Los días que va a la oficina, Juan Iraola suele seguir la misma rutina. Antes de sentarse en su despacho en las entrañas del Reale Arena, el estadio de la Real Sociedad, desfila por el túnel de vestuarios y se asoma al campo. El olor de la hierba, la majestuosidad del lugar, le trasladan a otro tiempo. Como cuando era un pequeño hincha y saltó al césped del añorado Atotxa para celebrar los títulos ligueros de los donostiarras en los ochenta o cuando se ponía de líbero para emular a su ídolo de entonces, el defensa Juan Antonio Larrañaga Gurrutxaga. La magia de ese momento íntimo le sirve a este ingeniero para no olvidar que, habiéndose quedado en discreto futbolista de Preferente, ha logrado convertirse, pasada la cincuentena, en una pieza importante del equipo de su vida como jefe de digitalización e innovación.
La primera vez que Iraola llamó a la puerta del club vasco fue en 2008. Por aquel entonces, al comienzo de la anterior recesión económica, había abandonado su puesto en una empresa donde llevaba décadas para juntarse con un compañero y ofrecer, ahora por libre, sistemas de tecnología a empresas que quisieran aumentar su negocio. Ambos pensaron que en el deporte, un sector que en buena medida había postergado su digitalización, encontrarían un hueco. Pero no fue así. Cuando propusieron implantar en la entidad txuri-urdin una red social privada para la comunicación entre empleados y con los socios, similar a lo que hoy sería Facebook o incluso Slack, les respondieron que en ese momento no estaban interesados.
Esa negativa se repitió en otros equipos y federaciones y sin embargo no los hizo desfallecer. Con una mentalidad forjada a base de resistir en maratones, asegura, Iraola volvió año tras año a contactar al club para transmitir las últimas novedades que habían surgido, movido tanto por la fidelidad a unos colores como por la convicción de que sus conocimientos podrían mejorar radicalmente una estructura deportiva y económica. En 2016, en recompensa a su tenacidad, la directiva le propuso liderar el área de digitalización para implementar nuevas tecnologías en el proyecto de reforma del estadio, aprobado en diciembre de 2015, y acabar reformando también todos los departamentos de la organización.
Integrado en las nuevas funciones, y antes de ponerse a afrontar retos mayores, una de sus primeras determinaciones fue la de mejorar el día a día de una gran parte de trabajadores del club. “Algunos empleados detectaron que los ordenadores iban algo lentos. Así que nos pasamos al Office 365 y migramos el correo y todos los archivos a la nube”, explica. “Tuvimos que cuestionarlo casi todo para mejorar todos los procesos de trabajo”.
A partir de esta iniciativa, cuenta, se han ido sucediendo hasta día de hoy unos 40 proyectos distintos que han transformado un equipo que no solo lidera LaLiga Santander sobre el campo después de 10 jornadas, sino también en el apartado tecnológico. Especialmente en el estadio, donde un Iraola que recuerda haber pasado 90 minutos de pie para ver los partidos ha sido el encargado de implantar una serie de facilidades que de niño le hubieran parecido de ciencia ficción: desde zonas wifi hasta la posibilidad de entrar al campo a través de un código QR con la app Realzale, donde además los socios pueden revisar las cuotas pagadas e incluso acceder a productos y ofertas.
Nuevas vías de ingresos
Tras los planes de innovación y digitalización del equipo, formado por seis personas, se esconde un esfuerzo por multiplicar los ingresos del club. En estos cuatro años, por ejemplo, el impulso y rediseño de su tienda online ha supuesto un crecimiento de más del 80% en las ventas. Además, se están empezando a explorar nuevas vías de negocio que pasan por la monetización de su canal de YouTube, la atracción de marcas que promocionen sus productos en la app Realzale, con bonos promocionales para los aficionados, o incluso, en un futuro cercano, la creación de una OTT (una plataforma de vídeo online) de suscripción para acceder a con contenido exclusivo.
El conjunto vasco no camina solo en su objetivo de desarrollar el modelo de club digital en el siglo XXI. En noviembre de 2019, la Real Sociedad se puso a la cabeza de la llamada Sport Innovation Alliance, una alianza con 22 equipos de 21 países diferentes, entre los que se cuentan el Cagliari italiano, el Feyenoord holandés o el Vasco da Gama brasileño, para afrontar de forma conjunta el desarrollo innovaciones para mejorar la estructura deportiva económica de cada uno de los conjuntos. “Nos reunimos cada dos semanas y a veces incluso cada semana. El objetivo, cuando la pandemia termine, es crear una conferencia cada seis meses en un país diferente para compartir conocimiento y crear sinergias”, explica Iraola.
El representante donostiarra, que se avanzó a la oleada de cambios que está viviendo el mundo del fútbol fuera de los terrenos de juego, sabe que está bien acompañado tanto en lo profesional como en lo personal, con un hijo que llegó a pasar por la cantera de la Real Sociedad y otros dos que siguen apasionadamente a los Isak, Silva y Merino. “Cuando un fin de semana me toca ir al estadio siempre me dicen ‘vaya, aita, qué suerte’. Y tienen razón. Yo no siento mi trabajo como eso, como un trabajo, en realidad es un privilegio”.
La camiseta que revolucionará el fútbol
Una de las ideas más revolucionarias que la Real Sociedad quiere implantar cuando los aficionados regresen a los estadios es el llamado RS Smart Tag. El proyecto, desarrollado en colaboración con LaLiga, consiste en la incorporación de una etiqueta inteligente en las camisetas del equipo que llevan los hinchas donostiarras. El día del partido, acercando su móvil a la zamarra con la aplicación Realzale, se le enviarán de forma automática bonos y promociones, además de descuentos en el bar o la posibilidad de participar en sorteos para ir a ver partidos a la zona Premium.
“La introducción de esta iniciativa no solo nos permite atraer otro tipo de patrocinadores al club y que los aficionados compren la camiseta oficial, sino que además provoca que todo el mundo lleve los colores de la Real y el estadio luzca más cuando jugamos en casa”.
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