El Ayuntamiento de Madrid regala un solar a la Iglesia cada cinco meses
Almeida ha donado desde 2022 cinco fincas, en Usera, Aravaca, Vallecas, Hortaleza y Valdebebas, valoradas en 8,5 millones antes de licitar para colegios, centros deportivos u otras dotaciones para los barrios
Los vecinos de Usera de Vallecas o de Hortaleza, no tiran la toalla. Dejan folletos en los locales del barrio, recogen firmas entre los vecinos o protestan disfrazados de monja ante los responsables populares del distrito. Tratan de impedir un regalo más del Ayuntamiento de José Luis Martínez-Almeida al Arzobispado de Madrid y exigen que los miles ...
Los vecinos de Usera de Vallecas o de Hortaleza, no tiran la toalla. Dejan folletos en los locales del barrio, recogen firmas entre los vecinos o protestan disfrazados de monja ante los responsables populares del distrito. Tratan de impedir un regalo más del Ayuntamiento de José Luis Martínez-Almeida al Arzobispado de Madrid y exigen que los miles de metros cuadrados donados para la oración y el recogimiento tengan un destino social en barrios a los que aún no llegan una residencia de ancianos o un instituto de Secundaria. Una incipiente contestación vecinal en rechazo a los regalos a la Iglesia que está naciendo en Madrid.
En los dos últimos años, el Ayuntamiento de Madrid ha adjudicado, con carácter gratuito o se encuentra en trámites para ello, un total de cinco parcelas a distintas organizaciones dependientes del Arzobispado de Madrid para la construcción de centros de culto. Cinco solares en Usera, Vallecas, Aravaca, Hortaleza y Valdebebas con un valor que van desde los 101.000 euros en Usera a los 4,7 millones de euros en Hortaleza, según la valoración del inventario del Patrimonio Municipal del suelo. El tamaño también varía de los 2.000 metros cuadrados en Vallecas a los 6.000 metros cuadrados de Hortaleza.
La sucesión de ‘regalos’ comenzó con tres fincas en 2022 en Aravaca, en Vallecas y en Usera otorgadas como concesión demanial de forma gratuita por un plazo de 75 años. Le siguió otra más en noviembre de 2023 en Valdebebas, un solar de 4,6 millones de euros y 6.000 metros cuadrados de superficie en el que cabría la Catedral de la Almudena. La donación más reciente, a finales de 2023, fue un terreno de 4.000 metros cuadrados en El Cañaveral. En resumen, en los últimos dos años, Almeida ha donado a la Iglesia un terreno cada cinco meses con un valor conjunto, todas ellas, de 8,5 millones de euros, entregado a coste cero hasta el año 2099.
A las quejas de los vecinos contra los regalos de Almeida en barrios donde habrá iglesias nuevas antes que colegios o ambulatorios, se suman las protestas de la oposición que rechazan el trato de favor recibido por la Iglesia católica frente a otras confesiones.
La ley permite este tipo de donaciones a cualquier iglesia que lo solicite en el marco de las atribuciones con las que cuenta el Ayuntamiento para dotar de “servicios espirituales” una zona de nueva creación. Sin embargo, hasta ahora el único beneficiario ha sido el Arzobispado de Madrid, a pesar de que en lugares como Usera se unen dos iglesias en una misma manzana o, en el caso del Ensanche de Vallecas, los vecinos cuentan con tres iglesias y un único centro de salud. En el caso de Valdebebas, conocido irónicamente por la oposición como un “minivaticano” dadas las dimensiones del terreno, el Arzobispado no solo planea levantar un “templo” sino una construcción de cinco pisos con “aulas, despachos, jardines, aparcamientos, sala de usos múltiples y teatro”, en lo que consideran que se trata de “un colegio concertado encubierto”, denuncian desde Más Madrid. “No les da vergüenza dilapidar suelo público en lugares con tantas necesidades”, preguntó la concejal de este partido, Mar Barberán, a los responsables populares en un pleno a finales de enero.
La estrategia seguida por Almeida en los últimos años para adjudicar los solares a la Iglesia ha seguido siempre la misma dinámica: se publicita un procedimiento en régimen de concurrencia para realizar con carácter gratuito una concesión demanial de una parcela destinada a “servicios sociales, culturales y educativos vinculados con la actividad pastoral”, al que solo pueden concurrir las iglesias, confesiones y/o comunidades religiosas sin ánimo de lucro inscritas en el registro civil. Sobre el papel, puede concurrir cualquier confesión registrada, pero en la práctica, el Arzobispado es la única institución que se presenta al concurso porque es la única con capacidad para cumplir los requisitos, entre los que está construir antes de dos años o hacer un importante desembolso a modo de depósito.
El caso de Valdebebas es una de esas fincas paradigmáticas sobre las prioridades del Ayuntamiento. Actualmente, no tiene Centro de Salud debido a que, aunque tiene una parcela cedida, aún no se ha licitado la obra. En el caso del polideportivo, el proyecto quedó desierto desde la legislatura anterior y sobre el centro cultural que se está construyendo, este no tiene proyectada biblioteca alguna. “El primer colegio (Alfredo Di Stéfano) está masificado y el segundo (Núria Espert) lleva cinco años en obras y los chavales van a clase en barracones. ¿Y después de tener el barrio abandonado, con más de 30.000 personas viviendo, su única propuesta es un circuito urbano de Fórmula 1 y una iglesia?”, criticó la formación de Rita Maestre.
En el caso de Usera, la polémica que ha soliviantado a los vecinos comenzó en 2022, cuando el Ayuntamiento de Madrid cedió un descampado de 3.500 metros cuadrados junto al metro Almendrales, valorado en el mercado en ocho millones de euros, que el Ayuntamiento regaló a la única agrupación religiosa que se presentó al concurso público: siete religiosas pertenecientes a la Comunidad del Cordero, cinvulada a los Dominicos. En plena crisis inmobiliaria en la capital, con uno de los metros cuadrados más caros de Europa, cuando se termine de construir el monasterio, cada monja tocará a más de 500 metros cuadrados por cabeza junto al río Manzanares. Por su parte, en El Cañaveral, en el distrito de Vicálvaro, los vecinos exigen destinar la parcela de más de 4.000 metros cuadrados para la construcción de una escuela infantil, un centro de mayores o una comisaría de Policía, debido a que los robos son cada vez más frecuentes. Según Sergio de Isidro, que ha recogido casi 3.500 firmas en Usera, la zona “enfrenta notables deficiencias en infraestructura y que ha experimentado un importante aumento de su población en los últimos años. El barrio carece de instituto público, no tiene instalaciones deportivas, ni piscina, ni centro juvenil y necesita también una residencia de mayores”, protesta.
Sin embargo, la respuesta del Ayuntamiento, es que seguirán las millonarias donaciones a la Iglesia. El segundo Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Madrid, Borja Carabante, rechazó dar marcha atrás a las concesiones demaniales por tratarse de una queja “sectaria” de la izquierda que ataca la “libertad de culto” de los madrileños y revela un “enorme desconocimiento de la ley urbanística”, respondió a finales de enero durante un pleno. En ese pleno, Carabante anunció que seguirá adelante con estas concesiones para que los madrileños “porque lo permite el plan urbanístico que reserva parcelas para el culto”, explicó. Por su parte, Barberán, de Más Madrid, reivindicó que si el derecho a la libertad religiosa fuera tal, se habría avanzado en la adjudicación de terrenos para el cementerio islámico de Madrid, tal y como se habían comprometido.
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