Becky G: “Mis padres fueron las primeras personas a las que vi perrear”
En su visita a Madrid por la entrega de los premios Platino, Becky G habla de la importancia de sus abuelos en su educación, de la vida en una ciudad donde el racismo estaba muy presente y por qué Joe Biden es solo “una cara del sistema”
Sus abuelos emigraron a Estados Unidos desde Jalisco en busca del sueño americano. Ella se crio en una ciudad californiana con una enorme comunidad negra y mexicana donde se despertó su conciencia social pero también su amor por la música urbana y las rancheras. La canción Mayores la convirtió en una estrella mundial del reguetón con 22 años y aunque su padre trabajaba en Mattel, la empresa que creó la famosísima ‘Barbie’, Becky G (Iglewood, 24 años) siempre cuenta que ya a los nueve años solo podía pensar en componer canciones.
Pregunta. ¿Por qué no le gustaba jugar con m...
Sus abuelos emigraron a Estados Unidos desde Jalisco en busca del sueño americano. Ella se crio en una ciudad californiana con una enorme comunidad negra y mexicana donde se despertó su conciencia social pero también su amor por la música urbana y las rancheras. La canción Mayores la convirtió en una estrella mundial del reguetón con 22 años y aunque su padre trabajaba en Mattel, la empresa que creó la famosísima ‘Barbie’, Becky G (Iglewood, 24 años) siempre cuenta que ya a los nueve años solo podía pensar en componer canciones.
Pregunta. ¿Por qué no le gustaba jugar con muñecas?
Respuesta. Es muy extraño pensarlo, pero creo que nunca tuve la oportunidad de ser niña. Me crié en una familia en la que había 35 nietos y pasaba mucho tiempo con mis primas mayores, que me contaban quiénes eran los chicos que les gustaban. Yo les preguntaba qué sentían y hacía letras y canciones con eso. Siempre quise entretener a la gente porque pensaba “Tengo que empezar a trabajar ya”. Ahora como una mujer de 24 años que ha hecho mucha terapia con esto pues me doy cuenta de que fueron las circunstancias.
P. ¿Y ha llegado a alguna conclusión en terapia?
R. Mis padres se casaron muy jovencitos así que en lugar de tener padres en realidad yo tenía un hermano y una hermana mayor. Me dieron mucho amor e hicieron todo lo que pudieron, pero eso hizo que fuese muy madura desde muy joven. Y además en comunidades migrantes como la mía, especialmente en Estados Unidos, forma parte de nuestra cultura, tienes que sobrevivir, empezar desde muy joven.
P. Su padre trabajaba en Mattel, ¿a qué se dedicaba su madre?
R. Mi madre intentó trabajar, pero cuando se enteró de que mi hermano Alejandro tenía autismo decidió ser ama de casa. Ha tenido uno de los trabajos más difíciles del mundo porque no es de nueve a siete y ya, es todos los días de la semana el resto de tu vida. Ya tenía cuatro hijos a mi edad, ¡imagínate qué locura pensarlo!
P. ¿Recuerda exactamente cómo se apasionó por la música?
R. Como mis padres eran muy jóvenes les gustaba mucho el hip hop, la música urbana y eran súper fans de Daddy Yankee y de Don Omar. Por otro lado, mi abuela ponía una radio antigua en la que siempre estaba sintonizada una emisora de música regional mexicana donde ponían muchas cosas, de Chelo a Selena Quintanilla.
P. ¿Y recuerda la primera vez que vio perrear?
R. Pues creo que fue precisamente a mis padres [risas].
P. ¿Ellos nunca pensaron que el reguetón era inadecuado o peligroso para una niña?
R. Esa es una mentalidad ya muy vieja que afortunadamente ellos jamás tuvieron. La música es una forma de expresarse y eso no es ni bueno ni malo, es simplemente auténtico y natural. Te puede gustar la música de perreo como te puede gustar la de llorar y esa a mí también me encanta porque soy mexicana [risas].
P. La veterana Ivy Queen cuenta en Loud, un podcast sobre la historia del reguetón, que en los años noventa a las pioneras de la escena les costaba mucho perrear sin que los hombres diesen por sentado que eso significaba automáticamente que deseaban tener sexo…
R. Yo he hablado con ella de esto, porque tengo la suerte de tener una amistad muy bonita con ella, y me ha contado también en mi propio podcast [se llama La Sala y en él ha tenido como invitada a Kamala Harris] que los comienzos fueron durísimos. La criticaban constantemente porque se dejaba las uñas largas, se las llenaba de pedrería, se vestía con colores vibrantes... ¡Y ahora lo que ella hacía está de moda y por todas partes! La conclusión es que cuando haces las cosas a tu manera, porque crees en ellas, no le vas a gustar a todo el mundo, pero al final te van a respetar.
