Vallecas frena, por ahora, el desahucio de Mariano

La concentración vecinal frente a su casa disuade a la policía de tomar posesión del piso que reclaman sus dueños

Mariano Soler González, durante el desahucio de su vivienda en la calle Malgrat de Mar.Jacobo García

Un juzgado de Madrid ha autorizado el aplazamiento del desahucio de Mariano Soler previsto para este jueves debido a la gran cantidad de gente concentrada frente a su casa. La decisión, no obstante, estuvo rodeada de misterio y tensión hasta que se resolvió cerca del mediodía.

La hora indicada en la orden judicial eran a las 11.45 de la mañana en la calle Malgrat de Mar, 8, de Vallecas. A esa hora llegaron, puntualmente, cuatro agentes municipales, el secretario judicial, la familia Díez de Rivera Elzaburu, propietarios del inmueble, y medio centenar de vecinos de Vallecas. Su objetivo era interponerse entre la vivienda y los agentes para tratar de que no entraran al inmueble. “La casa es de Mariano, no de los cayetanos” y arriba la lucha vecinal, era el grito más repetido frente al portal.

A medida que llegaban más policías y aumentaba la tensión, Mariano, rodeado de vecinos, sufrió un desmayo y llegó el Samur para atenderlo. Fue durante esos 40 minutos cuando cesaron los gritos, mientras que al otro lado de la calle la aristocrática familia esperaba a que se resolviera el incidente. Un día antes, este periódico vio como la tensión de Mariano rozaba niveles disparatados de 203 de máxima y 129 de mínima, la antesala del ictus y el motivo que lo mantiene de baja en su trabajo como barrendero del Ayuntamiento de Madrid. Finalmente, Mariano fue trasladado al hospital, pero nada de eso es suficiente para parar el desahucio. Actualmente, Mariano Soler, de 56 años, no recibe ningún ingreso, ni prestaciones, ni subsidios. Albañil, conserje o barrendero, su último trabajo, lleva un año de baja atrapado en un limbo legal entre la Seguridad Social y su seguro médico y no tiene ingresos por lo que vive de la caridad de los vecinos. Una vecina le deja una barra de pan, otro le compra fruta y gracias al banco de alimentos lleva algo de arroz y galletas a su casa.

“Solo nosotros nos podemos ayudarnos entre nosotros. No es justo que después de 50 años alguien pueda terminar en la calle de un día para otro”, protestaba Lucia, vecina de Vallecas y activa defensora de la Plataforma Antidesahucio (PAH) que logró frenar el desahucio. La estrategia de la PAH se ha centrado en movilizar al mayor número de vecinos posibles y tratar de demostrar en el juzgado de primera Instancia nº 59 de Madrid que la familia Elzaburu es “gran tenedor” y Mariano “vulnerable” para demostrar que está protegido contra el desahucio por el llamado “escudo social”. La ley considera gran tenedor a quien posee más de diez propiedades y en el caso de Carmen Elzaburu, marquesa de Huétor de Santillán, dicen desde la PAH, “hemos adjuntado al juzgado los registros de 13 propiedades. Entre ellas, tres viviendas de más de 700 metros en la Avenida Miraflores con parcela, el Club de Puerta de Hierro, una Dehesa con siete viviendas en Toledo, un piso más en Ciudad Real, otra finca más en Ciudad Real…” señala la Plataforma. A estas propiedades hay que añadir la vivienda de Mariano que, finalmente, este jueves por la mañana fue dado de alta y se unió una hora después a sus vecinos. Para el juzgado, sin embargo, no está acreditado que la familia Elzaburu sea “gran tenedor” y ordenó por segunda vez que se ejecutara la sentencia. El anterior desahucio fue cancelado en mayo cuando la jueza confirmó que se trataba de una persona con graves problemas coronarios.

Finalmente, ya con una decena de antidisturbios en la calle, al mediodía la policía comunicó la decisión final. Había tanta gente que no contaban con los efectivos suficientes para enfrentarse a los vecinos. El desalojo había quedado suspendido hasta el próximo 22 de enero a las 9 de la mañana. Fue una victoria parcial que los vecinos celebraron entusiasmados. La movilización de Vallecas había funcionado.


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