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La vejez en perros y gatos: cómo identificarla y consejos para hacérsela más llevadera

Los 7 años marcan la antesala de la senilidad de los animales, aunque varía según la raza y los cuidados que hayan recibido. Con la edad avanzada, se vuelven más dependientes y precisan una alimentación específica y más revisiones veterinarias

El tiempo pasa volando también para perros y gatos. Parece que fue ayer cuando eran cachorros y, años después, ya tienen sus primeros achaques: canas, cataratas o dolor en las articulaciones. La edad trae consigo cambios psicológicos y emocionales también en los animales debido al deterioro de los sentidos. “Oyen y ven peor. Su olfato también pierde capacidad, lo que les provoca estados de confusión y cambios de conducta, porque se sienten más dependientes y desorientados”, explica Stefania Pineda, especialista en medicina del comportamiento animal. “Hay perros y gatos que comienzan a ladrar o maullar sin motivo aparente, sobre todo por la noche, ya que su ciclo de sueño también se desajusta”, añade la también profesora del departamento de Producción Animal en la Universidad Complutense de Madrid.

Caminar más de lo habitual por la casa y sin rumbo es otro de los cambios de conducta que se producen en los animales mayores. “También se olvidan de las órdenes aprendidas (sentado, quieto), lo que influye en su forma habitual de interactuar y jugar. Por ejemplo, pasa de salir a saludar a quien llega a casa a esperar a que se le acerquen, porque suelen tener dolores que limitan su agilidad y movilidad”, continúa la especialista en animales.

El deterioro cognitivo (similar al alzhéimer humano) asociado a la edad influye además en que se sientan desubicados. Por ejemplo, cuando en casa se cambia el mobiliario. “Esta situación puede crear ansiedad, agresividad e irritabilidad, porque los sentidos del animal no están al 100% y se puede asustar o poner en alerta con mayor facilidad”, asegura Pineda. También demandan más afecto al sentirse desprotegidos. “Buscan que se les guíe y ofrezca refugio y hay que dárselo para que se sientan más tranquilos y seguros. Los mimos y cuidados pueden ir desde ponerles una lucecita por la noche donde duermen hasta ayudarles a mantener una temperatura corporal adecuada. En invierno, con bolsas de agua caliente y mantas y en verano, lo contrario”, aconseja la veterinaria.

Pero, ¿a qué edad comienza el perro o gato a ser mayor? “A partir de los 7 años comienza el desgaste del cuerpo en términos generales, aunque cada animal es diferente y depende de factores como la raza o los cuidados que haya recibido”, explica Paula Andrea Guerrero, veterinaria en la Universidad de la Salle y directora de la clínica Visión Vet de Bogotá (Colombia). “Cuanto más grande es el perro, menor esperanza de vida tiene. Las razas pequeñas son más longevas, suelen vivir hasta alrededor de los 18 años, como los gatos que, en general, también pueden alcanzar los 20 años”, aclara.

“Los órganos como el corazón, el riñón o el hígado dejan de funcionar a pleno rendimiento. Pueden tener problemas cardíacos, se deteriora la visión y aparecen las canas”, destaca por su parte Pineda.

La alimentación es uno de los factores que influyen en que el animal viva más años. “Las dietas de alta calidad (superpremium) son las que mejor cubren los requerimientos nutricionales adaptados a cada etapa de la vida del perro o el gato. Por ejemplo, los cachorros precisan más proteína para crecer y los mayores de 7 años, menos, porque su cuerpo la asimila con más dificultad”, explica Guerrero. “Los alimentos específicos de calidad para estas edades contienen elementos como la glucosamina y la condroitina, que previenen los problemas articulares habituales en estos casos”, añade.

Entonces, ¿qué se puede hacer para cuidar a los animales mayores? El cuidado oral es fundamental. “Hay que revisar muy bien la boca para prevenir problemas dentales, ya que es la puerta de entrada para otros problemas de salud, como los estomacales”, afirma la especialista. “También conviene llevar a cabo revisiones veterinarias antes de que transcurra el año (cada seis meses) para verificar que todo está bien y cambiar la alimentación para que esté adaptada a partir de los 7 años”, añade. “De esta forma, se equilibra el gasto energético, que con la edad avanzada es menor, y se previene la obesidad y el sobrepeso”, continúa.

Los perros y gatos mayores pueden sentir dolor, aunque no lo demuestren, sobre todo los felinos. “Para minimizar esas molestias, conviene procurarles el mayor confort posible. Por ejemplo, con camas cómodas que eviten el dolor en sus articulaciones cuando están tumbados y cuidando la temperatura para que no tengan ni frío ni calor”, destaca Guerrero.

Hay que tener en cuenta que el sueño de los animales se altera con la edad, además del control de esfínteres. “Pueden tener problemas renales y olvidar dónde tienen que hacer sus necesidades. Esto les puede crear ansiedad, por lo que pueden precisar a un especialista para ayudarles a gestionar esos cambios”, asegura. “Todo lo que aporte sensación de control al animal, con rutinas estructuradas que se repiten todos los días, disminuirá su ansiedad y le ayudará a sentirse seguro”, resume la veterinaria.

Un animal envejece con calidad de vida si desde cachorro ha recibido los cuidados adecuados. “Se puede dar un deterioro cognitivo temprano si no ha habido una estimulación adecuada (juegos, socialización) durante los primeros años de vida. También influyen las carencias nutricionales, por ejemplo, si ha tenido una alimentación de baja calidad, que no está adaptada a la edad”, avisa la especialista.

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