Los sindicatos argentinos, los más
poderosos de América Latina, en datos
Más de 3.000 sindicatos agrupan a unos 3 millones de trabajadores argentinos. Muchos de los líderes de los gremios más importantes llevan hasta 30 años en el poder. Han sobrevivido a denuncias de corrupción, procesos neoliberales, a la crisis de 2001 y al kirchnerismo. Quiénes son los “gordos” del sindicalismo, la monarquía paralela en Argentina.
29 años en el cargo
Entre 150.000 y 230.000 afiliados
El sindicalista más conocido y con mayor capacidad de movilización de Argentina, Hugo Moyano (La Plata, 1944), da un paso al costado en su meteórica carrera sindical. Se despide de la mayor central obrera del país, la CGT, tras más de 13 años en la secretaría general, todo un récord. Criado en el seno de una familia humilde en Mar del Plata, Moyano entró en el mundo sindical con 18 años. Desde 1987, bajo la dirección de Moyano, Camioneros ha disparado el número de afiliados y ha expandido sus tentáculos a 14 ramas de actividad: carga, repartidores, barrenderos, recolectores de basura y empleados postales, entre otros. Esto le permite decir que con sólo cinco llamadas puede parar el país. Moyano tejió una sólida alianza con el kirchnerismo, pero la rompió en 2012. Durante la última campaña hizo malabares lingüísticos para no pedir el voto por Macri.
30 años en el cargo
Unos 300.000 afiliados
Representante del ala conservadora del peronismo, Luis Barrionuevo (Catamarca, 1942) ha combinado su carrera gremial con la política y es hoy uno de los líderes sindicales más polémicos. Llegó al gremio de Gastronómicos en 1975, cuando intentó tomar el sindicato por la fuerza, y pese a ese incidente no paró de escalar hasta que en 1986 llegó a la Secretaría General. En 2008, ante la imposibilidad de desalojar a Moyano de la CGT, se escindió y creó la CGT Azul y Blanca. Con Carlos Menem (1989-1999) en la Presidencia, se hizo tristemente célebre por frases como “tenemos que dejar de robar por lo menos dos años” y “en este país nadie hace la plata trabajando”. Fue presidente del club deportivo Chacarita Juniors (1993-2005). En 2006 fue imputado en una causa judicial por presuntas irregularidades en el sistema de salud para los jubilados (PAMI).
12 años en el cargo
Unos 300.000 afiliados
Considerado un sindicalista de bajo perfil y con fama de negociador paciente, Antonio Caló alcanzó su máximo protagonismo en 2012, al ser elegido secretario de la CGT oficialista en un intento de Cristina Fernández de Kirchner de debilitar a Moyano, que quedó al frente de la CGT - Azopardo. Caló, nacido en Buenos Aires hace 68 años, comenzó su carrera gremial a finales de los 60 en Pirelli, donde conoció al histórico dirigente Lorenzo Miguel. Se formó a su lado durante varias décadas, en las que fue asesor del sindicato, jefe de Gremiales y administrador de un policlínico, hasta que contra todo pronóstico se quedó con la titularidad de la UOM en 2004. Su mensaje moderado en la recta final del kirchnerismo chocó con las duras críticas lanzadas por el líder camionero.
25 años en el cargo
Unos 800.000 afiliados
En su infancia, compartida con ocho hermanos, fue “fileteador, aprendiz de herrería, boyero, ordeñador, esquilador, peón de campo, alambrador, tropero, palero y estibador”, según su autobiografía. Pero hoy, a punto de cumplir 75 años, Gerónimo Momo Venegas es un influyente sindicalista, que se mostró cercano a Macri durante la campaña electoral. Militante en UATRE desde 1968, llegó a su Secretaría General en 1991 y en la actualidad ocupa también la secretaría de Interior de la CGT de Moyano. En 2008 intentó mediar en el conflicto abierto entre el campo y la presidenta, Cristina Fernández, pero después se distanció con rapidez. Pese a su compromiso público para reducir el trabajo infantil, este no ha desaparecido y el trabajo agrícola en negro ronda el 70%. Fue procesado por el supuesto manejo irregular de medicamentos en 2011, pero no ha sido llevado a juicio. Está en contra de la unificación de la CGT tal y como la plantea Moyano.
26 años en el cargo
Unos 1,5 millones de afiliados
El más gordo entre los Gordos (gremios grandes). Armando Cavalieri lidera el sindicato con mayor número de afiliados de Argentina, el de Comercio (SEC). En los 70, el gremio lo expulsó por una denuncia por estafa en un plan de viviendas, pero logró volver. La dictadura no fue un obstáculo sino un trampolín: en esos años encabezó la Comisión Nacional del Trabajo, el sector sindical que dialogaba con los militares, junto a Jorge Triaca, el fallecido padre del actual ministro de Trabajo. Con el regreso de la democracia, asumió en el SEC Capital en 1986 y cuatro años después pasó a dirigir el sindicato a nivel nacional. Durante los 90 supo acercarse a Menem -que le benefició mucho con la desregulación sindical- y en la década pasada mantuvo buenos vínculos también con el kirchnerismo, como muestra su apoyo a Caló frente a Moyano. Fue procesado en los 90 por amenazas a una periodista que investigó su abultado patrimonio.
