El asesino confeso del crimen del rapero Isaac: “He destrozado a su familia, pero también a la mía”

David Bárcena acababa de cumplir 18 años cuando mató al rapero Isaac López y asegura que las drogas y el alcohol nublaron su juicio el día del crimen. La investigación policial apunta al conficto entre bandas juveniles como origen de la agresión mortal

Los cuatro acusados del asesinato del rapero Isaac, en Madrid, en una imagen de TikTok.

Este martes se ha sentado frente al juez un chico de 20 años que se enfrenta a la peor pena que contempla el código penal español: la prisión permanente revisable. Es el autor confeso del homicidio de un chico de su edad. El acusado se llama David Bárcena y, la víctima, Isaac López Triano, asesinado a cuchilladas en un túnel de Madrid cercano a su casa el 14 de julio de 2021. Los motivos dejan de tener lógica cuando se habla de un crimen entre adolescentes, pero, si hay que buscar uno, los investigadores policiales lo atribuyen a la ...

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Este martes se ha sentado frente al juez un chico de 20 años que se enfrenta a la peor pena que contempla el código penal español: la prisión permanente revisable. Es el autor confeso del homicidio de un chico de su edad. El acusado se llama David Bárcena y, la víctima, Isaac López Triano, asesinado a cuchilladas en un túnel de Madrid cercano a su casa el 14 de julio de 2021. Los motivos dejan de tener lógica cuando se habla de un crimen entre adolescentes, pero, si hay que buscar uno, los investigadores policiales lo atribuyen a la guerra entre bandas juveniles que entre ese año y 2022 dejó en Madrid al menos ocho fallecidos, dos de ellos menores de edad. Él mismo lo ha dicho en su declaración, en la que solo ha respondido a las preguntas de su abogado: “He destrozado a la familia de Isaac, pero también a la mía”.

El día del crimen no estaba solo, lo acompañaban tres menores que ya han sido condenados por el asesinato y por pertenecer a los Dominican Don’t Play a entre cuatro y seis años de internamiento en un centro de reforma. El proceso que ha seguido Bárcena es el de los mayores de edad, porque había cumplido los 18 dos meses antes del homicidio. Uno de los condenados los cumplió un mes después.

David asegura que el día del crimen había bebido cerveza y “fumado muchos porros”. Ha relatado que estuvo “echando carreras” con el patinete y que se encontraron con Isaac, que este les increpó y que le dijo: “Me cago en tus muertos”. Según su declaración, esta frase desató su ira: “La muerte de mi abuela es lo peor que me ha pasado en la vida”. El acusado describe un enfrentamiento en el que Isaac también le atacó con un cuchillo al que le respondió: “No sabía ni dónde daba”.

Él asegura que se enteró de que la víctima había fallecido por la televisión. La policía considera acreditado que Isaac llevaba encima un cuchillo cuya hoja tenía ocho centímetros. En sus mensajes leyeron cómo le contaba a una amiga que cuando iba por el barrio tenía que salir con “filo” (cuchillo) por miedo a agresiones y en las cámaras de videovigilancia de su portal, ese día se le ve mirando con cautela a ambos lados antes de salir. El principal investigador del caso, del grupo VI de Homicidios, no considera creíble que la pelea la empezara un chico solo frente a cuatro rivales, que además se había mostrado cauteloso a la hora de salir de casa.

El destino de David no era acabar sentado frente a un juez bajo la amenaza de una condena de por vida, ni el de Isaac morir desangrado en un túnel. El acusado nació en 2003 en Boadilla del Monte, aunque su barrio de toda la vida es Villaverde. Su madre es peluquera y David la ayudaba en el trabajo, como relató su letrado el primer día de juicio, y su padre es profesor de niños con discapacidad, como ha contado él hoy en su declaración.

De pequeño sufrió acoso escolar y, cuando acabó el confinamiento, empezaron las “malas compañías”, dejó de entrenar y no acabó la educación secundaria, explicó también su letrado. Isaac era un chico huérfano de padre, con una discapacidad del 46% por el síndrome de asperger, que empezaba a despuntar por su rap y pasaba los días entre batallas de gallos (duelos musicales de improvisación) en el parque cercano a su casa. No había ningún motivo para que hubiera odio entre ellos y sus caminos se cruzaran de esta forma fatal.

