8-M: Las 1.000 brechas de cada día
¿Hay machismo en cómo se retira la nieve de calles y carreteras? ¿Y en la longitud de las teclas de los pianos? ¿Tiene que ver con el navegador del coche? Los datos dicen que sí. O más bien, la ausencia de ellos. “Durante siglos, hemos estado utilizando datos recopilados sobre hombres y asumiendo que son datos de género neutral. Pero por supuesto que no. Son datos que reflejan las vidas y los cuerpos de la mitad del mundo. Sin la información que necesitamos sobre los cuerpos y las vidas de las mujeres, es imposible diseñar algo, desde medicamentos hasta automóviles, que funcione para ellas”, lo dice la periodista británica Caroline Criado (Brasil, 1984), autora de La mujer invisible, el trabajo que el pasado año ganó el premio al mejor libro de divulgación científica de la Real Sociedad de Londres y el del Financial Times al mejor libro de negocios.
Centenares de datos sobre esas ausencias que están en todas partes: desde la cultura hasta la medicina o la arquitectura. Es la brecha de datos de género, un vacío que tiene consecuencias. Algunas leves, como que cueste encontrar más una fotografía de una mujer directiva que de un hombre en Google Imágenes, otras más graves, como tener un accidente en un coche para el que los test de seguridad no usaron muñecos con las medidas de las mujeres. En ese caso, apunta Criado en el prefacio, “las consecuencias de vivir en un mundo construido a partir de datos masculinos pueden ser mortales”. Así, con datos y cifras, la autora se convirtió al feminismo. Cuenta en una entrevista a través del correo electrónico que no creció identificándose como feminista: “Pensé que era un montón de basura. Las mujeres tenían igualdad ya, y si no lograban tanto como los hombres era porque eran triviales y consumistas y no tan brillantes. No me gustaba el feminismo y pensaba muy poco en las mujeres”. Cambió de opinión cuando le presentaron pruebas que, dice, no podía negar. Dice que eso es lo que trata de hacer ahora con el libro: “Presentar algo que, debido al peso de la evidencia, es simplemente innegable”. La desigualdad.
Este es un repaso a través de una jornada en la vida de Amanda, un personaje ficticio, para reflejar las muchas brechas de datos que recoge o apunta La mujer invisible, a las que se enfrentan las mujeres, en todas partes, a cualquier hora.
Es miércoles. Y el despertador de Amanda suena, como cada mañana, a las 07.30. Por delante, a este programadora informática le espera un largo día que ocupará en atender a sus dos hijos, trabajar y hacer recados antes de dejar lista la casa para cuando llegue la cuidadora que atiende a su madre, Carmen, una octogenaria que vive con ellos.
“No existen mujeres que no trabajan,
solo existen mujeres a las
que no se las remunera”
Del trabajo no remunerado de cuidados, el 76,2%
lo realizan las mujeres
“No existen mujeres que no trabajan,
solo existen mujeres a las
que no se las remunera”
Del trabajo no remunerado de cuidados, el 76,2%
lo realizan las mujeres
“No existen mujeres que no trabajan,
solo existen mujeres a las que no se las remunera”
Del trabajo no remunerado de cuidados en el mundo, el 76,2%
lo realizan las mujeres
“No existen mujeres que no trabajan,
solo existen mujeres a las que no se las remunera”
Del trabajo no remunerado de cuidados en el mundo, el 76,2%
lo realizan las mujeres
Como ella, una elevada cifra de mujeres se levanta a diario para hacer esta u otra rutina similar. El 76,2% del trabajo no remunerado en el mundo lo realizan mujeres, según la Organización Internacional del Trabajo, dedicándole 3,2 veces más tiempo que los hombres.
En el mundo, hay 381 millones
de trabajadoras que se dedican
a la prestación de cuidados
249 millones (un 65%) son mujeres
En el mundo, hay 381 millones de trabajadoras
que se dedican a la prestación de cuidados
249 millones (un 65%) son mujeres
En el mundo, hay 381 millones de trabajadoras que se dedican a la prestación de cuidados
249 millones (un 65%) son mujeres
En el mundo, hay 381 millones de trabajadoras que se dedican a la prestación de cuidados
249 millones (un 65%) son mujeres
Esperanza, la cuidadora, lleva varios años en esa casa, a jornada completa. Sin embargo, no es lo habitual. En Estados Unidos, por ejemplo, estas profesionales son casi siete veces más proclives que los hombres de pasar de un empleo de jornada completa a otro de tiempo parcial. Y, durante esas horas de trabajo en las que se fuerzan músculos y articulaciones, pueden levantar más peso en un turno que un obrero de la construcción o un minero. Sin embargo, se lee en el libro, “como tradicionalmente la investigación laboral se ha centrado en las industrias en las que predominan los hombres, el conocimiento que se tiene sobre cómo prevenir las lesiones en las mujeres es, como mínimo, fragmentario”. Y se añade el testimonio de Rory O’Neill, una investigadora de políticas laborales y ambientales en la Universidad de Stirling: “Sabemos prácticamente todo acerca de las enfermedades relacionadas con la exposición al polvo del carbón de los mineros, pero no puede decirse lo mismo de las exposiciones, físicas o químicas, en los trabajos de las mujeres”. Criado cree que hay brechas como esta, la existente en la salud laboral, que tardará mucho más que otras en cerrarse: “Puede llevar décadas desarrollar una enfermedad relacionada con el trabajo, por lo que pasarán años antes de que podamos decir mucho sobre los riesgos específicos de las mujeres en la exposición a sustancias químicas, por ejemplo”.
Las mujeres trabajan diariamente un tiempo similar en trabajo remunerado y no remunerado
5 horas y 9 min. al
trabajo remunerado
6 horas
y 36 min.
Las mujeres dedican
4 horas y 11 minutos al trabajo no remunerado
Los hombres,
1 horas y 31 minutos
Las mujeres trabajan diariamente un tiempo similar en trabajo remunerado y no remunerado
5 horas y 9 min. al
trabajo remunerado
6 horas
y 36 min.
