Santiago Cañizares y Gerard López tuvieron suerte. El tránsito por el túnel de incertidumbre que atraviesan los futbolistas al colgar las botas apenas les duró tres meses, el tiempo que tardaron en ponerse delante de un micrófono. “Aun así fueron semanas duras. Se termina una rutina de años”, recuerda hoy López. Muchos exfutbolistas han encontrado la manera de seguir vinculados al fútbol reconvertidos en comentaristas, una figura que ya es indispensable en las retransmisiones de los partidos de LaLiga. Elegimos un 11 ideal para narrar el salto del césped a las cámaras.
Santiago Cañizares, Miquel Soler, Luis Milla y Paco Pavón
Santiago Cañizares se estrenó como comentarista en la cadena SER en agosto de 2008. Once años después de su reconversión sigue siendo fiel al consejo que le dieron el día de su debut detrás de un micrófono: sé tú mismo. “No puedo gustar por mi talante o por mi pelo rubio, pero nadie me podrá decir que no soy sincero. Yo siempre digo lo que pienso”. El exguardameta y hoy analista en Movistar+ asegura que frente a la cámara se siente tan seguro como bajo palos, convertido en un alumno aventajado que ha llegado a presentar varias temporadas de El día después. "Cuando representas un escudo tienes una responsabilidad y hay que estar alineado con el club. Ahora estoy más cómodo porque yo soy responsable de mis palabras". Al lado de referentes como Carlos Martínez y Michael Robinson, la pareja televisiva más ilustre del fútbol español, ha encontrado el éxito en una segunda profesión que aprendió fijándose en Jorge Valdano y Míchel González. “Ellos fueron los primeros a los que dieron una oportunidad y nos dejaron en buen lugar”.
La mudanza del terreno de juego al plató es a menudo inmediata a la retirada deportiva. Tanto Miquel Soler como Paco Pavón también recibieron ofertas poco después de colgar las botas. El primero, que cambió hasta siete veces de equipo en LaLiga Santander, considera su fichaje por la radio (y más tarde a las retransmisiones del Canal Satélite Digital, el germen del actual Movistar+) como el más inesperado. “Mi primera intención era ser entrenador”, se sincera. Pese a lo abrupto del cambio, los dos asumieron el nuevo rol con absoluta naturalidad y con menos presión que en el césped: “Impresiona más un estadio lleno que un estudio de televisión”, confiesa el que fue central del Real Madrid y el Real Zaragoza y ahora colaborador de GOL Televisión.
Con más de diez años en la máxima categoría a sus espaldas, a Luis Milla ni siquiera le inquietó pensar qué vendría después de terminar su carrera. Sabía que habría más fútbol. Empezó como entrenador en categorías inferiores y enseguida le propusieron compaginarlo con un trabajo en televisión, una faceta que sigue explotando en GOL para disfrutar del fútbol “desde el otro lado”: “Te cambia mucho. Cuando eres jugador puedes entender las críticas, pero al periodista lo ves en momentos determinados como alguien que no está contigo. Luego ya los entiendes más y te pones en su lugar”.
¿Qué se aprende al estar en dos frentes del mismo espectáculo? “El error que comete el periodista es pensar que el futbolista siempre deber estar a su disposición y el error del futbolista es no valorar los elogios y castigar mucho cuando hay críticas. Son dos negocios distintos con objetivos distintos, pero están condenados a entenderse”, zanja Cañizares.
Álvaro Benito, Gerard López, Raúl Ruiz y Gustavo López
Álvaro Benito piensa que un buen analista debe ser capaz de hacer lo que en el campo está reservado a las estrellas: convertir en sencillo aquello que parece complejo. “Hay que aprender a sintetizar. La gente que está en casa quiere escuchar mensajes directos, que se comprendan bien y que enriquezcan. Lo ideal es dar claves sin aburrir para comprender la táctica o el juego”.
El exfutbolista formado en el Real Madrid lleva persiguiendo ese “punto perfecto” que alcanzan los grandes comunicadores desde que empezó en televisión en 2008. Un esfuerzo que le une a Gerard López, con el que comparte pasado como futbolista de élite y como entrenador en las categorías inferiores de un gran club y ahora también presente en los estudios de Movistar+: “El gran secreto es hacerse entender sin perder complejidad”, afirma el catalán.
