Cuatro iglús para disfrutar del ‘skyline’ madrileño durante el invierno

Otras experiencias muy divertidas para este fin de semana son conciertos en el Museo Chicote y una sesión de fotos en Carmencita Film Lab

Los iglús en la azotea del hotel Bless Madrid, en una imagen cedida por el establecimiento.

Madrid te enreda, sí, pero hay que dejarse enredar. Por las calles de la ciudad se cruzan cientos de historias cargadas de emociones y caos que son las que le dan vida. No hay una única forma de vivir Madrid, como tampoco hay una sola forma de perderse en la ciudad. Por ejemplo, en estos días de otoño quienes pisan la ciudad por primera vez se asombran de su intensidad, de su vida en las calles y de su vibrante energía. Así que, mientras Madrid se sigue enredando, tal vez lo mejor que podamos hacer sea entregarnos a ese enredo. Aquí van aquí tres recomendaciones de planes para hacer algo diferente en la ciudad estos días de frío: un iglú en donde comer fondue en el hotel Bless, una buena fiesta en el Museo Chicote y una divertida sesión de fotos en Carmencita Film Lab.

Una ‘fondue’ dentro de un iglú

En la milla de oro, entrar en el Bless Hotel Madrid (situado en la calle de Velázquez, 62) siempre es una buena idea. En su azotea, se encuentra Picos Pardos, un lugar ideal para disfrutar del cielo madrileño en cualquier época del año. Para la temporada invernal, la terraza se ha reformado con iglús inspirados en una pista de esquí de Aspen. Este plan tiene los mejores rincones para las fotos de la temporada.

“Es una propuesta inédita en Madrid. Solo existen dos espacios de iglús iguales en el mundo, en Londres y Nueva York. La azotea está diseñada para quienes desean disfrutar de un ambiente exclusivo”, asegura el hotel. Sin duda, es una experiencia top para hacer en esta temporada invernal. Cada iglú ―hay cuatro en total― tiene capacidad para cuatro o seis personas y en este espacio mágico se puede ir a cenar bajo las estrellas entre mantas y cómodos sillones. Se recomienda pedir el menú de fondue de queso suizo y una tabla de charcutería. También se puede pedir fondue de carne. El consumo mínimo es de 80 euros, hay cuatro packs para compartir que van de 125 a 225 euros ―200 euros más si se les suma caviar― y estará disponible hasta marzo.

Una sesión de fotos con amigos

El fotomatón de Carmencita, en una foto cedida.

Carmencita Film Lab nació en l’Alcúdia (Valencia) en 2012 como el lugar de confianza de los vecinos de la zona al que llevar a revelar sus carretes. “En ese momento era una necesidad que teníamos y gracias a eso nació este proyecto”, asegura sus creadora. Ahora, la fotografía analógica está de moda entre una nueva generación que busca las mejores fotos para colgar en sus redes sociales. Planazo asegurado.

“Siempre hemos creído que volcar esfuerzo e ilusión en algo tan profundo y preciado como pueden ser las fotografías tiene que completarse con el mismo cuidado y esmero desde el laboratorio”, señala su dueña. A día de hoy, ya están en Valencia, Lisboa, Barcelona y Madrid, con buzones de recogida en lugares como Finlandia, Dubai o Japón. Y siempre con la misma filosofía: ser un laboratorio local.

En Madrid, abrieron a principios de este año en la calle de Arganzuela, 3. “Ha sido un proyecto que nos ha costado mucho esfuerzo, pero se ha visto recompensado desde el primer momento”, asegura la dueña. Todos los días, va gente a visitar el fotomatón sin conocer el laboratorio y se queda a echar un vistazo, e incluso dejan sus rollos para revelar. “La comunidad de fotógrafos jóvenes que disparan película cada vez es más grande”, cuentan. El fotomatón funciona con una moneda de un euro y dispara, como siempre, cuatro fotos.

Un entrecot y una fiesta muy madrileña

Uno de los conciertos en vivo en el Museo Chicote, en una imagen cedida.

El Museo Chicote (en Gran Vía, 12) lo fundó en 1931 el hostelero Perico Chicote (que no tiene nada que ver con el televisivo chef Alberto Chicote) como un lugar en el que mezclar bebidas, vidas y opiniones. Ahora, la empresa resultante ha creado una nueva experiencia los jueves para que los madrileños puedan disfrutar de su apuesta de música en vivo y cena.

“Forma parte de la historia de la capital madrileña, La idea es disfrutar de una noche con un menú al más puro estilo parisino y, después, dejarse llevar por la música”, asegura el local. La cena consiste en un entrecot de París, con una ensalada y patatas. A las 00.00 se acaba la cena y comienza un concierto de música en directo que se puede disfrutar mientras se toma una copa. “Este tour músico-gastronómico cuenta con un menú para comenzar con buen pie, o mejor dicho, paladar”, reza su carta. El menú y el concierto tienen un precio de 40 euros. Entre los artistas que actuarán figuran Marengo Club, Marina Dramer, Emilio Feijóo, Sananda Dico y Pamela Magal, entre otros.


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