Las mujeres dedican
4 horas y 11 minutos al trabajo no remunerado
Los hombres,
1 horas y 31 minutos
Las mujeres trabajan diariamente un tiempo similar en trabajo remunerado y no remunerado
Las mujeres dedican
4 horas y 11 minutos al trabajo no remunerado
5 horas y 9 min. al
trabajo remunerado
Los hombres,
1 horas y 31 minutos
6 horas y 36 min.
Las mujeres trabajan diariamente un tiempo similar en trabajo remunerado y no remunerado
Las mujeres dedican
4 horas y 11 minutos al trabajo no remunerado
5 horas y 9 min. al
trabajo remunerado
Los hombres,
1 horas y 31 minutos
6 horas y 36 min.
Poder contar con el trabajo de Esperanza, para Amanda, significa no haber tenido que abandonar el trabajo. Pero podría no ser así. En el mundo, según la OIT, hay 606 millones de mujeres en edad de trabajar que no están disponibles para hacerlo o no están buscando un empleo debido al trabajo de cuidados no remunerado, mientras que solo 41 millones de hombres están inactivos por la misma razón. Ese trabajo no remunerado de cuidados podría representar hasta el 50% del PIB en los países ricos y hasta el 80% en los de bajos recursos.
Cuando llegan las 08.30, casi todo en casa de Amanda está listo. Los tuppers para el trabajo de ella y de Miguel, su pareja, un profesor universitario de 42 años; las fiambreras de los niños y la lista de cosas por hacer en el día pegada en la nevera. En menos de media hora todos tendrán que salir de casa para ir al colegio, la guardería, la oficina y la universidad. Para Miguel la jornada, partida, acabará a las 20.00 de la tarde. Para Amanda, reducida, lo hará a las 17.00. Las mujeres tienen menos número de horas disponibles para trabajar en el mercado de trabajo, algo que incide sobre sus ingresos y sus condiciones laborales, según la OIT. Las madres de niños menores de cinco años presentan las tasas de empleo más bajas en comparación con los padres, con los hombres que no son padres y con las mujeres que no son madres.
En el mundo las mujeres que son madres
tienen las tasas de empleo más bajas
100%
87,9%
78,2%
75
54,4%
47,6%
50
25
0
Mujeres
con hijos
menores de
5 años
Mujeres
sin hijos
Hombres
con hijos
menores de
5 años
Hombres
sin hijos
En el mundo las mujeres que son madres
tienen las tasas de empleo más bajas
100%
87,9%
78,2%
75
54,4%
47,6%
50
25
0
Mujeres
con hijos
menores de
5 años
Mujeres
sin hijos
Hombres
con hijos
menores de
5 años
Hombres
sin hijos
En el mundo las mujeres que son madres
tienen las tasas de empleo más bajas
100%
87,9%
78,2%
75
54,4%
47,6%
50
25
0
Mujeres
con hijos
menores de
5 años
Mujeres
sin hijos
Hombres
con hijos
menores de
5 años
Hombres
sin hijos
En el mundo las mujeres que son madres
tienen las tasas de empleo más bajas
87,9%
78,2%
54,4%
47,6%
Mujeres
con hijos
menores de
5 años
Mujeres
sin hijos
Hombres
con hijos
menores de
5 años
Hombres
sin hijos
Algo que se refleja en cualquier sector, por ejemplo, en las universidades. En Estados Unidos, las madres casadas con hijos pequeños tienen un 35% menos de probabilidades de obtener una cátedra que los padres casados con hijos pequeños y entre los profesores titulares, el 70% de los hombres están casados y con hijos frente al 44% de las mujeres.
Las bajas por maternidad se extienden
con diferencias de casi dos años
Baja de paternidad
Baja de maternidad
6
meses
1
año
1 año
y 6 meses
2
años
Estonia
Hungría
Bulgaria
Lituania
Eslovaquia
Letonia
R. Checa
Austria
Eslovenia
Rumania
Noruega
Alemania
Polonia
Finlandia
Croacia
Japón
Suecia
Chile
Dinamarca
Canadá
Luxemburgo
Italia
Corea del Sur
Grecia
Portugal
Francia
Islandia
España
Holanda
Malta
Chipre
Israel
Bélgica
Reino Unido
México
Turquía
Irlanda
Suiza
Australia
N. Zelanda
Estonia es el país donde más se extiende la baja por maternidad (35 semanas).
La de los padres no llega a las 11.
Japón es donde las bajas maternales y paternales están más equiparadas.
En España las mujeres tienen 16 semanas de baja desde que dan a luz.
0
0
6
meses
1
año
1 año
y 6 meses
2
años
Las bajas por maternidad se extienden
con diferencias de casi dos años
Baja de paternidad
Baja de maternidad
6
meses
1
año
1 año
y 6 meses
2
años
Estonia
Hungría
Bulgaria
Lituania
Eslovaquia
Letonia
R. Checa
Austria
Eslovenia
Rumania
Noruega
Alemania
Polonia
Finlandia
Croacia
Japón
Suecia
Chile
Dinamarca
Canadá
Luxemburgo
Italia
Corea del Sur
Grecia
Portugal
Francia
Islandia
España
Holanda
Malta
Chipre
Israel
Bélgica
Reino Unido
México
Turquía
Irlanda
Suiza
Australia
N. Zelanda
Estonia es el país donde más se extiende la baja por maternidad (35 semanas).
La de los padres no llega a las 11.
Japón es donde las bajas maternales y paternales están más equiparadas.
En España las mujeres tienen 16 semanas de baja desde que dan a luz.
0
0
6
meses
1
año
1 año
y 6 meses
2
años
Las bajas por maternidad se extienden con diferencias de casi dos años
Baja de paternidad
Baja de maternidad
6
meses
1
año
1 año
y 6 meses
2
años
Estonia
Hungría
Bulgaria
Lituania
Eslovaquia
Letonia
R. Checa
Austria
Eslovenia
Rumania
Noruega
Alemania
Polonia
Finlandia
Croacia
Japón
Suecia
Chile
Dinamarca
Canadá
Luxemburgo
Italia
Corea del Sur
Grecia
Portugal
Francia
Islandia
España
Holanda
Malta
Chipre
Israel
Bélgica
Reino Unido
México
Turquía
Irlanda
Suiza
Australia
Nueva Zelanda
Estonia es el país donde más se extiende la baja por maternidad (35 semanas).
