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Cómo conseguir un auténtico gin tonic clásico

Lejos de artificios y modas, Gin MG apuesta por los métodos tradicionales y la calidad de los ingredientes para conseguir un sabor atemporal y lleno de matices.

Es una de las bebidas más populares de todo el mundo, y lo lleva siendo desde hace más de un siglo. El gin tonic, como varios de los grandes inventos de la humanidad, nació por accidente y acabó quedándose entre nosotros. Creado en el siglo XIX por los soldados británicos en la India para tomar la quinina que les protegía de la malaria, su sabor se fue extendiendo por todo el mundo. Más de cien años después, no solo está vigente sino que un estudio de la consultora IRI estima que, en España, es el combinado más bebido fuera del hogar.

Para ese auge, hay una clave: su versatilidad. Otro estudio, en este caso de Nielsen, ocho de cada diez gin tonics que se consumen en nuestro país se toman durante el día. Esa combinación de amargor, burbuja y aromas herbáceos lo hace perfecto tanto para una sobremesa como para un aperitivo o un plan nocturno. Tanta popularidad también conlleva que se intente reinventar la rueda. Cada año aparecen incontables interpretaciones, elementos diferentes que se incorporan en la búsqueda de la innovación. El sabor clásico, sin embargo, permanece imbatible.

Con más de 80 años de historia, Gin MG es la primera ginebra elaborada en España.

Esa fidelidad a lo clásico es la que ha guiado a Gin MG desde que, hace más de 80 años, se convirtiese en la primera ginebra española. Siguiendo los dictados de la elaboración de la London Dry Gyn, se basa en ingredientes naturales de máxima calidad y huyendo de artificios o aditivos. El enebro, el elemento base de la ginebra, crece de manera silvestre en la finca familiar de los creadores de esta destilería y se recoge y selecciona a mano. Después es destilada de manera natural en alambique de cobre. Ese proceso da como resultado un color limpio y brillante, con notas de enebro y hierba mojada en su aroma y una buena integración y suavidad en boca.

En busca del perfect serve

Una vez que se cuenta con una ginebra clásica y equilibrada, el siguiente paso para un amante del gin tonic es conseguir el perfect serve. Ese santo grial de la bebida en el que todos los elementos se conjugan a la perfección y se complementan. Aquí es donde muchas veces el exceso de creatividad enturbia un sabor que ha prevalecido durante décadas. Para conseguir esa ecuación en la que todo encaja, solo hay que seguir unos sencillos pasos.

1. Añade, cinco o seis hielos y agítalos hasta que el vaso esté bien frío. Después, elimina el agua sobrante.

2. Añade entre 4 y 5 cl de ginebra. Ni más ni menos. Aquí puedes añadir un twist de limón.

3. Para no romper las burbujas que contiene la tónica premium, viértela muy despacio.

4. Una vez esté todo listo, mezcla todo a la vez y de arriba abajo.

5. Antes de beber, espera. El gin tonic perfecto necesita un minuto para reposar.


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