La defensa del parricida de Móstoles usa su supuesta enfermedad mental: “Pensó que así su mujer e hija no sufrirían si él se quitaba la vida”
La Fiscalía pide prisión permanente revisable para Galín Petrov, de 41 años, por el asesinato a cuchilladas de su familia en noviembre de 2022
La madrugada del 6 de noviembre de 2022 Galín Petrov, de 38 años, se levantó y se fue a la calle sin llaves, sin abrigo y sin teléfono. Hacia las 5.00 de la mañana, su mujer, Irina Dimitrova, de 29 años, se percató de su ausencia, y salió a buscarlo extrañada con la hija de ambos, Marilla, de seis años. Lo encontraron en un parque de Móstoles, desorientado. La familia, originaria de Bulgaria, vivía desde hacia años en un bloque de pisos de la avenida Olímpica de esa ciudad dormitorio de Madrid. Madre e hija le ayudaron a volver a casa porque se encontraba desorientado.
No podían sospechar que horas más tarde, hacia las 12.00 de la mañana, tras levantarse de la cama, cogería un cuchillo de la cocina y la emprendería a puñaladas contra ambas: 15 le asestó a su pareja y 13 a su hija. Después se acuchilló a sí mismo. “¡Matadme!“, les dijo a los policías que acudieron al domicilio alertados por su suegra.
Este fue el relato de su defensa este jueves. Casi tres años después de los hechos, ha arrancado el juicio con jurado en la Audiencia Provincial de Madrid. Su abogada ha centrado su defensa en sus presuntos problemas de salud mental: ”Lo que Galín pensó en su distorsión de la realidad es que, si él se suicidaba, su mujer y su hija iban a sufrir, y optó por un suicidio ampliado para evitarles ese sufrimiento". Pide 14 años de cárcel por el eximente de enfermedad mental.
Mientras la defensa del acusado asegura que eran “una familia feliz”, con un reparto equitativo de tareas del hogar y de su propia hija entre la pareja, la Fiscalía entiende, por el contario, que el acusado tenía un comportamiento “controlador” respecto a Irina, hasta el punto de pegarle y prohibirle ir al gimnasio, “donde acudía para fortalecerse ante el miedo que sentía”. El ministerio fiscal solicita prisión permanente revisable por el asesinato de la pequeña y 25 años por el de la madre, mientras que la acusación particular pide 25 por cada una de las víctimas. En el escrito de acusación, la Fiscalía resalta que “la convivencia de la pareja estaba marcada por la ausencia de valores comunes de respeto”.
Galín, llevaba más de 20 años en España, tenía su NIE, trabajaba de mecánico y carecía de antecedentes penales y policiales. Irina trabajaba limpiando casas por la mañana y en una residencia de ancianos por la tarde.
A lo largo del juicio que ha arrancado este jueves, familiares, testigos, policías, psiquiatras y peritos desgranarán los pormenores de su vida familiar ante los nueve miembros del jurado popular. Tratarán de dirimir si realmente existía una enfermedad mental que impedía a Galín Petrov discernir entre el bien y el mal cuando cometió este parricidio, y si concurren en este doble crimen los agravantes de premeditación y género.