Ambos creen aportar un valor añadido a las retransmisiones o los programas de análisis y debate gracias a sus conocimientos. “Yo intento entender los entresijos del juego. Ahí es donde está la diferencia. Mucha gente te habla del juego, pero no hay tanta que profundice”, afirma Benito. Una lección que Gustavo López, otro compañero de Movistar+, aprendió de uno de sus mentores: “Si en el partido no ves nada, no hay que comentar nada. Te pagan para analizar”, recuerda que le dijo Michael Robinson cuando comenzó como comentarista, una posición en la que ya lleva más temporadas que en la banda izquierda del RC Celta de Vigo.
Que lindo el Bernabéu,que hermoso está en campo de juego, cuanto daria por ponerme los cortos otra vez. pic.twitter.com/UWe0ZPo7hM
— Gustavo Lopez (@cuervolopez) March 2, 2019
Los tres coinciden en que la experiencia es su mayor activo y también lo piensa Raúl Ruiz. El futbolista del Numancia que luego se convirtió en reportero y que hoy también comenta los partidos de LaLiga SmartBank ha pasado años y años conociendo y contando historias de profesionales en todo tipo de situaciones. “Hay una frase mítica que dice: nadie sabe lo que es llorar hasta que ha llorado. Y nadie sabe lo que es recibir una patada hasta que la ha recibido o lo que es ir perdiendo 0-3 en casa si no lo ha padecido. La ventaja que tenemos es en las sensaciones. Más allá de ver lo que está sucediendo es también intuir lo que puede suceder porque a ti te ha pasado antes”.
Tanto se meten en su antigua piel, que algunos no pueden evitar que a veces se despierten esas ganas por volver a revivir sensaciones: “Lo hemos hablado con Álvaro [Benito] muchas veces fuera de cámara. Como en el campo no se vive el fútbol en ningún lugar”, cuenta Gerard López.
Michael Robinson, Kiko Narváez y Antoñito
Kiko Narváez sigue sintiendo la magia de los partidos. En las previas, los síntomas son los mismos: suben las pulsaciones y se aceleran los nervios. Si antes encontraba el temple al tocar el primer balón, ahora dice que se serena cuando suelta la primera frase. A partir de ahí ya se acaba el sufrimiento y empieza el disfrute en una posición en la que se mueve con la misma soltura que en los tiempos en los que merodeaba por el área para cazar goles. Y eso que la primera vez que le intentaron convencer de que valía para comentarista, a los 24 o 25 años, asegura que respondió: “Cuando acabe esto no me vais a ver ni en pintura”.
Para alguien como el ex del Atlético de Madrid y el Cádiz CF al que se le acabó la carrera demasiado pronto por culpa de las lesiones, los medios de comunicación han sido una forma de mantener la ilusión. Pero no es el único. Otro andaluz como Antonio Ramiro Pérez, más conocido como Antoñito, disfrutó del balompié hasta los 35 años y tiene una experiencia similar los días que aparece en GOL: “Yo sigo teniendo ese gusanito de cuando jugaba. Incluso lo paso peor que entonces”, expone el que fuera delantero de Sevilla CF, Real Racing Club y Xerez CD en LaLiga Santander.
Ese remedio contra la nostalgia también parece haber sido el que ha mantenido al pie del cañón a Michael Robinson, uno de los padres de todas las figuras ilustres que se han mudado de los vestuarios a La Casa del Fútbol en Movistar+. El exfutbolista que ha tenido una carrera tan exitosa dentro como fuera de los terrenos de juego, formando un dúo histórico con Carlos Martínez y consiguiendo un Premio Ondas en 2009 por su programa Informe Robinson, revelaba el secreto que le enganchó a las cámaras para convertirse en un gran comunicador en una entrevista en EL PAÍS: “Las emociones que echaba de menos como futbolista volvieron con la televisión”, aseguró en 2017.
Puedes seguir Deportes de EL PAÍS en Facebook, Twitter o suscribirte aquí a la Newsletter.