El dueño del restaurante Burro Canaglia en el que murieron tres personas no declara y los testigos narran ante el juez una noche de terror

El juez que instruye la investigación cita al empresario como investigado por el fuego que se originó por un plato que se servía en llamas y a varios testigos de la tragedia

Un miembro de la policía científica accede al restaurante incendiado, el 22 de abril, al día siguiente de la tragedia.Jesús Hellín (Europa Press)

El dueño del restaurante Burro Canaglia, Pedro Capote, que ardió por completo en la noche del 21 de abril de 2023, ha declarado este martes como investigado ante el juez que investiga el incendio en el que fallecieron tres personas. El empresario se ha acogido a su derecho a no declarar, una prerrogativa a la que puede optar por su condición de investigado. Sí que han ofrecido su testimonio varios testigos, que han recordado la rapidez con la que se extendieron las llamas por la decoración de las paredes y el techo y cómo muchos de ellos sufrieron heridas a consecuencia del fuego. “El fuego se extendió rápidamente y las plantas empezaron a caer”, ha narrado ante el juez la noche de terror que vivió uno de ellos. “Estuve oliendo a quemado mentalmente una semana”.

Estas tomas de declaración forman parte de la instrucción de la causa, en la que se investigan las posibles responsabilidades de esta tragedia y se trata de dirimir si todo estaba en regla en el funcionamiento del negocio. El incendio se originó, según apunta la investigación, por la forma de preparación de un plato que se servía directamente en la mesa con llamas. Uno de los camareros pasó con este producto muy cerca de una de las columnas y rápidamente todo el local prendió, sin dar apenas oportunidad a los comensales a poder salir del establecimiento.

Entre los fallecidos estaba un camarero que había comenzado a trabajar recientemente en el restaurante y dos comensales que se encontraban en la misma mesa, situada muy cercana al punto en el que se originaron las llamas. Estas fueron más salvajes en la zona de la entrada, lo que hizo que algunos de los clientes se quedaran atrapados al fondo del local, y que los más cercanos a la salida se vieran sorprendidos directamente por las llamas.

Este martes han declarado varios testigos que se encontraban esa noche en el restaurante y que han contado que todo sucedió muy rápido, que apenas hubo tiempo de reacción y que enseguida empezaron a caer trozos de decoración del techo. Este hombre ha relatado que incluso los clientes llegaron a echar el contenido de varias jarras de agua sobre el fuego, pero que fue inútil y las llamas siguieron avanzando. Este testigo también ha explicado que se quemó la mano al tratar de abrir la puerta, porque el pomo era de metal. Muchos han contado que sufrieron secuelas psicológicas en el tiempo posterior al incendio.

La rapidez en la llegada de los bomberos, que cuentan con una estación a escasos metros del local, no fue suficiente para evitar la muerte de las tres víctimas, ya que las llamas y el humo que se generaron en cuestión de segundos fueron feroces.

El local, que había abierto en 2022, pertenecía a una franquicia que obligaba a contar con una decoración determinada que cubría gran parte de las paredes y el techo con temática floral. Todo el techo contaba con ornamentación de plástico que imitaba plantas que colgaban sobre los clientes. El proyecto de construcción y reforma del establecimiento corrió a cargo de Garrigues Retail, aunque esta empresa borró de sus redes este trabajo poco después del incendio mortal.

Imagen de una pizza flambeada que sirven los restaurantes de Burro Canaglia, en una foto de su web.


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