La Asamblea de Madrid activa el procedimiento para decidir si sanciona a Rocío Monasterio por el voto fantasma de Vox
Ossorio comunica a la Mesa que aportará en una próxima reunión un escrito detallando lo ocurrido, identificando al autor de los hechos y calificándolos
El presidente de la Asamblea de Madrid, Enrique Ossorio, ha activado este viernes la investigación que debe decidir si Rocío Monasterio es sancionada por la supuesta votación irregular que habría protagonizado en el pleno del 1 de febrero, cuando votó por ella misma y por un diputado ausente en al menos una ocasión, según el vídeo de la sesión. De esta manera, el exvicepresidente regional aportará en la próxima reunión de la Mesa u...
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El presidente de la Asamblea de Madrid, Enrique Ossorio, ha activado este viernes la investigación que debe decidir si Rocío Monasterio es sancionada por la supuesta votación irregular que habría protagonizado en el pleno del 1 de febrero, cuando votó por ella misma y por un diputado ausente en al menos una ocasión, según el vídeo de la sesión. De esta manera, el exvicepresidente regional aportará en la próxima reunión de la Mesa un escrito detallando lo ocurrido; identificando al autor de los hechos investigados; especificando “las sanciones que pudieran corresponder, sin perjuicio de lo que resulte de la instrucción”; y proponiendo el procedimiento y el órgano competente que debe regir esa posible sanción, que en su caso aprobaría la Mesa, donde el PP tiene mayoría absoluta. La portavoz del partido ultra se arriesga a recibir una multa o a ser suspendida como diputada entre 15 y 30 días por supuestamente haber propiciado que su formación sumara más votos que diputados presentes en aquella sesión. Una cosa es segura: el PP ve en este episodio una oportunidad para hacerle pagar todos los desencuentros sufridos durante las dos legislaturas en las que el Ejecutivo dependió de sus votos para todo.
Para dar este paso, Ossorio se acoge al artículo 35.2 del reglamento, que establece que los procedimientos sancionadores se iniciarán mediante escrito de denuncia a instancia de cualquier Diputado o Grupo Parlamentario. Y de hecho, Más Madrid ya registró una solicitud para que Monasterio sea sancionada durante un mes, un escrito que por ahora queda sobre la mesa.
“Se trata de una actuación previa al inicio del procedimiento, que se lleva a cabo para recopilar la información necesaria, incluido un informe jurídico, y garantizar que el proceso se desarrolle conforme a la normativa vigente de la Asamblea de Madrid”, ha precisado un portavoz de la Asamblea. “En la próxima Mesa de la Asamblea, el presidente de la Asamblea aportará el documento con la propuesta de incoación del expediente y un informe de los servicios de la Cámara sobre el procedimiento que sería aplicable”.
La oposición de izquierdas ha celebrado la decisión del presidente de la Cámara. “La Mesa ha decidido abrir diligencias por el fraude del doble voto”, ha dicho María Pastor, de Más Madrid. “Siempre exige mano dura para quienes se saltan las normas, pero considera que las normas de la institución no van con ella”, ha seguido. “Debe recibir una sanción ejemplar, y la Asamblea debe lanzar un mensaje claro: tolerancia cero”.
Por su parte, el PP ha dejado claro que su deseo es que se sancione a la portavoz de Vox. “Estoy seguro de que la Mesa va a tomar las decisiones adecuadas para resolver este caso, que parece tratarse de un voto fraudulento de la señora Monasterio”, ha dicho el portavoz parlamentario de los conservadores, Carlos Díaz-Pache. “Creo que es importante que todos los diputados mantengamos la disciplina y cumplamos las normas”.
Esta es la secuencia de hechos que ha colocado a Monasterio al borde de convertirse en la primera diputada sancionada por una votación irregular en la historia de la Asamblea de Madrid.
25 de enero. José Luis Ruiz Bartolomé, mano derecha de Monasterio en la cámara, deja su escaño para volver a la actividad privada. Vox tiene una semana para reemplazarle antes del primer pleno del nuevo periodo de sesiones. Tampoco es que sea urgente: el PP tiene mayoría absoluta y su presencia no cambiará nada.
31 de enero. Un día antes de la celebración del pleno, Pablo Gutiérrez de Cabiedes renuncia a ocupar el escaño, que le corresponde por ser el siguiente en la lista electoral. Su decisión agudiza la crisis de un partido zarandeado de polémica en polémica en los últimos meses. Y así, Vox llega al pleno del día siguiente sin que su nuevo diputado, Javier Pérez, haya tomado posesión y, por lo tanto, con un voto menos y una silla vacía.
1 de febrero. Al final del pleno, el presidente de la Asamblea, Enrique Ossorio (PP), toma la palabra para hacer una advertencia antes de que arranquen las votaciones. “Antes de empezar a votar, les aclaro que un diputado, por error, ha apretado el botón de presencia en dos escaños distintos”, dice el exvicepresidente regional, que resta importancia a esa acción. La polémica, de hecho, estalla posteriormente, cuando los servicios técnicos de la Cámara detectan que se ha votado desde el escaño de Ruiz Bartolomé, que ya no es diputado y no ha sido sustituido por Vox. Es decir, que alguien ha votado dos veces.
5 de febrero. Ossorio decide abrir una investigación y todas las miradas se dirigen inmediatamente hacia Monasterio. Porque Henríquez de Luna admite en la junta de portavoces que él activó como presente dos lugares distintos. No quería que el asiento contiguo al de Monasterio quedara vacía, cosa poco estética ante las cámaras, pero finalmente volvió a su escaño. La líder es quien viene a admitir haber votado varias veces, aunque tampoco lo dice claramente.
“Son cosas de la tecnología”, se ríe durante una rueda de prensa en la que se describe apretando y desapretando botones a toda prisa para intentar apagar el escaño. Pero nadie se toma el asunto a broma en el Parlamento. Y mucho menos el PP, que ve una oportunidad ideal para cobrarse cuentas pendientes con su antigua socia, o en la oposición de izquierdas, en la que Más Madrid registra un escrito solicitando que sea suspendida como diputada durante 30 días.
Nunca había pasado igual en la Asamblea de Madrid, según detalla un portavoz de la institución. Pero sí hay precedentes fuera de la región. Por ejemplo, en el País Vasco. Allí, en 2003, el Parlamento sancionó con un mes sin poder ejercer sus derechos a Carlos Iturgaiz por haber activado el indicador electrónico de presencia en la Cámara de su compañero Jaime Mayor Oreja.
8 de febrero. En plena sesión de control a su Gobierno, Isabel Diaz Ayuso apuesta por sancionar a Monasterio por su acción. “Si usted va por una carretera en la que tiene que circular a 80 [kilómetros por hora], y la pillan a 140, señora Monasterio, usted comprenderá que tendrá que ser multada”, asegura la presidenta regional. “Lo que no se ha visto en la vida es que vote por otro diputado que se ausenta”, denuncia.
Monasterio responde asegurando que la líder conservadora persigue expulsarla de la Cámara a toda costa, y bromea, gesticulando, cuando llega el final de la sesión, toca votar, y hace movimientos grandilocuentes a cada paso. Así se llega hasta este viernes, cuando la Mesa de la Asamblea ha decidido poner en marcha el proceso que previsiblemente acabará por sancionar a la portavoz del partido de extrema derecha.
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