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Los gestos de apoyo a Palestina se cuelan en el primer día del Brava Madrid: “Se me quitan las ganas de volver”

La marea rosa de asistentes inaugura el festival en plena polémica por la participación del fondo proisraelí KKR

Desde gorros de vaquero hasta faldas escocesas, pasando por pantalones fosforito, tops de rejilla, tacones imposibles, gafas de sol XXL y kilos de purpurina. Todo vale en el Brava Madrid bajo una única condición: que sea rosa. Así ha arrancado el primer día del festival —que se celebra este viernes y este sábado en Torrejón de Ardoz (Madrid)— marcado por el mamarracheo y la diversidad, en el que también se han podido ver muestras de apoyo a Palestina y ...

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Desde gorros de vaquero hasta faldas escocesas, pasando por pantalones fosforito, tops de rejilla, tacones imposibles, gafas de sol XXL y kilos de purpurina. Todo vale en el Brava Madrid bajo una única condición: que sea rosa. Así ha arrancado el primer día del festival —que se celebra este viernes y este sábado en Torrejón de Ardoz (Madrid)— marcado por el mamarracheo y la diversidad, en el que también se han podido ver muestras de apoyo a Palestina y un malestar latente por la participación como inversor del fondo estadounidense KKR, que controla un portal inmobiliario que oferta viviendas en territorios palestinos ocupados. “Apoyamos el boicot”, afirman Elisa Morell y su acompañante, de 31 y 32 años respectivamente, dos de los asistentes al festival. El silencio de la organización ante las cancelaciones de artistas como Villano Antillano, Pixie Lott, Aquaria o Abril Zamora, que aparecían en las primeras versiones del cartel, y la falta de devoluciones no han hecho más que amplificar el descontento del público.

“Es lamentable que ni siquiera devuelvan el dinero cuando han cambiado el cartel sin avisar”, protestaban Amaia y Lucía, de 30 y 32 años, frente a uno de los múltiples escenarios repartidos por todo el Recinto de Conciertos de Torrejón de Ardoz (Madrid) y el Parque de Ocio, enfadadas con la negativa de la organización. Otros, como Sergio González (36 años), que acudía junto a su pareja, eran más directos: “Estamos totalmente en contra de los fondos israelíes. Si hubiéramos podido devolver las entradas, no estaríamos aquí”. Estos dos festivaleros comparten la misma reflexión con muchas otras personas, como Alberto —prefiere no revelar su apellido—, que asistió a las dos ediciones anteriores del Brava y que “no piensa volver” después de ver cómo ha actuado la organización: “Me parece indignante que Brava no haya sido capaz de condenar el genocidio, y ya que no nos reembolsen el dinero es el colmo”.

Ante el aluvión de críticas de las últimas horas, la organización del evento se vio obligada a publicar un comunicado a través de su cuenta de Instagram, en el que condenaba el “genocidio que está sufriendo el pueblo palestino en Gaza”. También aseguró “no tener ningún vínculo comercial ni económico con el Estado de Israel”, a pesar de que Brava Madrid pertenece a Superstruc Entertainment, que a su vez es propiedad de diversos fondos inversores, entre ellos KKR, un fondo estadounidense que mantiene negocios con Israel. El comunicado de Brava no ha convencido a centenares de festivaleros. No después de que la organización rechazase reembolsar el dinero a aquellas personas que a última hora descubrieron que estaba financiado por el fondo proisraelí y se arrepintieron de haber comprado los tickets.

José García, de 35 años, se refresca con un abanico que lleva una sandía como estampado, en representación de la bandera palestina. No tenía pensado venir, pero al final le ha pesado perder el dinero de la entrada. “Yo no iba a venir, he venido porque ya tenía la entrada comprada desde hace unos meses”, lamenta. Elena Ruiz, de 26 años, es la primera vez que venía, así que le preguntó a unos amigos si el año pasado se había gestionado tan mal. “Se me quitan las ganas de volver”, añade. “Si el próximo año el fondo de inversión sigue siendo el mismo, no voy a volver”, se despide.

Con la voz entrecortada, la extriunfita Natalia, de la primera edición del programa, también se ha acordado de Palestina durante la inauguración del festival: “Quiero apuntar que ni me equipo ni yo, y pongo la mano en el fuego por los que estáis aquí, está a favor de lo que está pasando en Palestina, pero hoy hemos venido a trabajar la gente que firmamos un contrato hace mucho tiempo”.

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