Comienza el juicio contra un hombre acusado de matar a su compañero de piso a puñaladas
La fiscalía pide 22 años de prisión porque califica los hechos de asesinato y considera que el agresor prolongó la agonía de la víctima
Eugenio L. había empezado a vivir pocas semanas antes con la persona que acabaría matándolo. El hombre de 29 años era un artista urbano y rapero conocido como Parce Lean, que además hacía vídeos de humor en las redes sociales. Poco antes de su fallecimiento había empezado a trabajar como camarero. Vivía en una casa del distrito Latina en la que las habitaciones se alquilaban de forma individual. A primera hora de la tarde del día 16 de mayo de 2024 el último compañero de piso que había entrado a la vivienda, cogió un cuchillo y asestó una treintena de puñaladas a Eugenio. Después de eso, escapó del inmueble.
La víctima llegó a pedir auxilio por la ventana, mientras su agresor huía. Varios vecinos oyeron el estruendo y avisaron a la policía y a los servicios de emergencias. Cuando los sanitarios llegaron al domicilio, encontraron al hombre todavía con un hilo de vida, pero, a pesar de los intentos por salvarle la vida, había perdido demasiada sangre y fue en vano. A las 16.30, Eugenio fue declarado oficialmente muerto. Su fallecimiento supuso un duro golpe para el arte urbano en Madrid, que poco después le dedicó un homenaje en la plaza de Dos de Mayo, donde además pintaron un mural en su memoria.
Javier O., de entonces 24 años, fue detenido apenas un par de días después, oculto en una casa familiar a la que había acudido a pesar de que contaba con una orden de alejamiento de su madre. Cuando fue arrestado, el presunto asesino de Eugenio llevaba un cuchillo encima y se resistió a la detención. Desde el primer momento fue el principal sospechoso porque, en el momento del homicidio, el otro inquilino de la vivienda no estaba en la casa y Javier se había evaporado. Además, la policía constató que tenía antecedentes por hechos violentos.
El pasado viernes quedó conformado en la Audiencia Provincial el jurado popular que decidirá qué grado de culpabilidad tiene el acusado. La fiscalía considera que lo que hizo el procesado aquella tarde es un asesinato, porque la víctima no tuvo posibilidad de defenderse y, además, provocó una agonía a la víctima que se prolongó una hora. Por este motivo, solicita 22 años de prisión, así como 150.000 euros para los padres de Eugenio y 70.000 para cada una de sus tres hermanas.