Cómo tener un acuario para que los peces se sientan como en casa
Crear un ecosistema acuático sano y equilibrado requiere cuidar aspectos como la temperatura y la calidad del agua o las plantas y adornos que lo componen, también necesarios para los animales
El traslado y la recreación del mundo acuático en casa con un acuario implica tener en cuenta cuestiones que nos pueden resultar ajenas como especie terrestre. La temperatura del agua, el tipo de recipiente y su limpieza, así como las especies adecuadas de peces y su correcta alimentación, son algunas de las cuestiones que hay que manejar bien para lograr que los habitantes de estas instalaciones estén bien aclimatados y sanos.
La información previa a tener un acuario es fundamental. Por ejemplo, conviene saber que hay que escoger el recipiente adecuado en función de los tipos de peces que van a vivir en él. “Existen tres tipos de especies: los de agua fría, caliente y los marinos. A la hora de elegir, también hay que tener en cuenta el dinero que se va a invertir, porque los animales de agua salada son mucho más caros y requieren un mayor mantenimiento y experiencia”, explica Miguel Argudo, especialista en acuariofilia de Nido clínica, en Valencia.
Para las personas que se inician en este mundo, la opción más recomendable son los peces de agua dulce (fría o caliente). “En este caso, suele haber un abanico más amplio de especies en cuanto a forma, color, adaptabilidad al espacio y tamaño”, añade Argudo.
El espacio disponible de la instalación también es importante tenerlo en cuenta, porque garantiza el mantenimiento y la supervivencia de sus habitantes. “Lo ideal es coger uno con capacidad de entre 60 y 100 litros, ya que permite alojar un pequeño grupo de peces tranquilos, como los guppy y los neones, además de algunas plantas, de forma sencilla y económica”, cuenta por su parte Jaime Zurdo, técnico especialista en fabricación y mantenimiento de acuarios y director de Global Acuario.
Una vez que se tiene más experiencia, se puede adquirir una instalación con mayor capacidad. “Entre 80 y 100 litros es un buen tamaño para lograr un hábitat adecuado, porque más volumen de agua diluye mejor los errores, como un poco de sobrealimentación, además de permitir una mayor cantidad de especies y que sean más grandes”, añade el especialista. Lo correcto es elegir el tamaño del acuario en función del espacio disponible en casa antes que sus habitantes. “Por ejemplo, un pez Goldfish necesita al menos 80 litros por cada ejemplar, y un Betta, como poco, 20 litros”.
Los cambios parciales del agua son fundamentales para mantener el ecosistema en buenas condiciones. “Se debe renovar entre un 25 y un 30% semanalmente y limpiar bien el filtro para eliminar los residuos acumulados. Por ejemplo, un pez en una pecera pequeña sin filtro, donde las toxinas se acumulan rápidamente, quema sus branquias y sufre graves problemas de salud”, advierte el especialista.
Pero, ¿los animales que viven en estos espacios tienen calidad de vida? “Sí. Siempre que se cumplan unos mínimos estándares de calidad en cuanto a espacio, condiciones ambientales y tengan una alimentación adecuada”, sostiene Argudo, a la par que destaca la adaptabilidad de los peces a entornos poco favorables: “A veces viven en charcas o en reductos pequeños donde no pueden salir, excepto cuando llueve y sube el nivel del agua”.
Un paso importante para empezar en el mundo de los acuarios es entender que se está creando un hábitat. “No solo se trata de comprar peces, sino de construir un microecosistema adecuado que se sustenta sobre todo con paciencia y siguiendo un paso crucial llamado ciclado, con un filtro biológico, que permite cultivar bacterias beneficiosas y purificar el agua”, explica Zurdo. “De no ser así, los peces mueren envenenados por sus propios deshechos”, aclara.
Al crear un hogar para especies acuáticas también hay que tener en cuenta cuestiones como la cantidad de habitantes y el escenario donde viven. “Conviene evitar la superpoblación, porque es la principal causa de estrés y enfermedades (infecciones bacterianas y hongos). Por otro lado, el ambiente enriquecido con plantas, oquedades o cuevas que imitan el hábitat natural aporta bienestar a los peces, porque se pueden esconder cuando se sienten estresados”, subraya Zurdo.
La inversión para instalar un espacio donde habiten animales acuáticos depende de varios factores: “El precio puede variar en una horquilla de entre decenas a miles de euros. Al inicio es cuando se hace una mayor desembolso, porque hay comprar filtro, calentador, sustrato, plantas o iluminación, pero, después, es relativamente barato de mantener”, retoma Argudo.
¿Y qué hacer con el acuario cuando se está unos días fuera de casa? “Para estos casos se usan dispensadores de comida automáticos. Hay que tener en cuenta que en épocas de más calor, como el verano, el agua se evapora más rápido, por lo que para asegurarse de que el filtro funciona sin supervisión hay que mantener el caudal de entrada lo más bajo posible con el fin de evitar accidentes”, recomienda el especialista, además de destacar la importancia de la temperatura del agua y de una cantidad de alimento adecuada: “Nunca hay que ponerla del grifo directamente, y hay que añadir un acondicionador anticloro antes de introducir los peces. Tampoco hay que sobrealimentar, ni usar calentadores baratos, porque pueden romperse con facilidad y electrocutar a los animales”.