La de los padres no llega a las 11.
Japón es donde las bajas maternales y paternales están más equiparadas.
En España las mujeres tienen 16 semanas de baja desde que dan a luz.
0
0
6
meses
1
año
1 año
y 6 meses
2
años
Las bajas por maternidad se extienden con diferencias de casi dos años
Baja de paternidad
Baja de maternidad
6
meses
1
año
1 año
y 6 meses
2
años
Estonia
Hungría
Bulgaria
Lituania
Eslovaquia
Letonia
R. Checa
Austria
Eslovenia
Rumania
Noruega
Alemania
Polonia
Finlandia
Croacia
Japón
Suecia
Chile
Dinamarca
Canadá
Luxemburgo
Italia
Corea del Sur
Grecia
Portugal
Francia
Islandia
España
Holanda
Malta
Chipre
Israel
Bélgica
Reino Unido
México
Turquía
Irlanda
Suiza
Australia
Nueva Zelanda
Estonia es el país donde más se extiende la baja por maternidad (35 semanas).
La de los padres no llega a las 11.
Japón es donde las bajas maternales y paternales están más equiparadas.
En España las mujeres tienen 16 semanas de baja desde que dan a luz.
0
0
6
meses
1
año
1 año
y 6 meses
2
años
Los permisos de paternidad y maternidad están directamente relacionados con estas cifras. Las más altas de empleo femenino en la Unión Europea corresponden a Suecia, que tiene uno de los niveles más altos de permiso de paternidad del mundo: nueve de cada diez padres se toman una media de tres a cuatro meses de baja. En la OCDE son uno de cada cinco, y en Australia, República Checa o Polonia son uno de cada 50.
A las 10.00, Ana y Daniel se quedan en el colegio. Allí, Amanda se cruza con varias madres y algún padre que conoce, y la conversación gira en torno al trabajo. En términos generales, cifra el texto de Criado, “la mayor parte del empleo femenino en la Unión Europea durante la última década ha sido de tiempo parcial y con contrato precario. En Australia, el 30% de las mujeres tienen un empleo informal frente al 22% de los hombres, mientras que en Japón, las mujeres constituyen dos tercios de los trabajadores no fijos”. En el ámbito de Amanda, “más del 40% de las mujeres dejan las empresas de tecnología al cabo de diez años, frente al 17% de los hombres. Según un informe del Centro para la Innovación del Talento, las mujeres no se iban por motivos familiares o porque no les gustara el trabajo”, sino por “una actitud de menoscabo hacia ellas por parte de los directivos y una sensación de estancamiento en la propia carrera profesional” y las condiciones laborales. Condiciones que, en otros sectores, se reflejan, por ejemplo, en lo adecuado de los equipos de protección. Según una encuesta del sindicato Prospect de 2016 entre mujeres que trabajan en sectores que van desde los servicios de emergencia hasta la construcción en Reino Unido, solo el 29% usaban equipos diseñados para ellas.
Las adolescentes estudian
artes y humanidades,
los chicos, ciencias
Hombres
Mujeres
Artes
Humanidades
Ciencias sociales
Ciencias
66,8%
61,5%
54,0%
46,5%
0
25
50
75
100
En Formación Profesional,
priman la imagen entre las mujeres
Imagen personal
S. socioculturales
Textil
Marketing
Administración
Artes gráficas
Turismo
Act. agrarias
Informatica
Edificación
Electricidad
Producción
Mecánica
84,7%
78,3%
54,3%
53,7%
50,7%
42,2%
39,4%
19,7%
17,8%
8,6%
3,4%
3,4%
2,5%
0
25
50
75
100
Las adolescentes estudian
artes y humanidades,
los chicos, ciencias
Hombres
Mujeres
Artes
Humanidades
Ciencias sociales
Ciencias
66,8%
61,5%
54,0%
46,5%
0
25
50
75
100
En Formación Profesional,
priman la imagen entre las mujeres
Imagen personal
S. socioculturales
Textil
Marketing
Administración
Artes gráficas
Turismo
Act. agrarias
Informatica
Edificación
Electricidad
Producción
Mecánica
84,7%
78,3%
54,3%
53,7%
50,7%
42,2%
39,4%
19,7%
17,8%
8,6%
3,4%
3,4%
2,5%
0
25
50
75
100
Las adolescentes estudian artes y humanidades,
los chicos, ciencias
Hombres
Mujeres
Artes
Humanidades
Ciencias sociales
Ciencias
66,8%
61,5%
54,0%
46,5%
0
25
50
75
100
En Formación Profesional,
priman la imagen entre las mujeres
Mujeres
Imagen personal
Serv. socioculturales
Textil
Comercio y marketing
Administración
Artes gráficas
Turismo
Act. agrarias
Informatica
Edificación
Electricidad
Producción
Mecánica
84,7%
78,3%
54,3%
53,7%
50,7%
42,2%
39,4%
19,7%
17,8%
8,6%
3,4%
3,4%
2,5%
0
25
50
75
100
Las adolescentes estudian artes y humanidades,
los chicos, ciencias
Hombres
Mujeres
Artes
Humanidades
Ciencias sociales
Ciencias
66,8%
61,5%
54,0%
46,5%
0
25
50
75
100
En Formación Profesional,
priman la imagen entre las mujeres
Mujeres
Imagen personal
Serv. socioculturales
Textil
Comercio y marketing
Administración
Artes gráficas
Turismo
Act. agrarias
Informatica
Edificación
Electricidad
Producción
Mecánica
84,7%
78,3%
54,3%
53,7%
50,7%
42,2%
39,4%
19,7%
17,8%
8,6%
3,4%
3,4%
2,5%
0
25
50
75
100
Para los niños, la brecha empieza en los referentes, las asignaturas o los juegos durante los recreos. Eso genera unas ideas preconcebidas como el “sesgo de brillantez”. Este es “el resultado de una brecha de datos: hemos excluido de la historia a tantos genios femeninos que simplemente no nos vienen a la mente con tanta facilidad”, explica el texto. “Después de décadas de estudios que consistían en dibujar un científico y en los que una mayoría abrumadora de los niños dibujaban a hombres”, un metaanálisis reciente de Stanford demostró que ese sexismo disminuye, pero sigue ahí. En los sesenta, solo el 1% de los niños dibujaba mujeres científicas, ahora lo hace un 28%.
