Las mil caras de la corrupción
El año en que la corrupción se hizo insoportable y transparente
La recta final de las macrocausas judiciales pone bajo sospecha a la clase política española. El fraude en las instituciones se convierte en el segundo problema en las encuestas
La corrupción vinculada al poder político en los últimos 20 años de historia de España se ha hecho trasparente en 2014. Las distintas macrocausas judiciales abiertas hace años contra el pillaje institucional encaran ahora la recta final para encajar todas las piezas delictivas.
Los jueces han destapado tantos escándalos en este tiempo –algunos de nueva generación- que la sociedad, alarmada, ha puesto a la clase política bajo sospecha. La corrupción se ha convertido, tras el paro, en el problema que más preocupa en España. Nunca antes había pasado algo parecido en la reciente etapa democrática. Nunca como en 2014 se acumularon tantos indicios para el hartazgo y la decepción.
El catálogo de instrumentos utilizados para robar dinero público es tan amplio y los imputados son tan poderosos que la instrucción de los distintos sumarios ha caminado a paso de tortuga por una senda cargada de obstáculos.
Entre el aluvión de recursos que disparan los bufetes más caros de España, defensores de algunos implicados, y los cientos de comisiones rogatorias que los jueces han tenido que dirigir a decenas de países donde se guardaba el dinero de la rapiña, las macrocausas más conocidas acumulan años de trabajo.
En las investigaciones abiertas en la Audiencia Nacional y en juzgados de toda España se acumulan miles de pruebas de blanqueo de capitales, prevaricación, cohecho, malversación de caudales públicos, fraude a la administración, delito fiscal y tráfico de influencias. Cientos de políticos y empresarios se enredaron en estas prácticas.
Este año han ingresado en la cárcel el ex presidente balear Jaume Matas; el ex presidente de la diputación provincial de Castellón Carlos Fabra; el ex senador y ex consejero del Gobierno madrileño, Francisco Granados y la cantante Isabel Pantoja, entre otros. Continúan en prisión el ex presidente de la patronal CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, y el ex tesorero nacional del PP, Luis Bárcenas.
Han tenido que hacer frente a fianzas multimillonarias los ex presidentes de Caja Madrid, Rodrigo Rato y Miguel Blesa, por el uso indebido de tarjetas de crédito con las que gastaron cientos de miles de euros sin control alguno.
El catálogo de instrumentos utilizados para robar dinero público es tan amplio y los imputados son poderosos
Ha dimitido la ministra de Sanidad, Ana Mato, señalada como partícipe a título lucrativo de los supuestos delitos de corrupción cometidos por su ex marido, el ex dirigente del PP, Jesús Sepúlveda. El partido del Gobierno también ha sido implicado por aprovecharse de la corrupción de sus dirigentes.
Están a un paso del banquillo la cúpula valenciana del PP por delito electoral y fraude; los Duques de Palma por el caso Nóos; una decena de ex altos cargos del PP en la Comunidad de Madrid y tres ex tesoreros nacionales de esta formación por el caso Gürtel.
Están imputados algunos de los principales empresarios del país por el caso Bárcenas; la familia del ex presidente Jordi Pujol por supuesto blanqueo de capitales; medio Gobierno andaluz por el fraude en el reparto de las ayudas a empresas para Expedientes de Regulación de Empleo o media docena de alcaldes en el caso Púnica.
Los ex presidentes andaluces Manuel Chaves y José Antonio Griñán tienen un proceso abierto en el Tribunal Supremo como jefes políticos del programa fraudulento de subvenciones a empresas.
Las redes delictivas son tan extensas que los grandes partidos tienen dificultades para confeccionar candidaturas limpias ante las elecciones del próximo mayo, una contienda donde la corrupción pesará más que nunca, según vaticinan todas las encuestas.
En 2011, algunos de los escándalos que todavía se están investigando ya ensuciaban el prestigio de los grandes partidos aunque no hubo coste electoral. El PP repitió mayorías absolutas en Madrid y la Comunidad Valenciana, los dos feudos donde la corrupción de la red Gürtel había hecho sus principales negocios ilícitos con la ayuda de numerosos dirigentes populares, que se lucraron con el amaño de contratos y el tráfico de influencias.
2014 termina con algunas luces de emergencia iluminando el camino del escándalo. Son los juicios previstos por el delito electoral del PP valenciano; por la red corrupta Gürtel vinculada al PP o por el fraude masivo de las empresas de Iñaki Urdangarín y su esposa, Cristina de Borbón. Esas vistas llenarán 2015 de titulares para el descrédito, mayor aún, de políticos y empresarios.