El centro del campo de El Olivo y el del Wanda Metropolitano están separados por exactamente tres kilómetros en línea recta. En coche se tarda cinco minutos de un estadio a otro si no hay atasco en la carretera de San Blas a Coslada, que los separa. Pero para Lola Romero el camino ha sido mucho más largo. Casi 20 años de travesía separan el instante en el que le comunicaron la desaparición de la sección femenina del CD Coslada, donde jugaba, y lo que vivirá este domingo cuando el espectacular coliseo rojiblanco reciba con un lleno total al Atlético de Madrid Femenino. Hoy es directora general del líder de la Liga Iberdrola: “Llamamos a la puerta del club pidiendo ayuda y, aunque no era un momento fácil porque el Atleti estaba en Segunda, nos la dieron”, rememora sonriente y enérgica, sentada en el banquillo del estadio colchonero. Tuvieron que empezar en Regional. Ahora son finalistas de la Copa de la Reina y pelean por lograr su tercer título liguero consecutivo. Y pueden batir el récord mundial de asistencia para el fútbol femenino en el trascendental encuentro ante el FC Barcelona (13.00, GOL/Vamos). Una cita que servirá también como celebración de lo conseguido en los últimos tres años, desde que LaLiga comenzó a organizar el torneo e Iberdrola entró como patrocinador.
Romero y María Vargas, actual directora deportiva del Atlético Femenino y entrenadora del equipo durante las siete primeras temporadas, contactaron con un ojeador del club rojiblanco al que habían conocido de pura casualidad, tomando algo en un bar: “Él nos presentó a Víctor Parra y Santi Bustamante, que eran respectivamente el responsable de fútbol base y el exresponsable de las secciones deportivas del Atlético, por entonces desaparecidas. De ahí fuimos directamente a Miguel Ángel [Gil Marín] y Jesús [Gil], y ellos dieron el visto bueno a hacer algo”, recuerda Lola Romero. La entidad madrileña comenzó por prestar las equipaciones oficiales, el escudo y buscarles un campo de entrenamiento a las jugadoras, en Vicálvaro. “Nos llamábamos Atlético Féminas y nos autogestionábamos. El presupuesto era de 6.000 euros, los que nos había dado la marca de ropa íntima DIM por llevar su patrocinio en las camisetas. Hicimos unos logotipos excesivamente grandes para que tapasen al espónsor del equipo masculino”. Hoy el Club Atlético de Madrid Femenino está plenamente integrado en la estructura empresarial atlética.
El Femenino tardó cinco temporadas en llegar a la primera categoría, y otras diez en lograr su primer título, la Copa de la Reina 2015/16. Desde entonces no han parado de ganar. “Hemos ido paso a paso, partido a partido, aprendiendo de la mano del club”, destaca Romero, que señala que “la clave del éxito ha sido una buena gestión, económica y deportiva, sin prisas”. Cuando llegaron a la máxima categoría, equipos como Espanyol, Levante, Rayo Vallecano, FC Barcelona y Athletic Club parecían inalcanzables. Esta temporada han ganado todos los partidos de Liga Iberdrola salvo uno, precisamente ante el Barça, su único perseguidor.
Otro de los factores que explican la sintonía y el éxito que vive el Atlético Femenino es la plena identificación de jugadoras, cuerpo técnico y directiva con la filosofía del club. Nadie tiene la sangre más rojiblanca que Amanda Sampedro, capitana del equipo. Llegó al Atleti con ocho años. A los 15 debutaba en la élite. “Me he imaginado tantas veces jugar aquí con el estadio lleno de atléticos que es muy fácil visualizarlo. Estaba segura de que la afición iba a responder, son así, nos lo llevan demostrando muchísimo tiempo y por toda esa gente nos dejaremos la piel en el campo. Me he pasado años yendo al Calderón con mi padre a ver al Atleti y ahora mi familia me va a ver a mí y para mí es un sueño. Desde que me levante por la mañana no querré que se acabe ese día”, valora con la mirada puesta en la grada.
Lola Romero subraya que en ese proceso de asimilación de los valores del club ha sido en buena parte gracias a que la entidad rojiblanca siempre ha tratado al equipo femenino como una parte más de su estructura: “Nos han cuidado siempre. El primer año, cuando ganamos el campeonato regional, ya nos dieron la vuelta de honor al Calderón. El segundo año, Toni Muñoz (entonces director deportivo) vio que vestíamos la ropa de la temporada anterior y habló con Nike para que jugáramos con las equipaciones nuevas. Cuando empezamos a entrenar en el Cerro del Espino lo hicimos ya al lado del primer equipo masculino. El año pasado, tras ganar la Liga Iberdrola, lo celebramos por las calles de Madrid, con autobús propio, que iba delante del del equipo masculino que había ganado la Europa League. Pueden parecer hechos casuales pero este club ha hecho que no fuese flor de un día”.