En la televisión infantil
las mujeres están infrarepresentadas
Personajes
masculinos
Personajes
femeninos
Humanos
Animales
Monstruos
Robots
Plantas/objetos
37,3%
62,7%
74,7%
79,1%
83,7%
87,2%
25,3%
20,9%
16,3%
12,8%
En la televisión infantil
las mujeres están infrarepresentadas
Personajes
masculinos
Personajes
femeninos
Humanos
Animales
Monstruos
Robots
Plantas/objetos
37,3%
62,7%
74,7%
79,1%
83,7%
87,2%
25,3%
20,9%
16,3%
12,8%
En la televisión infantil
las mujeres están infrarepresentadas
Personajes masculinos
Personajes femeninos
Humanos
Animales
Monstruos
Robots
Plantas y objetos
37,3%
62,7%
74,7%
79,1%
83,7%
87,2%
25,3%
20,9%
16,3%
12,8%
En la televisión infantil
las mujeres están infrarepresentadas
Personajes masculinos
Personajes femeninos
Humanos
Animales
Monstruos
Robots
Plantas y objetos
37,3%
62,7%
74,7%
79,1%
83,7%
87,2%
25,3%
20,9%
16,3%
12,8%
Para Caroline Criado, el discurso es un producto de la sociedad y, a medida que la sociedad cambia, también lo hace el discurso: “Nuestra sociedad está actualmente fuertemente influenciada por la perspectiva masculina, por lo que, naturalmente, también lo es nuestro discurso. La forma de cambiar eso es muy simple: hacemos que las voces y las perspectivas femeninas sean tan comunes en la esfera pública como las voces y perspectivas masculinas”. Criado asegura que se trata de qué películas se hacen, qué libros se publican, qué historias se cuentan en los medios o qué historia se enseña a los niños.
Todo para reducir una brecha de género que, en España, se manifiesta desde muy temprano y de forma nítida. Según el informe del Ministerio de Educación y Formación Profesional Igualdad en Cifras, presentado este pasado 4 de marzo, la brecha de género se manifiesta ya en el bachillerato de Ciencias, donde las chicas representan el 47% del alumnado. En Formación Profesional la presencia femenina es menor en todos los niveles (básica, grado medio y superior) y es especialmente baja en ramas como las de Mantenimiento de vehículos autopropulsados (3,2%), Electricidad y Electrónica (4,8%) o Fabricación Mecánica (9,4%). Sin embargo, son mayoría en Imagen Personal (94,1%), Servicios Socioculturales y a la Comunidad (87,1%) o Sanidad (75%).
A las 12.00, Amanda tiene que entrar a la oficina. Para entonces ya ha dejado a los niños en el colegio, ha ido a hacer la compra del día, ha pasado por la farmacia y a recoger la trompeta de Ana, que tiene clase de música por la tarde. Ha cumplido con el encadenamiento de desplazamiento, un patrón de movilidad observado en mujeres de todo el mundo que consiste en varios desplazamientos cortos interconectados. Para explicar esto, La mujer invisible relata algo que empezó como una broma, en 2011, en la ciudad sueca de Karlskoga, durante una jornada para revisar todas las políticas con perspectiva de género. Entonces, un funcionario apuntó que al menos en la retirada de la nieve no se metería “la gente del género”. Pero lo hicieron. Hasta entonces, la retirada, como en la mayoría de localidades, comenzaba en las arterias principales de la ciudad y terminaban en las aceras y los carriles bici, algo que afectaba a hombres y mujeres de manera diferente, porque se desplazan de manera diferente. Aunque en el libro se especifica que no hay datos “consistentes y desglosados” de todos los países, los que recoge “dejan claro que las mujeres son más proclives a desplazarse a pie y en transporte público”. Por ejemplo, en Francia, dos tercios de los usuarios de este último son mujeres; y en Filadelfia y en Chicago son el 64% y el 62%, respectivamente.
Las mujeres son más proclives a desplazarse a pie y en transporte público.
Y para las mujeres que conducen, La brecha tampoco se reduce. En La mujer invisible hay varios ejemplos. El software de reconocimiento de voz del navegador “concebido para disminuir las distracciones y hacer más segura la conducción”, pero que puede tener el efecto contrario si no funciona. El libro remite a varias historias. La de un artículo del sitio web de automóviles Autoblog en el que se hablaba de una mujer que se había comprado un Ford Focus de 2012 y tardó poco en darse cuenta de que el sistema de audio con control por voz solo reconocía la de su marido, aunque él iba en el asiento del pasajero. Otra mujer llamó al fabricante para pedir ayuda cuando el sistema telefónico activado por voz de su Buick no la reconocía y al otro lado del teléfono le contestaron, “sin rodeos”, que no le funcionaría: “Me dijeron que buscara a un hombre para configurarlo”. Y, escribe Criado, que justo después de escribir esa parte del libro, se encontró a su madre en su Volvo Cross Country observándola mientras intentaba sin éxito llamar a su hermana mediante el sistema de control por voz. Después de cinco intentos fallidos, le sugirió que intentara hablar con voz más grave: “Funcionó a la primera”.
