La tímida recuperación económica
Una recuperación que empieza de muy abajo
La economía española crea empleo por primera vez desde que comenzó la crisis
Todos los datos apuntan que el mercado laboral ha comenzado a levantar cabeza en 2014. A comienzos de año tocó fondo, pero siete años después de que comenzará la crisis, las tornas han cambiado: se crea empleo y baja el paro. Los dos indicadores más básicos del mundo del trabajo parecen ir bien. Pero la recuperación empieza de muy abajo, las heridas siguen abiertas. La peor crisis económica en décadas se ha llevado por delante 3,8 millones de empleos y la tasa de paro ha llegado a un nivel no visto antes, casi el 27%. Volver a los niveles de ocupación y desempleo de 2007 costará muchos años y el camino que parece arrancar no solo muestra una mejoría, también precariedad.
En los primeros tres trimestres de 2014 se han creado unos 400.000 empleos, la afiliación a la Seguridad Social ha recuperado hasta noviembre más de 300.000 afiliados, el paro ha caído hasta los 5,4 millones después de haber superado los seis millones de largo a comienzos de 2013 e, incluso, aumenta el número de empresas. A diferencia de lo ocurrido en crisis anteriores, España ha necesitado menos crecimiento para crear empleo. Empezó a hacerlo en el segundo trimestre del año, entonces la encuesta de población activa detectó 200.000 empleos más que en el mismo periodo de 2013. Entonces la economía crecía apenas 0,6% respecto al año anterior.
Estos números demuestran que el mercado laboral español ha tocado suelo. Pero si hay un dato, una prueba que puede demostrar hasta a los más incrédulos que esto es así, solo hay que ver lo que ha sucedido con la construcción: ya no destruye empleo. El sector por el que comenzó el desplome ha sido uno de los últimos en dejar de caer. Siguiendo los números de la Seguridad Social, el suelo se alcanzó en octubre. Después de expulsar a 1,5 millones de afiliados del mercado de trabajo, el ladrillo tocó fondo con 980.000 cotizantes. No es el único sector.
Los sueldos han bajado, el empleo a tiempo parcial ha aumentado y los contratos temporales vuelven a ganar peso
La distancia entre los 2,5 millones de afiliados directos que la construcción ocupaba en 2007 y los poco menos de un millón que había en noviembre es, probablemente, la más grande entre todos los indicadores laborales entre la época del boom y la actual, cuando el mercado laboral empieza a recuperar algo el pulso. Pero hay otros que indican que en los siete años de caída, las heridas son grandes como para cicatrizar en unos pocos meses. La tasa de paro sigue está casi en el 24%, el número de desempleados de larga duración (quienes llevan un año o más sin trabajo) se acerca a los 3,5 millones o las familias sin ningún tipo de ingreso suman 729.000.
Todos esos datos que hablan de mejoría muestran que se ha cumplido uno de los pronósticos de la reforma laboral: España no iba a necesitar crecer al 2% respecto al año anterior para crear empleo como en crisis anteriores. Pero esta cara tiene una cruz: la mala calidad del empleo. Si la ocupación ha repuntado antes es porque la mano de obra ahora es más barata.
Desde febrero 2012, cuando se aprobó la reforma, los sueldos han bajado, el empleo a tiempo parcial ha aumentado y los contratos temporales vuelven a ganar peso. En definitiva, trabajo precario, trabajo más barato que permite crear puestos de trabajo con menos actividad que en crisis anteriores. Y a ellos se suma un ejército de parados en busca de empleo. También en eso hay datos que lo sustentan. Los empleos temporales se recuperan y suponen el 24,6% de todos los asalariados. El empleo a tiempo parcial crece y ya supone el 22,5% de los contratos registrados en la Seguridad Social.
La reforma laboral puede haber acortado el tiempo de espera para la mejora del empleo, pero no ha abierto otra puerta de salida.