‘Palmas’

Madrid. Huellas que simbolizan el trabajo de los profesionales que han estado en primera línea de batalla contra la pandemia. Huellas que representan la impronta que su esfuerzo ha dejado en la sociedad y también las palmas de quienes aplaudían cada tarde a las ocho durante los casi tres meses de confinamiento de 2020. Así es el diseño Palmas, de Macarena Smerdou, uno de los 40 ganadores del concurso ¡Muchas Gracias, Madrid!

Ilustradora profesional, Smerdou se dedica a crear cuentos y proyectos personalizados para niños. Recordando uno de sus encargos fue como se le ocurrió esta propuesta. “Al principio tuve otra idea, quería poner espejos para que la gente se viera reflejada, pero leí las bases legales del concurso y me di cuenta de que no era posible”, explica.

Quería ejecutar una idea sencilla, pero cargada de significado. Que fuese capaz de funcionar tanto en el formato 2D en el que se presentaron los diseños, como en el 3D en el que iban a ser trasladados. Y surgieron las manos: “Me acordé de un trabajo en el que iba a usar las huellas de los niños estampadas, pero que al final no salió”. Así creó las manos de colores.

Ha ido a ver los osos y madroños ganadores varias veces mientras estuvieron expuestos en el centro Matadero de Madrid. Reconoce que, viendo el resto de creaciones, simplificar tanto el diseño no era necesario, pero está satisfecha con su síntesis.

Smerdou, de 55 años y madre de dos jóvenes, de 17 y 20 años, narra el proceso por teléfono y confinada a un día del final del año. Su marido tiene coronavirus, está aislado en su habitación, cuenta con buen humor. Ha vuelto a experimentar el confinamiento. De entonces recuerda sobre todo las videollamadas, que volverá a tener estos días y, como mayor lamento, la ausencia de sus padres. “Estaban al lado, pero no podíamos verlos, así que hablábamos por teléfono todos los días”.

Su tía falleció por covid y también perdió a su padre el verano pasado, aunque no por la enfermedad. A pesar de todo, se muestra optimista, recordando que al menos sus hijos pudieron pasar una última navidad “casi normal” con sus abuelos.