Ir al contenido
Extra Eventos

Brasil: instituciones sólidas y actor global influyente

El país aspira a alcanzar el estatus de gran potencia y ejercer el liderazgo en Latinoamérica y el sur Global

Con su vasta extensión de 8,5 millones de kilómetros, casi continental, Brasil ha cultivado históricamente un sentido de singularidad. El país aspira a superar su estatus actual de potencia media para convertirse en una gran potencia, situándose entre las siete u ocho naciones más relevantes del planeta, aunque por debajo de las superpotencias. En las últimas dos décadas, el país ha ejercido un liderazgo en América Latina y el Sur Global, siendo su participación en los BRICS un reflejo de su creciente proyección.

“Brasil ha construido su influencia internacional a través de la diplomacia desde su independencia, especialmente a lo largo del siglo XX”, mencionó Antonio Patriota, embajador de ese país en el Reino Unido y ex ministro de Relaciones Exteriores. El diplomático sostuvo que la proyección global de Brasil se consolidó después de la Segunda Guerra Mundial, en un periodo de estabilidad y crecimiento que fue seguido por la dictadura militar iniciada en 1964 y extendida durante 26 años. “Al finalizar ese régimen, el país enfrentó una grave crisis económica”, relató.

La estabilización llegó con el periodo de Fernando Henrique Cardoso, que gobernó durante dos mandatos sucesivos (1995-2002) y que logró controlar la inflación, y posteriormente con la llegada de Luiz Inácio Lula da Silva, quien impulsó una política exterior de alcance global, afirmó Patriota. Durante el primer mandato de Lula, abundó el diplomático, se abrieron cerca de 40 nuevas embajadas, convirtiendo a Brasil en el país de América Latina con mayor número de representaciones diplomáticas en el extranjero y el décimo en el globo.

Ha sido quizás esa fortaleza internacional la que le ha permitido hacerse grande cuando los populismos se han enquistado. Patriota recordó que Brasil vivió cuatro años bajo un gobierno de extrema derecha, el de Jair Bolsonaro, con características similares a las vistas en Estados Unidos. Sin embargo, ese periodo no logró alterar de manera sustancial las estructuras institucionales debido a los mecanismos de control político existentes.

“En Brasil, todos los nombramientos diplomáticos deben ser ratificados por el Senado, lo que impide decisiones arbitrarias”, aseguró. Un ejemplo de ello fue la destitución del ministro de Asuntos Exteriores por considerarse demasiado radical, así como la negativa del comité de Relaciones Exteriores a aprobar el nombramiento del hijo del expresidente Bolsonaro como embajador en Washington. Este equilibrio institucional ha sido descrito como una forma de Estado profundo benigno, que protege la estabilidad democrática.

El fenómeno político de Bolsonaro ha dejado una huella ambivalente. Aunque su mandato representó un retroceso en varios aspectos, también reforzó la conciencia democrática de la ciudadanía. Las manifestaciones masivas contra cualquier intento de aprobar una ley de amnistía a su favor, tras ser condenado a 27 años por intento de golpe de Estado tras perder las elecciones de 2022, evidencian que la sociedad brasileña no está dispuesta a tolerar amenazas a las instituciones, aseveró.

Sobre la firma

Más información

Archivado En