P. J Balvin acaba de protagonizar una polémica porque decidió no acudir a los Grammy Latinos e invitó a otros a hacerlo por considerar que el reguetón está siendo minusvalorado. ¿Está de acuerdo con él?
R. Yo solamente puedo hablar de mi experiencia y yo como mujer tengo mis propias frustraciones. Tenemos mucho que aprender en esta industria, especialmente a eliminar las viejas mentalidades sobre género y sobre estilos. Si escuchas Mayores pues ahí hay cumbia, pop, reguetón. ¿Cómo vas a poner una canción solo en una categoría? Entonces decir lo que todos deberían hacer me parece complicado. Yo nunca he estado nominada para un Grammy, pero ¿cómo voy a decir que mi amigo Mike Towers no merece su primera nominación?
P. ¿Entonces estás más cercana al punto de vista de Residente, que fue muy crítico con J Balvin por su decisión?
R. Yo creo que mi posición es totalmente diferente que la de los dos.
P. ¿Lo pasó mal con las cosas que se dijeron de usted cuando salió ‘Mayores’?
R. Disfruté mucho el proceso, fue mi primer hit mundial. Pero también fue el de Bad Bunny y nadie cuestionaba lo que decía él. Sin embargo que yo dijese la frase “Que no me quepa en la boca”, jugando con la ambigüedad de los besos, molestaba muchísimo. Por la misma época Enrique Iglesias decía eso de “En tu boca quiero acabar” y no parecía importarle a nadie. Lo que ellos decían no importaba porque eran hombres. Fue divertido hacerle preguntarse a la gente por qué les molestaba tanto lo que yo dijese.
P. ¿Pero entonces le gustan mayores como dice en la canción o no?
R. Todo empezó como una broma porque empecé a salir con mi novio, que solo me lleva un poco más de cuatro años, pero parece mucho más mayor y todos los medios empezaron a decir “La Becky está con un hombre más mayor”. ¡Hasta mi abuela me llamó preocupada!
P. Está claro que la familia es fundamental para usted…
R. Antes de ser artista soy hija, soy hermana, soy nieta, soy tía, soy novia. La fama puede acabar mañana y lo que me pasa ahora es extra. A mí no me fascina mucho el dinero. La única cosa que a mí me encanta del dinero es que pueda ayudar a los demás.
P. Se ha implicado mucho con el movimiento Black Lives Matter, ¿confía en que la administración de Biden suavice las tensiones raciales?
R. Yo soy una persona que reza mucho, rezo por ello. Creo que tanto los latinos como los afroamericanos hemos sufrido mucho como comunidad y no importa la cara que represente al sistema porque el sistema es el sistema y ya. El mundo se cambia con acciones muy simples: empieza con nosotros mismos en nuestras casas, en cómo queremos a nuestros hijos, en cómo tratamos a nuestros vecinos en nuestras comunidades. No solamente es votar al presidente de los Estados Unidos, también es votar en tu ciudad. Hay muchas cosas en las todavía tenemos que educar a la gente para que sepan cómo es el proceso democrático y cambiar el sistema.
P. ¿Se siente a gusto cuando viene a Europa?
R. En mi primera parada de este viaje, que fue en la Fashion Week de Milán, noté que en Italia sufrieron mucho al principio de la pandemia y tienen unos protocolos muy serios. Eso me hace sentir más cómoda, pero viajar a cualquier lugar en medio de la crisis de la covid todavía me hace sentir muy nerviosa. Es una cosa que aún está afectando a miles de personas cada día y que yo personalmente he tenido muy cerca y me duele mucho saber que todavía hay personas que ni se lo creen.
P. ¿Cuál es la mayor lección que le han dado sus abuelos?
R. Mi abuelito Miguel falleció hace tres semanas así que estoy pasando un momento muy difícil. Perdimos nuestra casa cuando yo tenía nueve años y él nos dejó su garaje para que viviésemos allí tres años sin pagar alquiler, ni nada. Él fue quien me enseñó que no importa si no tienes nada, lo más importante es ser una buena persona.