La delincuencia que entra y sale de Madrid
Toledo y Guadalajara soportan la expansión de grupos criminales que operan aprovechando la facilidad de ‘okupación’ ante la carestía de la vivienda y las buenas vías de comunicación
A Kevin Pastor, el joven acusado de asesinar el pasado 4 de junio a Borja Villacís ―hermano de la exvicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís—, le venían siguiendo los pasos desde hace meses en Toledo. La Guardia Civil lo tenía fichado. Se les había cruzado en un rosario de operaciones relacionadas con robos, incluida la de las armas (un rifle de caza y una escopeta) que presuntamente utilizó en el asesinato. Kevin vivía en el barrio de Carabanchel en Madrid. S...
A Kevin Pastor, el joven acusado de asesinar el pasado 4 de junio a Borja Villacís ―hermano de la exvicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís—, le venían siguiendo los pasos desde hace meses en Toledo. La Guardia Civil lo tenía fichado. Se les había cruzado en un rosario de operaciones relacionadas con robos, incluida la de las armas (un rifle de caza y una escopeta) que presuntamente utilizó en el asesinato. Kevin vivía en el barrio de Carabanchel en Madrid. Su madre, también detenida por conducir el vehículo con el que su hijo perpetró y huyó del crimen, vivía en Bargas, un municipio de la comarca toledana de La Sagra, que ha sufrido una fuerte industrialización y un crecimiento poblacional de casi un 20% en la última década. A la luz de los índices de criminalidad, la zona ha atraído tanto a empresarios y emprendedores como a delincuentes, “que aprovechan la cercanía a la capital (40 minutos), las buenas vías de comunicación y la logística industrial (naves, camiones de transporte...)” para acometer sus fechorías —principalmente robos— y después ocultarse y ocultar los efectos robados, según explican fuentes del Instituto Armado. Los agentes de la Policía Nacional que investigaban el crimen montaron el primer operativo de búsqueda de Pastor en Bargas, pero finalmente le pusieron las esposas en el municipio de Yuncos, donde se escondía en una casa okupada que la Guardia Civil tenía en su radar y en la que vivía su presunto compinche.
“La okupacion no es solo una opción habitacional para familias sin recursos ante la carestía de la vivienda”, comenta un agente de la policía judicial de Toledo, “es un fenómeno en auge, hay mafias dedicadas a ofrecer viviendas okupables”, señala, ”y a los delincuentes les sirven tanto de base de operaciones y de reunión como de escondite para los efectos robados”, afirma. En Toledo se han registrado un total de 680 “robos con fuerza en domicilios, establecimientos y otras instalaciones” en el primer trimestre de este año, según los últimos datos del Ministerio del Interior, un 14,3% más que en el mismo periodo del año pasado, así como un incremento del robo de vehículos de más del 53%: 98 en el primer trimestre de este año.
Fernando P., presunto autor principal del triple crimen de Chiloeches (Guadalajara), a sus 23 años contaba también con una ristra de antecedentes por robos en la zona de El Corredor del Henares, según los investigadores del instituto armado. Supuestamente, entró la madrugada del pasado 14 de abril en el chalet del matrimonio formado por Ángel Villar y Elvira Fernández, de 52 años, en la urbanización Medina Azahara con el fin de robar unos relojes (12) y dinero (2.000 euros). Tras ser sorprendido por la familia, acabó matando a los dos padres y a la hija, que precisamente había sido novia de su primo Fernando, detenido como “colaborador” del crimen. El hijo logró escapar y denunciar lo que ocurría. El Corredor se ha convertido en uno de los principales ejes logísticos de España, con un progresivo incremento poblacional y un fuerte mercado de vivienda muy próximo a la capital.
En Guadalajara, el primer trimestre de este año, se contabilizaron 133 robos con fuerza en domicilios, como el asaltado por Fernando P., un 5,6% que en el mismo periodo del año anterior. Y los robos de vehículos se duplicaron (47). “La gentrificación también afecta a la delincuencia, que antes podía concentrarse y operar desde zonas más periféricas o deprimidas de la capital, pero los precios también han subido ahí, y ahora se instalan en zonas residenciales limítrofes con la provincia de Madrid”, señalan fuentes de la Guardia Civil.
La cercanía, las buenas comunicaciones por carretera y tren, el desarrollo industrial y la despoblación de amplias zonas convierten a Toledo y Guadalajara en lugares preferentes de los delincuentes que entran y salen de Madrid, según fuentes de la Guardia Civil de ambas provincias. Guadalajara y Toledo han sentido la expansión de las bandas juveniles violentas (bandas latinas) desde la capital, pero también acusan los asaltos a naves industriales de El corredor y La Sagra de las que los grupos de ladrones se llevan toda clase de mercancías (ropa, tecnología, perfumes...), o los espectaculares robos de los cajones de mercancía de los camiones en las áreas de servicio, o los muchos asaltos a viviendas en las zonas más despobladas de esas dos provincias, también cuajadas de plantaciones de marihuana in door o incluso en parajes abiertos recónditos. El incremento en el robo de coches tiene que ver con que los usan para sus acciones y, en muchas ocasiones, les doblan las matrículas, como se vio en el caso de Kevin Pastor.
“Se trata de una delincuencia nómada, itinerante: salen de Madrid y van dando golpes por oleadas, donde les parece que hay menos vigilancia y les resulta más fácil, tanto actuar como huir”, explican los agentes de la Policía Judicial responsables de luchar contra estos grupos, “de entre tres y quince personas, especializados principalmente en delitos contra el patrimonio (el 80%), con funciones específicas y muy ligados a la logística del transporte; formados casi siempre por hombres de entre 20 y 45 años de diversas nacionalidades con antecedentes penales y con domicilio en Madrid, aunque no sea su residencia o no sea fijo”, describe el responsable de la unidad. Y pone un ejemplo: “Aquí detuvimos recientemente a la banda que se dedicó a dejar a una parte de las terrazas de Madrid sin sillas, entre Azuqueca de Henares y Villanueva de la Torre”.
En Toledo se han asentado bandas de butroneros y aluniceros que actúan con mazas y picos para abrir cajas fuertes de empresas o de naves industriales, señalan fuentes del instituto armado. Aunque con las últimas operaciones “la mayoría está ya en prisión”, asegura uno de los responsables de la unidad de delitos contra el patrimonio. “Ahora se han desplazado hacia la zona de Torrijos, donde están cometiendo atracos en viviendas y establecimientos con moradores dentro”, aseguran. “Hay zonas en las que ellos mismos controlan tan bien los accesos que se sienten muy protegidos y convencidos de que pueden ocultar bien los efectos sustraídos”, añade. La delincuencia fluctúa así y se organiza buscando los lugares más seguros para poder moverse e ir y venir de la capital.
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