Quién es Mark Dyer y por qué la prensa británica piensa que puede unir de nuevo a Enrique y Guillermo de Inglaterra
El exoficial de la Guardia Galesa no solo cuidó de los príncipes tras la prematura muerte de su madre, Diana de Gales, sino que se convirtió en un gran confidente en su adolescencia y, a pesar de mostrar una clara predilección por el duque de Sussex, no ha recibido el rechazo del heredero al trono
No es tarea fácil negociar la paz entre príncipes, pero si alguien puede hacerlo ese es Mark Dyer. Así lo consideran el diario británico The Telegraph o el tabloide Daily Mail. El primero describe a quien fue escolta de Carlos III y tutor de los príncipes Guillermo (41 años) y Enrique (39) durante su infancia y adolescencia como “feroz, pero justo”. Dyer, de 56 años, no solo los protegió y cuidó después de la prematura...
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No es tarea fácil negociar la paz entre príncipes, pero si alguien puede hacerlo ese es Mark Dyer. Así lo consideran el diario británico The Telegraph o el tabloide Daily Mail. El primero describe a quien fue escolta de Carlos III y tutor de los príncipes Guillermo (41 años) y Enrique (39) durante su infancia y adolescencia como “feroz, pero justo”. Dyer, de 56 años, no solo los protegió y cuidó después de la prematura muerte de su madre, la princesa Diana, en 1997, sino que también se ganó su confianza. Tanto, que se ganó el apodo de “segundo padre” de los jóvenes príncipes. Ahora, es catalogado como “el único que podría arreglar la disputa entre Enrique y Guillermo”.
Todos los ojos están puestos sobre la monarquía británica desde que el pasado lunes 5 de febrero se conoció que el rey Carlos III padece cáncer. Al día siguiente, esas miradas se centraron en Enrique, que voló de inmediato desde Los Ángeles a Londres para ver a su padre. La visita fue corta, se pudieron ver durante unos 30 minutos en Clarence House, en la que fue su primera reunión en 17 meses, y al día siguiente ya estaba otra vez de vuelta en Estados Unidos. A quien el duque de Sussex no vio fue a su ocupado hermano, el príncipe Guillermo, que es quien ha tomado el protagonismo de las actividades públicas de la familia real ahora que su padre está fuera del foco. Los dos hermanos están profundamente distanciados, sobre todo desde que salieron a la luz las incendiarias memorias de Enrique, Spare (En la sombra), donde carga duramente contra el futuro rey, y el documental de Netflix Enrique y Meghan. Pero las esperanzas de una reconciliación no están perdidas mientras el discreto Dyer siga moviendo sus hilos o, al menos, así opina la prensa británica.
El exoficial de la Guardia Galesa, que anteriormente fue escudero del rey en la década de los noventa, conoce de primera mano lo que puede estar pasando por la cabeza de Carlos III porque él mismo ha luchado contra un cáncer de estómago en los últimos dos años. “Agradable y astuto”, según le describe The Telegraph, en 2009, ya retirado del servicio real, estableció y dirigió con éxito una cadena de pubs y ocho años después los vendió por más de 10 millones de libras ―11,7 millones de euros―. El príncipe Enrique fue acomodador en su boda, en 2010, y el duque le devolvió esta muestra de confianza cuando le invitó a su boda con Meghan Markle en el castillo de Windsor en 2018. Volvieron a cruzarse los favores cuando Dyer nombró a Enrique padrino de su hijo Jasper, y luego Enrique hizo lo propio nombrando a Dyer padrino de Archie, nacido en 2019.
La estrecha relación entre Dyer y los príncipes viene de lejos. Fue el encargado de visitar a Guillermo durante su estancia en el internado de Eton, al que más tarde asistió Enrique, y ayudó a este último a fomentar sus relaciones amorosas protegiéndole de los paparazzis, según explica el medio británico. Más tarde, le acompañó en su viaje a Australia, Argentina y Lesoto durante su año sabático, lo que hizo que la biógrafa real Penny Junor lo describiera como una de las “pocas personas que pueden hacerle entrar en razón”. “La ayuda de Mark Dyer había sido incalculable; Había hecho un trabajo magnífico apoyando y guiando a ambos príncipes durante su adolescencia y mostrándoles algo del mundo”, escribió en su libro Prince Harry: Brother, Soldier, Son (Príncipe Enrique: hermano, soldado, hijo), que publicó en 2014 para conmemorar el 30º cumpleaños del duque de Sussex. “La prensa pensó que era una mala influencia, pero hizo un buen trabajo para ellos. Tenía una gran integridad, y estaba cerca cuando necesitaban consejos que no provenían de su padre”, escribía también.
El propio Enrique se deshace en elogios con Dyer, a quien se refiere como Marko, en su libro biográfico En la sombra. “A Marko lo apreciaba todo el mundo. De todo el personal que rodeaba a mi padre, por consenso, Marko era el mejor. El más duro, el más fuerte, el más apuesto. Miembro de la Guardia Galesa desde hacía mucho tiempo. Anecdotista. Modelo de masculinidad de la cabeza a los pies”, lo describe el príncipe. También recuerda un momento en el que Carlos III encarga a Dyer interrogar a Enrique para “descubrir la verdad” sobre si había consumido drogas, cediéndole a él la responsabilidad de abordar ese tipo de temas delicados con sus hijos. Cuando Enrique confesó que sí, que fumaba cannabis, el actual monarca le obligó a pasar un día en un centro residencial para consumidores de drogas en el sur de Londres. Su acompañante, una vez más, fue Marko.
Tras la marcha de Enrique y Meghan a California en 2020, después de renunciar a sus funciones reales, parece que necesariamente los amigos, cortesanos y familiares han tenido que elegir bando. Se alineaban discretamente en el equipo Sussex o en el equipo Gales, apunta The Telegraph, y a los que eligen el grupo de los huidos, dice, el heredero al trono los condena al ostracismo. Dyer, en cambio, amigo de ambos príncipes desde hace décadas, pero con una clara predilección por el hermano pequeño, parece haber esquivado el rechazo del príncipe de Gales. La prensa británica sostiene que, si bien es posible que no haya una comunicación directa entre hermanos, se entiende que Dyer es una especie de conducto que sirve a Enrique para mantener el contacto con su vida anterior en el Reino Unido.
“Amigo, padre, superviviente y confidente, solo él puede brindarle a Enrique la perspectiva (la llamada de atención) que necesitará en las próximas semanas y meses mientras continúa el tratamiento contra el cáncer de su padre”, considera el medio británico. Muchos confían en que, la enfermedad de un padre, sumado a las meritorias dotes de mediación de Mark Dyer, son la gran oportunidad para una reconciliación entre hermanos que, de momento, no se atisba cerca.