Cuando llegan las 14.30, y aunque Amanda ya lleva más de dos horas en la oficina, todavía no se ha quitado la chaqueta. No lo hace casi nunca, ni en invierno ni en verano. Así, la imagen de oficinas llenas de mujeres envueltas en chales y hombre con las camisas arremangadas no es extraña. Explica el libro que la fórmula para determinar el estándar de esta última surgió en los sesenta a partir de la tasa de reposo metabólico del hombre medio de 40 años y 70 kilos. Sin embargo, un estudio reciente mostró que “la tasa metabólica de las jóvenes que realizan trabajos de oficina ligeros es significativamente más baja que los valores normales de los hombres que realizan el mismo tipo de actividad. De hecho, la fórmula puede sobreestimar la tasa metabólica femenina hasta en un 35%, lo que significa que las oficinas actuales están en promedio cinco grados demasiado frías para las mujeres”.
Google Imágenes no refleja la realidad
de las mujeres en EE UU
Las mujeres están mal representadas en 45 profesiones evaluadas en las búsquedas de Google
En Google
En la realidad
Directoras
generales
11%
27%
Google Imágenes no refleja la realidad
de las mujeres en EE UU
Las mujeres están mal representadas en 45 profesiones evaluadas en las búsquedas de Google
En Google
En la realidad
Directoras
generales
11%
27%
Google Imágenes no refleja la realidad
de las mujeres en EE UU
Las mujeres están
mal representadas en 45 profesiones evaluadas en las búsquedas de Google
En Google
En la realidad
Directoras
generales
11%
27%
Google Imágenes no refleja la realidad
de las mujeres en EE UU
Las mujeres están
mal representadas en 45 profesiones evaluadas en las búsquedas de Google
En Google
En la realidad
Directoras
generales
11%
27%
La desigualdad pasa del termómetro a las pantallas, a las búsquedas de Google. Según un estudio de la Universidad de Washington, las mujeres estaban infrarrepresentadas en las 45 profesiones que evaluaron en Google Imágenes, siendo el resultado más divergente el de director general. Y también ocurre con los corpus de texto (conjunto de documentos) que se utilizan al entrenar un software de traducción, un software de escaneo de currículums o algoritmos de búsqueda en la web. Relata Criado en el libro que buscando en el corpus nacional de Reino Unido (cien millones de palabras de una amplia gama de textos de finales del siglo XX), encontró que los pronombres femeninos aparecían aproximadamente la mitad de veces que los masculinos; y en el corpus de 520 millones de palabras del inglés americano contemporáneo hay una proporción de dos pronombres masculinos por uno femenino a pesar de incluir textos recientes, de 2015.
A las 17.30, Amanda ha seguido con el encadenamiento de desplazamiento. Recogió a su hija y su hija del colegio y la guardería y ha ido a dejar a Ana a clase de música, un ámbito en el que también existe brecha de género. El capítulo cuatro, El mito de la meritocracia, arranca con la historia de la Orquesta Filarmónica de Nueva York. Durante la mayor parte del siglo XX, en esa orquesta no hubo músicas. Pero de pronto algo cambió, a partir de los años setenta, el número empezó a subir: de 0% a 10% en una década. Fueron las audiciones a ciegas. Comenzaron a principios de esa década por un pleito y consisten en que los miembros del comité de contratación no pueden ver quién está tocando en la audición, una pantalla los separa de la persona que toca. A principios de los ochenta, las mujeres comenzaron a representar el 50% de las nuevas contrataciones. Hoy, la proporción de músicas en la Filarmónica de Nueva York es superior al 45%.
Las mujeres pianistas
tienen más dificultades
El ancho medio del palmo de una mujer mide de 18 a 20 centímetros
Y el de un hombre mide de media 22,3 centímetros
Las octavas de un teclado miden 18,7 cm.
1 octava
El tamaño del teclado presenta desventajas
al 87% de las mujeres pianistas adultas
Las mujeres pianistas
tienen más dificultades
El ancho medio del palmo de una mujer mide de 18 a 20 centímetros
Y el de un hombre mide de media 22,3 centímetros
Las octavas de un teclado miden 18,7 cm.
1 octava
El tamaño del teclado presenta desventajas
al 87% de las mujeres pianistas adultas
Las mujeres pianistas tienen más dificultades
El ancho medio del palmo de una mujer mide
de 18 a 20 centímetros
El ancho medio del palmo de un hombre mide de media
22,3 centímetros
Las octavas de un teclado estándar miden 18,7 cm.
1 octava
El tamaño del teclado presenta desventajas
al 87% de las mujeres pianistas adultas
Las mujeres pianistas tienen más dificultades
El ancho medio del palmo de una mujer mide
de 18 a 20 centímetros
El ancho medio del palmo de un hombre mide de media
22,3 centímetros
Las octavas de un teclado estándar miden 18,7 cm.
1 octava
El tamaño del teclado presenta desventajas
al 87% de las mujeres pianistas adultas
También los instrumentos, cómo se fabrican, tienen sesgo masculino. Se siguen diseñando los instrumentos musicales a la medida de la mano del hombre, escribe Criado en el libro, “como si la talla única de hombre fuera una talla única para todos”. Por ejemplo, el piano. El ancho medio del palmo de una mujer mide de 18 a 20 centímetros, lo que hace que el teclado estándar de 122 centímetros sea todo un desafío. Las octavas de un teclado estándar miden 18,7 centímetros de ancho, lo que, según reveló un estudio, presenta desventajas al 87% de las pianistas adultas. Y otro estudio realizado en 2015, apunta el libro, que comparaba el ancho del palmo de 473 pianistas adultos con el nivel de reconocimientos que habían alcanzado, dio como resultado que las medidas de las 12 pianistas de renombre internacional eran de 22,35 centímetros o más. Los palmos de las dos mujeres que lograron introducirse en este ensalzado grupo eran de 22,86 y 24,13 centímetros.