31 años en el cargo
Unos 180.000 afiliados
Uno de los sindicalistas más veteranos, con más de 30 años al frente del sindicato de Sanidad. Fue cercano al menemismo y en la actualidad es considerado uno de los dirigentes con más influencia entre los grandes gremios, como demuestra la elección de su segundo, Héctor Daer, como parte del triunvirato de la CGT unificada. En los últimos años ha cedido protagonismo mediático a Daer, quien desde 2013 es diputado por el Frente Renovador, que encabeza a nivel nacional Sergio Massa.
34 años en el cargo
Acumula cinco mandatos al frente del sindicato de taxistas. Nacido en 1952 en Buenos Aires, Viviani comenzó a trabajar de taxista a los 19 años, cuando se afilió al sindicato que llegó a encabezar 11 años después. Formado sindicalmente bajo el ala de Hugo Moyano, su alianza con el líder camionero se enfrió a partir de 2011, cuando Moyano se alejó del kirchnerismo. Dejó la CGT y fundó el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), al que adhieren también importantes gremios, como el de ferroviarios, mecánicos (Smata), Luz y Fuerza y Petroleros. En 2007, su hermano Horacio apareció en un coche con dos tiros en el pecho, pero su confusa muerte nunca se ha aclarado. La llegada de Mauricio Macri a la Presidencia no ha mermado de forma significativa su poder. Ahora se opone al proceso de unificación de las tres CGT.
16 años en el cargo
Unos 360.000 afiliados
Aunque nunca trabajó en la construcción, Gerardo Martínez lleva 26 años al frente del sindicato. Como otros dirigentes gremiales argentinos, su carrera sindical se ha complementado con cargos políticos. De su primer puesto de responsabilidad en la UOCRA en 1984, saltó a la secretaría general del gremio en 1990, con 34 años. Un año antes, con Carlos Menem como presidente, fue designado jefe de Gabinete del ministro de Trabajo, Jorge Triaca. En 1995 fue elegido secretario general de la CGT y entre 1997 y 2001 fue diputado nacional por el Partido Justicialista. Quedó golpeado en 2012, cuando su nombre apareció en la lista de agentes del Batallón de Inteligencia 601 durante la dictadura (1976-1983), pero la Justicia lo sobreseyó en la causa y mantiene su influencia. Encabeza uno de los gremios más afectados por el aumento del desempleo desde que gobierna Macri.
10 años en el cargo
Unos 1,4 millones de afiliados
Titular de la central obrera que se escindió de la CGT en 1991, la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), desde hace una década. Nacido a las afueras de Buenos Aires en 1949, de padres socialistas y formado en la juventud peronista de los 70, Hugo Yasky se inició en la militancia sindical poco después de empezar a trabajar como maestro. Primero fue elegido como secretario general del sindicato de docentes de Buenos Aires en 1994, tres años después accedió a la conducción de la CTA de la capital argentina y en 2006 llegó a la secretaría general nacional. Se mostró cercano al kirchnerismo y es muy crítico con las políticas del Gobierno de Mauricio Macri.
23 años en el cargo
El hombre fuerte del triunvirato que dirigirá la CGT a partir del 22 de agosto. Miembro de la comisión directiva de la CGT Azopardo, acompaña a Moyano desde finales de los años 90, cuando el líder camionero preparó el asalto a la CGT conducida entonces por Rodolfo Daer. Nacido en Rosario en 1951, la militancia sindical de Schmid se remonta a los años 60, cuando ingresa al Ministerio de Obras Públicas en la Dirección Nacional de Puertos. El 11 de junio de 1971 fundó el Sindicato del Personal de Dragado y Balizamiento, del que es su máximo representante desde el año 1993. Es un gremio pequeño, pero Schmid tiene fuerza para impulsar paros portuarios que impiden la exportación de granos, la principal fuente de ingresos de Argentina. Desde 2005, el portuario está al frente de la poderosa Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte, que aglutina a 36 gremios del sector, pertenecientes a la CGT que responde a Moyano.
11 años en el cargo
Víctor Santamaría (Buenos Aires, 1965) es un sindicalista atípico, al frente del gremio de porteros de edificios (SUTERH) desde 2005. Además de combinar la dirigencia gremial con una carrera política y deportiva, Santamaría ha ido un paso más allá y ha entrado en el mundo de la comunicación, con medios opositores a Macri. Como director general del Grupo Octubre, gestiona un diario - Página 12-, tres revistas -entre ellas Caras y Caretas- y dos radios.En la actualidad es también diputado por el Parlasur, titular del Partido Justicialista de Buenos Aires y presidente del Club Sportivo Barracas desde 2012. Comenzó a militar en política dentro del peronismo en los años 80 y en 1999 fue elegido legislador de Buenos Aires, cargo en el que permaneció dos años.
9 años en el cargo
Unos 60.000 afiliados
Roberto Fernández llegó a la conducción del sindicato de colectivos (autobuses) hace 9 años, cuando su mentor, Juan Manuel Palacios, se vio obligado a dimitir después de 20 años por un escándalo de compras millonarias de campos. Fernández fue la mano derecha de Palacios y se ha visto salpicado también por investigaciones periodísticas que vinculaban a ambos a una cuenta opaca en las islas Bahamas. Fernández compareció junto al ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, cuando se anunció la fuerte subida de tarifas de trenes y autobuses, el pasado abril, una medida polémica que ha generado un gran descontento social.
Créditos
Coordinación y Documentación: Mar Centenera
Edición: Mar Centenera y Carlos Cue
Infografía: Manuel Martínez
Diseño: Ignacio Povedano y Maria José Durán
Maquetación: Manuel Martínez