En tres años el equipo ha ganado dos ligas Iberdrola y una Copa de la Reina con Ángel Villacampa en el banquillo, y ahora luchan por lograr un doblete histórico de la mano del nuevo entrenador, José Luis Sánchez Vera, que ha dotado al conjunto de un juego más vistoso y arrollador, si cabe: “La culpa del éxito es de las futbolistas. Ellas son las que han conectado con la afición y las que van a llenar este estadio de atléticos. El partido va a ser una fiesta para todos y quienes no conocen a las nuestras creo que se van a ir enganchados”. Sánchez Vera entró en el Atlético en 2015 para profesionalizar las estructuras y los métodos de la Academia, la cantera masculina y femenina: “Ha sido un trabajo diario para generar varios departamentos, unirlos, comunicarlos y profesionalizarlos. A mí me encargaron el departamento de análisis, que controla los procesos de nuestros equipos, jugadores y jugadoras, y de los rivales. Antes éramos cinco personas y ahora la figura del analista está integrada en todos los equipos del club. Gracias a ello estamos llevando buenos jugadores y jugadoras a los últimos eslabones de la pirámide, que además tienen un enorme arraigo y sentimiento de pertenencia a lo que es el Atleti”.
Para ejemplificar ese sentimiento, Villacampa señala a las tres jugadoras presentes durante el momento de la entrevista, Sampedro, Jenni Hermoso y Ana Marcos, que son fotografiadas alrededor del escudo del Atlético en el césped del Wanda Metropolitano: “Míralas. Ninguna se atreve a pisar el escudo. Y no es miedo, es puro respeto hacia lo que significa esta institución”.
Jenni Hermoso abandonó la disciplina atlética con 20 años y ha regresado con 28, convertida en una estrella tras militar en el Rayo Vallecano, el Tyresso sueco (una de las grandes ligas europeas), FC Barcelona y Paris Saint-Germain. Es la máxima goleadora de la competición liguera. “Jugar en este equipo es una suerte, el Cerro se llena en cada partido e incluso cuando jugamos como visitantes nos sentimos muy arropadas. No es un club cualquiera, tienes que tener mucho ‘coraje y corazón’. Este partido va a ser espectacular para nosotras porque no hay mejor escenario que este, y para mí quizás más porque juego contra el Barcelona, un club que ha marcado mi vida. Pero sobre todo va a ganar el fútbol femenino”, sostiene. Hermoso ha jugado en Francia y Suecia, donde el nivel de implantación del deporte femenino es todavía mayor que en España, pero recalca que se están dando pasos en la buena dirección: “Año a año podemos sentirnos cada vez más profesionales. Los entrenamientos, los desplazamientos, la nutrición y los cuidados médicos, las retransmisiones en televisión para que crezcan los aficionados o el cuidado de la cantera están dando resultados. Solo hay que ver el éxito de las categorías inferiores de la selección”.
El Atlético Femenino empezó con 40 futbolistas en dos equipos y tres responsables entre cuerpo técnico y directiva. Hoy entrenan más de 300 jugadoras con unos 40 empleados a su servicio. Ana Marcos representa el trabajo de la cantera en los últimos años. Con 18 años ya tiene ficha profesional en el primer equipo tras haber sido la máxima goleadora del Atlético B las dos últimas temporadas. Fue campeona de Europa y bronce mundial sub-17. “Soy del Atleti de toda la vida. Vivir esto con este escudo, este equipo y esta afición va a ser una locura. Aquí lo he aprendido todo. A luchar por encima de todo. A no rendirte. A confiar en mí. Me han cuidado muchísimo”. Destaca los logros de las categorías inferiores (España alzó el año pasado los Europeos sub-19 y sub-17 y por primera vez se proclamó campeona del mundo en fútbol femenino, también con la sub-17) como muestra del trabajo realizado en los últimos tiempos para profesionalizar el día a día de las jugadoras: “Las que llevan más años que yo han luchado por esto. Estamos viviendo una época muy bonita gracias a ellas y hay que disfrutarlo y seguir avanzando juntas”.
El Atlético tratará de llenar el Wanda Metropolitano el domingo tras la mecha prendida el pasado 30 de enero por el Athletic Club, que reunió en San Mamés a casi 50.000 espectadores para vivir un partido de fútbol femenino, precisamente ante las colchoneras. Su estela no queda ahí. El pasado domingo ya hubo un Fundación Albacete-Valencia en el Carlos Belmonte. Las leonas volverán a La Catedral en un Athletic-Levante a finales de marzo. Mestalla abrirá para el derbi ante el Levante el 22 de abril. Ese mismo día el RCDE Stadium del Espanyol acogerá otro duelo, otra vez ante el Atleti. En las taquillas del estadio rojiblanco ya no quedan entradas. Se espera una grada a rebosar que bata un récord del mundo. Ya no hay quien pare el auge del fútbol femenino.
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