A las 19.30, Amanda hace su penúltimo viaje del día. De la escuela de música al parque. Abuelas y algún abuelo y otras madres y algún padre van y vienen entre columpios y pelotas. Pero Amanda, a esa hora, se cruza sobre todo con mujeres. Son ellas quienes siguen realizando mayoritariamente los trabajos a tiempo parcial o más precarios. En la Unión Europea existe una brecha de empleo del 12% entre hombres y mujeres (la cifra varía entre el 1,6% en Letonia y el 27,7% en Malta), del 13% en EE UU y del 27% en todo el mundo. El Foro Económico Mundial ha calculado que cerrar esta brecha “tendría enormes repercusiones económicas en las economías desarrolladas, aumentando el PIB de EE UU en un 9% y el de la Eurozona en un 13%.
Las mujeres le dedican más tiempo de ocio
a actividades de colaboración
Más masculinizado
Más feminizado
Ayudas informales a otros
Actividades participativas
Ocio pasivo
Ver la tele
Vida social
Lectura
Voluntariado
Cultura
Ejercicio físico
Informática
Radio
Juegos
0,0
Las mujeres le dedican más tiempo de ocio
a actividades de colaboración
Más masculinizado
Más feminizado
Ayudas informales a otros
Actividades participativas
Ocio pasivo
Ver la tele
Vida social
Lectura
Voluntariado
Cultura
Ejercicio físico
Informática
Radio
Juegos
0,0
Las mujeres le dedican más tiempo de ocio
a actividades de colaboración
Más masculinizado
Más feminizado
Las mujeres le dedican más horas a actividades de colaboración
Ayudas informales a otros
Actividades participativas
Ocio pasivo
Ver la tele
Vida social
Lectura
Voluntariado
Cultura
Los hombres le dedican más tiempo al deporte, a la tecnología y a los juegos
Ejercicio físico
Informática
Radio
Juegos
Las mujeres le dedican más tiempo de ocio
a actividades de colaboración
Más masculinizado
Más feminizado
Las mujeres le dedican más horas a actividades de colaboración
Ayudas informales a otros
Actividades participativas
Ocio pasivo
Ver la tele
Vida social
Lectura
Voluntariado
Cultura
Los hombres le dedican más tiempo al deporte, a la tecnología y a los juegos
Ejercicio físico
Informática
Radio
Juegos
Según el estudio sobre ocio de Closing Gap, las mujeres dedican más horas de su tiempo de ocio a actividades como ayudas informales a otros o actividades participativas. Mientras que los hombres le dedican más horas al deporte o la tecnología.
Las mujeres en el Reino Unido
tienen tasas más altas de depresión
y ansiedad relacionadas con el trabajo
Por cada 1.000 trabajadoras, más de 20 sufren estos trastornos
20,2
Mujeres
Hombres
14,9
25
20
15
10
5
0
Por edades
16 - 24
25-34
35-44
45-54
Más de 55
Las mujeres de 25 a 44 años son las que más prevalencia tienen
25
20
15
10
5
0
Las mujeres en el Reino Unido
tienen tasas más altas de depresión
y ansiedad relacionadas con el trabajo
Por cada 1.000 trabajadoras, más de 20 sufren estos trastornos
20,2
Mujeres
Hombres
14,9
25
20
15
10
5
0
Por edades
16 - 24
25-34
35-44
45-54
Más de 55
Las mujeres de 25 a 44 años son las que más prevalencia a sufrir ansiedad y depresión
25
20
15
10
5
0
Las mujeres en el Reino Unido tienen tasas más altas
de depresión y ansiedad relacionadas con el trabajo
Por cada 1.000 trabajadoras, más de 20 sufren estos trastornos
20,2
Mujeres
Hombres
14,9
25
20
15
10
5
0
Por edades
16 - 24
25-34
35-44
45-54
Más de 55
Las mujeres de 25 a 44 años son las que más prevalencia a sufrir ansiedad y depresión
25
20
15
10
5
0
Las mujeres en el Reino Unido tienen tasas más altas
de depresión y ansiedad relacionadas con el trabajo
Por cada 1.000 trabajadoras, más de 20 sufren estos trastornos
20,2
Mujeres
Hombres
14,9
25
20
15
10
5
0
Por edades
16 - 24
25-34
35-44
45-54
Más de 55
Las mujeres de 25 a 44 años son las que más prevalencia a sufrir ansiedad y depresión
25
20
15
10
5
0
El estrés acumulado del día también se refleja más en las mujeres. Ellas, según un estudio del departamento de Salud y Seguridad de Reino Unido, están un 53% más estresadas que los hombres, una diferencia particularmente marcada en la franja de 35 a 44 años. Para ellos, la tasa era de 1.270 casos por cada 100.000 trabajadores, para ellas, de 2.250 casos. En ese mismo país, las mujeres tienen tasas más altas de depresión y ansiedad relacionadas con el trabajo, por cada 1.000 trabajadoras, 20,2 sufren estos trastornos; en ellos, la tasa es de 14,9. Datos como estos son parte del objetivo final de la autora: “Las mujeres mueren simplemente porque no estamos recopilando datos sobre ellas. Están muriendo porque los médicos no reconocen sus síntomas; porque los tratamientos médicos que hemos desarrollado no siempre funcionan en cuerpos femeninos; porque los autos han sido diseñados para proteger al hombre promedio. Quería abrir los ojos de las personas sobre el grave impacto que la brecha de datos de género está teniendo en las vidas de las mujeres, para que podamos comenzar a tomarnos en serio su cierre”.
A las 21.30 todos han vuelto a casa. Mientras Amanda termina de cocinar, Miguel está da la cena a los niños —en España, según el estudio Las mujeres hoy (2018), entre las mujeres que conviven con un hombre y tienen trabajo remunerado, el 67% de las tareas de la casa recaen sobre ellas y sobre ellos el 29%—, la lista de cosas por hacer de la nevera se ha reducido y en la televisión una política habla sobre un incendio al otro lado del mundo. Y ni la política ni las catástrofes escapan a la desigualdad.
Las mujeres como víctimas de guerra
Mujeres violadas
60.000
Bosnia (1992-1995)
Ruanda (1994)
Sierra Leona (1991-2002)
Liberia (1989-2003)
R. D. Congo (1998)
250.000
60.000
40.000
200.000
Solo estos cinco conflictos suman más de 600.000 mujeres violadas.
