propias vivencias. El primero conjuga la fotografía, la performance y la producción musical para dar forma a mundos tan provocativos como escapistas. “En mi trabajo busco defender los derechos del colectivo y cambiar la perspectiva de pensamiento, pero no me considero un activista... Todos deberíamos tener esos mínimos”, defiende. Los versos de Perla, dj, poeta y videoartista, son consecuencia de un diagnóstico de cáncer que, a los 19 años, supuso el final de su anterior yo, Rubén. “Si bíblicamente la mujer nace de la costilla de un hombre, yo nazco de una costilla de titanio hecha por una impresora 3D”, confiesa la madrileña, que ha centrado el grueso de su obra más allá de lo racional y normativo. Zonas que, asegura, son “refugios nocturnos” producto de su convivencia diaria con la ira intolerante. “Siempre que salgo a la calle recibo una mirada de alguien que me odia y que quiere transmitírmelo”.
En el caso de Lola Rodríguez, antes de las peticiones de selfis ya ofrecía charlas sobre la experiencia de su transición. “Desde pequeña siempre he sido ‘la otra’, ‘la rara’, ‘la trans’. Ahora me he reconciliado conmigo misma. Me siento empoderada”, concluye. Sus palabras abrazan el sentir de esta generación de talentos: es hora de abandonar las sombras para exponer, a plena luz del día, quiénes son y qué hacen.
A partir de la semana que viene, siga en ICON diariamente los perfiles individuales de cada uno de estos jóvenes que están cambiando la cultura española desde el underground y con unas nuevas reglas (o tal vez sin ninguna).
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