Toni Kroos: “Solo soy bueno cuando juego para el equipo. Por mi cuenta, no soy tan bueno”
El centrocampista alemán del Real Madrid, que acaba de renovar por una temporada más, habla sobre su madurez en el campo, su década en el club merengue y cómo Heynckes le enseñó a demostrar calidad sin balón
Es 27 de abril y Valdebebas, la ciudad deportiva del Real Madrid, es un enorme plató donde se suceden rodajes publicitarios y compromisos en los que las estrellas del equipo masculino y femenino van de un lado a otro. También circula por aquí la nueva camiseta que Adidas ha diseñado para el club la próxima temporada: blanca con detalles dorados. Hay calma tensa: perdido el tren de la Liga, el Madrid se juega pasar a la final de Champions contra el Manchester City. Faltan unos días para ...
Es 27 de abril y Valdebebas, la ciudad deportiva del Real Madrid, es un enorme plató donde se suceden rodajes publicitarios y compromisos en los que las estrellas del equipo masculino y femenino van de un lado a otro. También circula por aquí la nueva camiseta que Adidas ha diseñado para el club la próxima temporada: blanca con detalles dorados. Hay calma tensa: perdido el tren de la Liga, el Madrid se juega pasar a la final de Champions contra el Manchester City. Faltan unos días para la victoria en la final de la Copa del Rey y para la durísima derrota en Inglaterra que descabalgó al Madrid de su sexta final en nueve años. Pero aquí nadie lo sabe aún. Mucho menos el jerarca del centro del campo, Toni Kroos (Greiswald, Alemania, 33 años), que posa para las cámaras. Hay un calor de espanto, pero el alemán no suda.
Bonita camiseta. Mi color favorito es el blanco, así que estoy en el club perfecto. Y me gusta el dorado que aparece otra vez, como en la temporada 19/20. Está muy chulo.
Lo más importante quizá sean los títulos que cuelgan de ella. ¡Lo más importante y lo más difícil! Eso no depende del diseñador.
¿Con quién habla más antes de salir al campo? ¿La verdad? Con muy pocos. De táctica ya normalmente hablamos en Valdebebas si jugamos en casa, o en los hoteles si jugamos fuera. En el vestuario ya estamos con frases de motivación, o hablamos de la de la alineación del rival, que a veces la cambian a última hora y se habla de eso: “Oye, juega este”; “Oye, este igual juega por tu lado”.
Usted está en la zona más delicada del campo, el eje. Cuando se habla de las remontadas del Madrid se menciona el ataque, los últimos minutos, el vértigo. Pero menos que el equipo, con 2-0 en contra, no se ha descompuesto, no se ha desordenado, resiste sin partirse. Mantenimiento táctico. Y creer en tu calidad en todo momento, a pesar del resultado. También hay algo psicológico: al haberlo hecho muchas veces, la confianza crece y el equipo se lo cree. Sabes que si aguantas, el partido te dará una oportunidad de volver. Y que tus compañeros tienen la misma mentalidad porque no se rinden: saben que se puede hacer. Nunca nos vamos del partido.
¿Eso pesa en el contrario? Los rivales saben que nosotros siempre volvemos aunque estemos por debajo, que hasta que el árbitro pita vamos a estar ahí. En la temporada de la 14ª Champions se notó mucho: una ocasión nuestra o un gol cuando estamos perdiendo cambia los partidos también contra rivales fuertes. Empiezan a pensar que pueden perder, que puede pasar porque ya pasó antes. Y en el Bernabéu el estadio se despierta, se levanta y al final es un jugador nuestro más. Todo eso influye en nuestro juego, e influye en el juego del rival.
Contó Guardiola la temporada pasada que se dio cuenta de que iban a perder cuando, después del 1-1, su portero sacó en largo y el balón llegó a Courtois. Es que el juego del rival puede cambiar. Es una presión muy grande. Y ellos empiezan a pensar, a hacer cosas que no son naturales. Es el caso del City y de ese partido, por ejemplo.
Para un jugador como usted, tan táctico, ¿qué supone Ancelotti, que da más libertades a los jugadores en el campo? No es así. Con Carlo siempre hay una táctica y una idea para cada jugador. Y algo más importante: nos conoce perfectamente y sabe que siempre vamos a intentar lo mejor para el equipo. ¿Y qué es lo mejor? Que no queramos brillar cada uno por nuestra cuenta. Mi idea del fútbol, la base de mi juego, es que yo solo soy bueno cuando juego para el equipo. Esa es mi calidad. Si hago algo por mi cuenta, no soy tan bueno. Juego para ayudar. Cuanto mejor jueguen los demás, mejor seré yo. Carlo sabe que no me tiene que decir qué hacer en cada situación.
