Ayuso es dada de alta después de diagnosticarle “una fuerte gastroenteritis”
La presidenta de Madrid abandonó la misa de la Almudena en ambulancia por una bajada de tensión. Recuperará su agenda pública el martes
Isabel Díaz Ayuso ha abandonado este domingo en ambulancia la misa por la patrona de Madrid, la Virgen de la Almudena, por una bajada de tensión. La presidenta de la Comunidad de Madrid fue trasladada a la Fundación Jiménez Díaz, donde fue dada de alta horas después diagnosticada de una “fuerte gastroenteritis”. Su equipo ha informado que recuperará su agenda pública el martes.
Ayuso ya canceló el sábado su asistencia al Congreso del PP andaluz por no encontrarse bien. La presidenta se despertó con la intención de ir a la estación del AVE y viajar a Sevilla, pero regresó a la cama al sentirse indispuesta. Su ausencia junto a sus compañeros de partido levantó algunas suspicacias, aunque desde el PP a nivel regional se ha sido desmentido cualquier alejamiento de ellos. Esos problemas de salud parecían superados después de haber pasado la noche sin mayores problemas. Sin embargo, este domingo, a punto de participar en la misa que oficia el arzobispo de Madrid, José Cobo, empezó a “encontrarse mal” y tuvo que abandonar el lugar de las autoridades.
La presidenta fue atendida por una ambulancia del Summa 112. Los sanitarios constataron la bajada de tensión y le midieron las pulsaciones. A continuación, la trasladaron a la Jiménez Díaz. Nada parecía presagiar que la presidenta se encontraba hoy indispuesta. Ayuso ha hecho declaraciones a los medios de comunicación nada más llegar a la explanada de la catedral, donde iba a oficiarse la misa después de una procesión. Ha adelantado que iba a pedirle a la virgen “prosperidad para todos, convivencia y atender a las personas más vulnerables y las que están solas”. Minutos después ha tenido que marcharse.
Esto ocurre tras la primera semana del juicio al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, al que acusan de haber revelado un correo electrónico en el que el abogado de la pareja de la presidenta, Alberto González Amador, reconoce dos delitos fiscales. Se trata de un caso especialmente sensible para Ayuso, que siente que su privacidad ha sido invadida. El novio, en su declaración en el Supremo, llegó a decir que había dudado entre suicidarse o irse de España cuando todo este asunto salió a la luz.
Al mismo tiempo, la Audiencia Provincial de Madrid ha confirmado el procesamiento a González Amador por uno de esos delitos por fraude fiscal y otro de falsificación documental. La primera es una causa en la que se le acusa de defraudar 350.000 euros en los ejercicios de 2020 y 2021 utilizando un entramado diseñado para ocultar facturas falsas.
La actitud de la presidenta respecto al juicio más mediático de los últimos años en el Supremo ha sido ambigua. Por un lado, ha defendido la imparcialidad de la justicia y ha dicho que espera que se sepa “toda la verdad”. Por otro, ha apelado al “patriotismo” de los jueces y los fiscales. Ha dibujado a su novio como una víctima del “sistema”, una excusa para atacarla a ella políticamente. Su versión es que se trata de un asunto que no la concierne a ella, sino a su pareja, que tuvo estos problemas con Hacienda cuando todavía no mantenían una relación. Sin embargo, fue Miguel Ángel Rodríguez, el principal asesor de Ayuso, quien se encargó del tema cuando empezó a darse conocer en los medios.
Rodríguez también ha testificado en el Supremo y se ha confirmado que fue la persona que difundió a algunos medios de comunicación que la fiscalía había ofrecido un pacto a González Amador y después lo había retirado “por órdenes de arriba”. La cadena de emails ha demostrado que eso no fue así, pero aquella información errada fue lo que activó al Fiscal General del Estado para elaborar una nota de prensa en defensa de la institución. En aquel frenesí alguien filtró el correo. Por esa revelación está siendo investigado el Fiscal General.