El rastro que condujo a los investigadores a los detenidos fue el que dejaron tres patinetes que habían alquilado esa tarde. Varios testigos contaron a los agentes cómo un grupo de chicos perseguía a otro a bordo de estos vehículos, así que aquel fue el hilo del que empezar a tirar. Los investigadores identificaron la compañía propietaria de los mismos y estos les proporcionaron un nombre, unas iniciales y una dirección de correo electrónico. Las iniciales eran D. B. G., las del acusado que afronta ahora la prisión permanente revisable. Se había inscrito en la aplicación para alquilar esos patinetes ese mismo día.

El acusado mayor de edad del crimen de Isaac López Triano.EL PAÍS

Gracias al sistema de geolocalización de los dispositivos, los policías fueron capaces de trazar el recorrido que hicieron. Los puntos que iba indicando el sistema integrado en los patinetes coincidía con las imágenes de las cámaras de vigilancia de gasolineras, cajas de ahorros y otros establecimientos que hay en la ciudad. Allí, con el mapa frente a sus ojos, determinaron que habían salido desde la zona de Embajadores, en el centro de la ciudad, que se desplazaron hasta Pacífico, el barrio de Isaac, donde lo encontraron.

La investigación no ha concluido si iban a por él o lo encontraron por casualidad, pero en el móvil de uno de los detenidos menores había un vídeo de unos días atrás, en el que alguien increpa a Isaac y a un amigo suyo a bordo de un autobús que regresa de Parla a Madrid. El amigo que sale en el vídeo con Isaac es el mismo con el que iba hablando por el móvil el día que lo mataron. “¡Dejadme!”, fue lo último que escuchó su colega al otro lado del teléfono. Isaac estaba señalado por tener vínculos con la banda de los Trinitarios.

El periplo de los patinetes y las declaraciones de los testigos apuntan a que el grupo de agresores persiguió a Isaac, todos llegaron al final del túnel y dieron media vuelta, la víctima se cayó el suelo y este fue el momento en el que fue apuñalado por la espalda. Los atacantes escaparon en dirección contraria a la circulación y tuvieron que sortear varios coches. Según la señal de GPS, el grupo paró unos minutos después en un parque cercano. Cuando los policías acudieron a esa zona con arbustos para investigar por qué habían hecho esa parada, encontraron dos navajas escondidas. Una de ellas con restos de sangre y fibra de Isaac.

La investigación también buceó en las dinámicas del grupo al que pertenecían los autores del crimen. Se trata de un grupo de menores perteneciente a los Dominican Don’t Play del barrio de Embajadores. Los mensajes muestran que al mando estaba uno de los menores ya condenados. Se organizaban en varios grupos de Whatsapp, en los que algunos se iban más de la lengua y otros advertían: “No habléis de eso por aquí”. “¿Qué rango ocupo yo?”, se lee que le pregunta Bárcena a otro miembro en otro chat.

Un día, uno de los integrantes del coro anuncia en un chat que va a estar menos activo en la banda porque la policía le ha intervenido dos cuchillos y su tía se lo ha contado a su madre. “Loko (sic), voy a estar frío (menos activo en la banda) que no quiero tener ahora mismo ningún problema, ya cuando tenga 18 me la suda como si me meten preso”, escribe. El cabecilla le responde: “Mi loco, que a mí me han llevado tres veces preso, mi madre me ha pillado con machetes, pistolas y sigo igual”. Diez meses después, ese chico que pedía “estar frío” en la banda, murió asesinado cuando acababa de salir de casa a manos de un grupo de Trinitarios. Había cumplido los 18 hacía seis meses.

El 25 de noviembre de 2021, los policías se desplegaron en cuatro puntos distintos para detener al mismo tiempo a los cuatro presuntos autores. Bárcena reconoció ser el autor de las puñaladas. En casa del acusado hallaron un machete y un cuchillo que este martes se han mostrado en la sala de la Audiencia Provincial. Unas armas que describen el ambiente de violencia que desató en un crimen entre adolescentes que apenas se conocían.

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