¿Cómo describiría el juego del Madrid? Lo más importante, y lo que hicimos bien en los últimos años, es que nos adaptamos. Yo prefiero tener el balón y dominar los partidos, pero hay días en los que nuestra calidad se basa en tenerlo menos y crear espacios. Con nuestros delanteros podemos hacer rápidamente más daño al rival. Si solo tienes una idea puede ir bien, pero pueden ponértelo difícil en algunos partidos; si el rival tiene la misma idea que tú, y está mejor ese día, sabemos adaptarnos para seguir haciendo daño de otra manera. Jugamos bien con el balón, pero hemos sufrido mucho en algunos partidos sin él, lo sabemos hacer. Y lo más importante es que aprendes a sentirte cómodo así, aunque no sea fácil para jugadores como yo, que quieren el balón: hay que aceptar que hay momentos en donde no lo tienes y lo que hay que hacer es defender y explotar las contras o los errores del rival.
Flexibilidad para poder cambiar. Y también para ayudar al compañero que está más cerca. Nosotros desde detrás vemos cosas que no ven los de arriba. Es importante hablar entre nosotros, explicarle al otro lo que ves tú y él no. El fútbol hoy es rapidísimo, los rivales te aprietan, no hay tiempo para pensar. Por eso es fundamental que todos nos arropemos.
¿Se ve de entrenador? No, no.
Si no hubiese sido futbolista, ¿qué hubiera sido? Mira, siempre fui futbolista.
¿Siempre? Me decidí muy temprano. Con 16 años me fui a Múnich para firmar mi primer contrato con el primer equipo [el Bayern].
No deja de ser un juego. Ustedes crecen en el campo, ¿y siguen pasándolo bien como niños? Bueno [sonríe]. Hay más presión, hay fases peores y mejores. Juegas para muchos fans en todo el mundo, así que hay una responsabilidad que de niño no tienes. Pero hay momentos en los que te olvidas, en los que disfrutas como cuando eras niño.
¿Sigue aprendiendo? Sí, claro. Cada año un poco menos porque he vivido muchas situaciones en los últimos 15 años. Pero sí. Yo siempre estoy abierto para seguir aprendiendo. Porque mi idea siempre es mejorar. Da igual la edad que tengas o lo que hayas ganado. Los rivales también te conocen mejor en cada partido. Y para seguir poniéndoselo difícil es importante mejorar.
Va a cumplir una década en el centro del campo del Madrid. Modric, 12 años. Estamos ahí para que los demás se sientan seguros, y para estar nosotros seguros y cómodos en el campo. Porque si algo aprendí es que para jugar bien, lo primero es sentirte cómodo. Eso es lo nosotros intentamos hacer, lo que nosotros intentamos dar al equipo. No somos los que solo defienden ni los que meten tres goles por partido, pero nuestra zona es fundamental para una cosa y para la otra.
¿Cuál es el mejor consejo que le han dado en el fútbol? Con 19 años tenía a [Jupp] Heynckes en Leverkusen como entrenador. Él veía mi talento. Venía de un tiempo en el que no jugaba mucho y me dio toda su confianza. Pero me dijo algo: “Al fútbol también se juega sin balón. Yo veo tu calidad con el balón, pero solo con eso no vas a llegar a llegar a lo más alto. Siempre puedes jugar para un buen club y jugar bien. Pero para ser top mundial tienes que trabajar un poco más”.
¿Y cómo es ese juego sin balón? La presión, los emparejamientos. Con los años he mejorado mucho esos aspectos. Si uno no defiende se lo pone muy difícil al equipo, y es casi imposible robar los balones de los rivales muy buenos.
¿Qué le diría el Kroos de ahora al Kroos adolescente? Que siga trabajando, que crea en lo que quiere conseguir. Y que lo consiga otra vez.
¿Esperaba esta década en el Madrid? ¿Tres champions seguidas? ¿Cinco en ocho años? Yo esperaba cosas grandes, pero no esto. Y eso que venía de un club grande como el Bayern de Múnich. Llegué con la idea de jugar aquí muchos años, de tener mi sitio, de demostrar mi calidad, de tener una buena relación con el club y pensaba: ojalá pueda ganar títulos y ojalá, ojalá una Champions. Eso pensaba hace diez años.
Realización: Cristina Malcorra. Asistente de fotografía: Borja Llobregat y Steve Pane. Asistente de estilismo: Andrea Regueiro.
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