Fuente: ONU.
Las mujeres como víctimas de guerra
Mujeres violadas
60.000
Bosnia (1992-1995)
Ruanda (1994)
Sierra Leona (1991-2002)
Liberia (1989-2003)
R. D. Congo (1998)
250.000
60.000
40.000
200.000
Solo estos cinco conflictos suman más de 600.000 mujeres violadas.
Fuente: ONU
Las mujeres como víctimas de guerra
Mujeres violadas
60.000
Bosnia (1992-1995)
Ruanda (1994)
Sierra Leona (1991-2002)
Liberia (1989-2003)
R. D. Congo (1998)
250.000
60.000
40.000
200.000
Solo estos cinco conflictos suman más de 600.000 mujeres violadas.
Fuente: ONU
Las mujeres como víctimas de guerra
Mujeres violadas
60.000
Bosnia (1992-1995)
Ruanda (1994)
Sierra Leona (1991-2002)
Liberia (1989-2003)
R. D. Congo (1998)
250.000
60.000
40.000
200.000
Solo estos cinco conflictos suman más de 600.000 mujeres violadas.
Fuente: ONU
La violencia doméstica contra las mujeres aumenta cuando estalla un conflicto, apunta el capítulo 16, No es la catástrofe lo que las mata. También la violencia sexual. Se calcula que 60.000 mujeres fueron violados en los tres años que duró la guerra de Bosnia y hasta 250.000 en el genocidio de Ruanda de 100 días, por ejemplo. Y los desastres naturales también tienen mayor incidencia en ellas. En 2007 se publicó el primer análisis cuantitativo sistemático (141 países entre 1981 y 2002) sobre la disparidad entre los sexos en la mortalidad causada por estas catástrofes. Un repaso que reveló que las mujeres tienen bastantes más probabilidades de morir que los hombres en un desastre natural, y que cuanto mayor sea el número de fallecidos en relación con el tamaño de la población, mayor será la disparidad entre los sexos en la esperanza de vida. Y, cuanto mayor es el nivel socieconómico de las mujeres en un país, menor es la brecha de género en las muertes.
Las políticas también sufren
violencia por ser mujeres
Un 81,8% de las parlamentarias han sufrido violencia psíquica
El 21,8% han sido sometidas a actos de violencia sexual
Y el 25,5% han sufrido algún tipo de ataque físico
Fuente: Unión Interparlamentaria.
Las políticas también sufren
violencia por ser mujeres
Un 81,8% de las parlamentarias han sufrido violencia psíquica
El 21,8% han sido sometidas a actos de violencia sexual
Y el 25,5% han sufrido algún tipo de ataque físico
Fuente: Unión Interparlamentaria.
Las políticas también sufren
violencia por ser mujeres
Un 81,8% de las parlamentarias han sufrido violencia psíquica
El 21,8% han sido sometidas a actos de violencia sexual
Y el 25,5% han sufrido algún tipo de ataque físico
Fuente: Unión Interparlamentaria.
Las políticas también sufren
violencia por ser mujeres
Un 81,8% de las parlamentarias han sufrido violencia psíquica
El 21,8% han sido sometidas a actos de violencia sexual
Y el 25,5% han sufrido algún tipo de ataque físico
Fuente: Unión Interparlamentaria.
En positivo, unas cifras que recoge La mujer invisible: “Un análisis de 182 acuerdos de paz firmados entre 1989 y 2011 permitió ver que cuando se incluye a las mujeres en los procesos de paz, un acuerdo tiene un 20% más de probabilidades de durar al menos dos años, y un 35% más de durar al menos 15”. Explica Criado que no se trata de que ellas negocien mejor, sino, en parte, para qué negocian. Clare Castillejo, una especialista en gobernabilidad y derechos en países frágiles, le señaló que “las mujeres a menudo llevan cuestiones importantes a la agenda de la construcción de la paz que las élites masculinas tienen a pasar por algo”, como la inclusividad y la accesibilidad en los procesos e instituciones, y la importancia de las esferas locales e informales. Y, en esa esfera, la contraparte: el sexismo, el acoso y la violencia que también sufren las políticas. Un informe de la Unión Interparlamentaria concluyó que el sexismo, el acoso y la violencia contra las políticas constituían un “fenómeno que no conocía fronteras y que existe en diferentes grados en todos los países”. Según el informe, el 66% de las parlamentarias eran sometidas con regularidad a comentarios misóginos por parte de sus colegas masculinos, que iban de lo degradante a la amenaza.
Cuando se apagan las luces en el piso de Amanda y Miguel, las brechas y las desigualdades continúan. Fuera y dentro de las casas. En cualquier ciudad. En la universidad de Yale, en 2015, un estudio estimó los costes tangibles e intangibles con un modelo matemático que vinculaba el riesgo de agresión sexual al número de baños y el tiempo que tarda una mujer en llegar hasta ellos. El modelo se aplicó en Khayelitsa, en Sudáfrica, donde había 5.600 aseos. Se producían 635 agresiones que suponían un coste al Estado de 40 millones al año. Según el estudio, subir la cifra de baños a 11.300, con un coste de 12 millones, reduciría la distancia que tienen que recorren las mujeres para llegar a la mitad y bajarían un 30% las agresiones.
Menor riesgo de agresión
sexual si hay un baño cerca
Agresiones
En la actualidad, hay 5.600 aseos y se producen
635 agresiones.
Si se ampliarán a 11.300 baños, las agresiones se reducirían a 446, un 30%.
Más baños
Esto supondría un descenso en el coste
Coste
social de las
agresiones
Coste de
mantenimiento
de los baños
Escenario real
(5.600 baños)
40 millones
de dólares
35 millones
de dólares
Escenario óptimo
(11.300 baños)
Menor riesgo de agresión
sexual si hay un baño cerca
Agresiones
En la actualidad, hay 5.600 aseos y se producen
635 agresiones.
Si se ampliarán a 11.300 baños, las agresiones se reducirían a 446, un 30%.
