Diseños sin aristas: Avellaneda reivindica la suavidad en su nueva colección de gafas

Lo nuevo de Mó x Avellaneda aplica exigentes técnicas de modelado a una línea inspirada por sus obsesiones de siempre: la elegancia de la época ‘disco’ y la calidez mediterránea

El diseñador Juan Avellaneda es uno de los protagonistas de su colección de Mó para este otoño.

Juan Avellaneda es un diseñador de conceptos claros e ideas definidas. Durante un viaje a Japón, se encontró con que las tiendas de diseño, moda y complementos estaban llenas de objetos que habían sustituido las aristas propias del diseño industrial por suaves bordes biselados y curvos. Y pensó trasladarlo a una de sus colecciones más populares, la línea de gafas que produce desde hace varias temporadas con Mó de Multiópticas, la línea más sofisticada y más ligada al diseño —t...

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Juan Avellaneda es un diseñador de conceptos claros e ideas definidas. Durante un viaje a Japón, se encontró con que las tiendas de diseño, moda y complementos estaban llenas de objetos que habían sustituido las aristas propias del diseño industrial por suaves bordes biselados y curvos. Y pensó trasladarlo a una de sus colecciones más populares, la línea de gafas que produce desde hace varias temporadas con Mó de Multiópticas, la línea más sofisticada y más ligada al diseño —tienen colecciones también firmadas por Palomo Spain, Teresa Helbig, Juanjo Oliva o Silbon— de la empresa española. Le dijeron que sí, aunque el proyecto no carecía de dificultades. “Quería cambiar la estructura de las gafas, jugar con los formatos bold, sin vértices rectos”, explica. “Parece una tontería, pero a nivel de patronaje es muy complicado, porque implica hacer el trabajo casi a mano. Con este desarrollo hemos tardado un año y medio, mucho más de lo habitual, pero queríamos que quedara perfecto”. El proceso de diseño, cuenta, ha sido un trabajo conjunto con el equipo interno de Mó, pero sin líneas rojas. “Es genial que te den facilidades para crear en un ámbito como el de los accesorios, que es algo que como diseñador no te puedes permitir”, reflexiona. “Y en este caso siempre me han dado una hoja en blanco, sin límites, para hacer lo que yo quiera”.

Corren buenos tiempos para Avellaneda, un diseñador que ha sabido aprovechar su presencia en medios de comunicación, las colaboraciones televisivas y sus propias redes sociales para consolidar lo fundamental: su marca propia de prêt à porter, que en 2024 cumplirá su primera década de vida, y que no ha dejado de crecer a través de colecciones propias, colaboraciones con otras firmas y una apuesta por el lujo adaptada al entorno online. Su colaboración con Mó, en todo caso, es uno de sus proyectos más longevos, quizá porque entraba en sus planes desde el principio. “Siempre he querido hacer gafas, siempre pienso que es lo que complementa el look”, recuerda. Antes de empezar a colaborar con Multiópticas, el barcelonés asegura que las gafas, después de los zapatos, eran el objeto más repetido y coleccionado de su guardarropa. “Tenía cientos”, explica.

Avellaneda, en una imagen de la campaña de Mó de Multiópticas.

Tras varias colecciones de sol y óptica, esta nueva propuesta, de monturas contundentes y de bordes redondeados, llega este otoño. Y lo hace fiel a sus señas de identidad de siempre: en el interior de cada funda, que ahora es naranja intenso, hay una reproducción de su estampado Salvador, un motivo que desarrolló en 2018 para una colección de tejidos decorativos. En esta exuberante chinoiserie con ecos surrealistas —por ejemplo, flores provistas de ojos— hay un homenaje no velado a Salvador Dalí; cuando la diseñó, no imaginaba que acabaría siendo un símbolo de su línea óptica. “Este estampado me da buen rollo, es el primer que hice y me gusta el juego que plantea”, afirma. “En él, las flores tienen ojos. Era un encaje muy obvio para una colección óptica, pero a veces lo obvio es fantástico y no hay que darle más vueltas”, bromea.

Los ocho modelos de la colección —cinco de sol y tres de gafa graduada— son unisex, como todos los de sus cápsulas, y celebran con tonos terrosos y dorados el cromatismo otoñal. Lo mismo sucedía con el suave color melocotón que aportaba calidez al espacio donde se estrenó la colección, en el pabellón de IFEMA que la semana pasada acogió la última edición de la pasarela Mercedes-Benz Fashion Week Madrid. Calidez mediterránea y otoñal para una colección que, fiel a la filosofía de su creador, reclama que en la moda la clave no está en inventar la rueda cada seis meses. La elegancia pragmática de sus colecciones de moda —donde abundan la sastrería, las camisas y blusas, las joyas con motivos de bambú y los guiños a la época disco— es la misma que respiran estas gafas que, confiesa Avellaneda, le quedarían de maravilla a Diana Ross o a Salvador Dalí. Estos nombres ya estaban en los paneles de inspiración de sus primeras colecciones; quizá, a fin de cuentas, la clave para resistir sea algo tan sencillo y complejo como la coherencia.

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