La autopsia de Maradona revela que no consumió ni alcohol ni drogas antes de su muerte
El informe toxicológico destaca la presencia de diversos medicamentos para tratar su salud física y mental y descubre graves patologías en su corazón, hígado y riñones
La autopsia realizada a Maradona ha revelado que el argentino no consumió ni alcohol ni drogas ilegales antes de su muerte el pasado 25 de noviembre por un paro cardiorrespiratorio. El informe toxicológico sí destaca, en cambio, la presencia de diversos medicamentos para tratar su salud física y mental, según han informado fuentes jurídicas la noche del martes. La Fiscalía General de San Isidro, encargada de la causa que busca determinar si hubo algún tipo de mala praxis en torno a l...
La autopsia realizada a Maradona ha revelado que el argentino no consumió ni alcohol ni drogas ilegales antes de su muerte el pasado 25 de noviembre por un paro cardiorrespiratorio. El informe toxicológico sí destaca, en cambio, la presencia de diversos medicamentos para tratar su salud física y mental, según han informado fuentes jurídicas la noche del martes. La Fiscalía General de San Isidro, encargada de la causa que busca determinar si hubo algún tipo de mala praxis en torno a la salud del ídolo argentino, difundió un comunicado tras recibir los estudios toxicológicos e histopatológicos del cadáver.
La muestra de sangre analizada y registrada en el informe químico legal señala que en el cuerpo de El 10 había presencia de levetiracetam, un medicamento anticonvulsivo, y desmetilvenlafaxina, un antidepresivo. En la orina también se detectaron otros antidepresivos y antipsicóticos, como la venlafaxina y la quetiapina, además de otros medicamentos para la dependencia de drogas o alcohol. En otro análisis se constató también la presencia de ranitidina, utilizado para tratar problemas de estómago. Los estudios microscópicos indicaron que el astro argentino tenía una “fibrosis miocárdica” y “áreas de isquemia miocárdica” en el corazón; en el hígado, un “probable cuadro cirrótico”; en los pulmones, “rotura de septos alveolares” y un “foco con edema intraalveolar”; y en el riñón, una “necrosis tubular aguda”. La autopsia determinó que el excapitán de la selección argentina, campeona del mundo en México 86, murió a consecuencia de un “edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada” y descubrieron en su corazón una “miocardiopatía dilatada”.
El hallazgo de los antidepresivos no es casual, ya que según fuentes del entorno de Maradona, el estado de ánimo del argentino comenzó a apagarse en los últimos días. “Estaba deprimido, sin ganas”, coinciden las fuentes. Tenía episodios de confusión mental. Hubo jornadas en las que el exfutbolista casi no salió de su habitación. Apenas comía. No hacía chistes, dormía buena parte del día por la medicación que recibía y se negaba a recibir las visitas de algunos familiares.
Maradona falleció a los 60 años en el domicilio de la provincia de Buenos Aires en el que se recuperaba de una operación por un hematoma cerebral realizada a principios de noviembre, entre otras dolencias, y tras el fallecimiento se inició una investigación para determinar si hubo alguna negligencia en su tratamiento. Entre el día 11 de noviembre, tras haber recibido el alta de la clínica y haber ingresado en lo que se suponía era una internación domiciliaria, y el 25 de noviembre que murió, Maradona convivió con dos enfermeros las 24 horas del día. El encargado del turno de noche controló a las seis de la mañana del miércoles 25, cuando terminaba su turno de trabajo, que el exfutbolista seguía respirando. El otro sanitario mintió en su primera declaración ante la justicia, cuando aseguró que había escuchado levantarse a Maradona a media mañana para ir a orinar. El exfutbolista y entrenador, según comprobó la justicia, murió mientras dormía de una insuficiencia cardíaca que le generó un edema agudo de pulmón.
Tras su muerte, la Justicia inició una investigación que hasta ahora no tiene acusados formales ni detenidos, aunque sí se han realizado diversos registros e incautaciones en propiedades del neurocirujano Leopoldo Luque, un joven facultativo de 39 años que en 2018 comenzó a atender a Maradona y decidió la última cirugía a la que fue sometido el exfutbolista, y de su psiquiatra, Agustina Cosachov. También se registró el apartamento donde vive Maximiliano Trimarchi, que trabajaba como chófer del exfutbolista y se incautó su teléfono móvil. Los fiscales deberán analizar ahora si los medicamentos que se han encontrado eran convenientes para un paciente con una cardiopatía crónica como la que sufría Maradona o si hubo una mala praxis.