Más baños
Esto supondría un descenso en el coste
Coste
social de las
agresiones
Coste de
mantenimiento
de los baños
Escenario real
(5.600 baños)
40 millones
de dólares
35 millones
de dólares
Escenario óptimo
(11.300 baños)
Menor riesgo de agresión
sexual si hay un baño cerca
Menos
agresiones
En la actualidad, hay 5.600 aseos y se producen
635 agresiones.
Si se ampliarán a 11.300 baños, las agresiones se reducirían a 446, un 30%.
Más baños
Esto supondría un descenso en el coste
Coste
social de las
agresiones
Coste de
mantenimiento
de los baños
Escenario real
(5.600 baños)
40 millones
de dólares
35 millones
de dólares
Escenario óptimo
(11.300 baños)
Menor riesgo de agresión
sexual si hay un baño cerca
Menos
agresiones
En la actualidad, hay 5.600 aseos y se producen
635 agresiones.
Si se ampliarán a 11.300 baños, las agresiones se reducirían a 446, un 30%.
Más baños
Esto supondría un descenso en el coste
Coste
social de las
agresiones
Coste de
mantenimiento
de los baños
Escenario real
(5.600 baños)
40 millones
de dólares
35 millones
de dólares
Escenario óptimo
(11.300 baños)
El miedo a las agresiones es algo que aumenta en los espacios abiertos, sobre todo de noche y con poca iluminación. En 2014, el Instituto de Australia descubrió que el 87% de las mujeres que encuestaron había sido objeto de acoso verbal o físico por la calle. En Francia, según otro análisis, le había ocurrido en el transporte público al 90% de las mujeres que habían encuestado. Y un estudio del Departamento de Transporte de Reino Unido reveló la diferencia entre la percepción de peligro de hombres y mujeres: el 62% de ellas tiene miedo a caminar en aparcamientos de varios pisos, el 60% a hacerlo en los andenes de estaciones de tren, el 49% en la parada del autobús, y el 59% en llegar hasta casa desde un andén o una parada de autobús.
Las mujeres del Reino Unido
tienen más miedo en lugares públicos
Mujeres que perciben miedo
62%
En aparcamientos
En estaciones de tren
Caminando a casa
En paradas del bus
60%
59%
49%
Las mujeres del Reino Unido
tienen más miedo en lugares públicos
Mujeres que perciben miedo
62%
En aparcamientos
En estaciones de tren
Caminando a casa
En paradas del bus
60%
59%
49%
Las mujeres del Reino Unido
tienen más miedo en lugares públicos
Mujeres que perciben miedo
62%
En aparcamientos
En estaciones de tren
Caminando a casa
En paradas del bus
60%
59%
49%
Las mujeres del Reino Unido
tienen más miedo en lugares públicos
Mujeres que perciben miedo
62%
En aparcamientos
En estaciones de tren
Caminando a casa
En paradas del bus
60%
59%
49%
Caroline Criado, tras esta exhaustiva recopilación de datos, no sabría cuál de ellos le impactó más. Lo que sí le sorprendió fueron “las excusas” que fue encontrando para no recopilar datos sobre mujeres: “La la excusa más común era que las mujeres son demasiado complicadas para medir. Nuestros patrones de viaje son demasiado complicados, las contribuciones económicas son demasiado complicadas, nuestros cuerpos son demasiado complicados”. Dice que aquellos que rechazan a la mitad de la población por ser demasiado complicada no tienen “la misma excusa que la mayoría de las personas que simplemente se olvidan de incluirlas”. Se refiere a aquellos que se encargan de recopilar los datos y le parece aún peor: “También suelen conocer el grave impacto que tiene la exclusión de las mujeres en nuestra salud y bienestar. Y, sin embargo, siguen eligiendo excluirnos porque es más fácil”.
Imagina que estás en una cena con amigos
o una reunión de trabajo con
10 mujeres a tu alrededor
Al menos 3 de ellas
han sufrido violencia física o sexual
por parte de un compañero sentimental
o violencia sexual
por parte de otra persona
Imagina que estás en una cena con amigos
o una reunión de trabajo con
10 mujeres a tu alrededor
Al menos 3 de ellas
han sufrido violencia física o sexual
por parte de un compañero sentimental
o violencia sexual
por parte de otra persona
Imagina que estás en una cena con amigos o una reunión de trabajo con
10 mujeres a tu alrededor
Al menos 3 de ellas
han sufrido violencia física o sexual por parte de un compañero sentimental
o violencia sexual por parte de otra persona
Imagina que estás en una cena con amigos o una reunión de trabajo con
10 mujeres a tu alrededor
Al menos 3 de ellas
han sufrido violencia física o sexual por parte de un compañero sentimental
o violencia sexual por parte de otra persona
Pero cree que no hay un culpable concreto. “Lo somos todos y ninguno: “Esta brecha es simplemente el resultado de un sesgo que todos tenemos. Y ese sesgo es muy simple: cuando pensamos en un ser humano, nueve de cada diez veces estamos pensando en un hombre. Estamos tan acostumbrados a pensar en los hombres como neutrales en cuanto al género, y en las mujeres como sexuadas y sexuadas, que inconscientemente posicionamos a las mujeres como una minoría, cuando, de hecho, constituyen la mitad del mundo”. Y la evidencia, para ella, es “muy clara”: “No recoger datos sobre mujeres sale caro”. Espeta que si se desea asignar recursos de manera efectiva, si se desea diseñar productos que los consumidores deseen comprar, primero hay que saber con quién está tratando: “Si no te importa salvar la vida de las mujeres, tal vez te importe ahorrar dinero”.
Los datos de este artículo han sido extraídos del libro La mujer invisible (Seix Barral, 2020), cuando ha sido posible se han actualizado. Y, en algunos casos [en los que se especifica], han sido recogidos de otras fuentes como la Organización Internacional del Trabajo o la ONU.
Créditos
- Información: Isabel Valdés
- Infografía: Yolanda Clemente
- Ilustraciones: María josé Durán
- Maquetación: Alejandro Gallardo