‘Súper sanidad y ultra covid-19’

Cuando Erika Romera, lectora de cómics “de toda la vida”, pensaba en cómo homenajear a los sanitarios, la figura de héroe y villano le vino a la cabeza. Para ella los médicos y enfermeras, así como el resto del personal de la sanidad pública, son “una joya”, así que la figura del héroe representaba perfectamente el papel que han desempeñado en esta pandemia. Así creó Súper sanidad contra ultra Covid-19, uno de los 40 ganadores del concurso ¡Muchas Gracias, Madrid! que invitaba a rediseñar el símbolo de la ciudad.

Navegaba por redes sociales cuando vio un artículo sobre esta iniciativa. “Me metí por curiosidad y me pareció una propuesta muy bonita”, recuerda. Romera, de 36 años, no es ajena al mundo del arte. Trabaja en el Museo Thyssen de Madrid, en el departamento de Marketing, ha estudiado Bellas Artes y está especializada en modelado 3D. Le apasionan las nuevas tecnologías aplicadas al arte, así que a veces desarrolla trabajos como autónoma. Todo esto la llevó a decidirse y participar en el concurso.

Pensó a quién quería dar las gracias y enseguida concluyó que a los sanitarios. “Tenemos grandes profesionales y la pandemia ha demostrado que tenemos una buenísima sanidad pública, se han dejado la piel”, reivindica.

“Dándole vuelta” a cómo concretar el homenaje recordó los cómics que tanto le gustan y cayó en las onomatopeyas. De un lado de la figura del oso y el madroño situó al villano, ultra covid, y todos los golpes que los sanitarios le han dado: “Boom”, “Bam”, “Kapow”. Del otro, los héroes que se llevan el reconocimiento de la sociedad con “wow” y “ole”, pero también “gracias” o “increíbles”.

Romera ha sido madre recientemente. Reconoce que la espera de su primera hija, sumado a que ni su familia ni sus amigos han sufrido la enfermedad, le ha suavizado el impacto de la pandemia y se siente “una afortunada”. No obstante, tiene muy presente el esfuerzo de sus héroes y lo que ha vivido la ciudad.

Nacida en el barrio madrileño de Lavapiés, criada en el de Puerta del Ángel, ahora se siente ilusionada de ver el símbolo de su ciudad rediseñado por ella. También de tener un altavoz para decir lo que siente a quienes han estado en primera línea de la pandemia. Y añade: “Es un homenaje a la sanidad pública por lo que ha pasado, pero hay que hacerle un homenaje diario, hay que cuidarla, reforzarla y valorar, haya pandemia o no, porque tenemos una joya y muchas veces se nos olvida”.