¿Se está derechizando el bastión de IU en Madrid a causa de las urbanizaciones con piscina?
El PP ganó las elecciones del 28-M y el 23-J en Rivas-Vaciamadrid, una ciudad del cinturón rojo madrileño donde algunos se preguntan si el urbanismo desarrollado por el Ayuntamiento de Izquierda Unida está contribuyendo al cambio ideológico
Si Rivas-Vaciamadrid acaba algún día en manos de la derecha, las manifestaciones multitudinarias de principios de este año contra el carril bici podrían ser recordadas como el hito que anticipó el cambio. Entonces, se vieron imágenes sorprendentes en la conocida como “aldea gala de la izquierda en Madrid”. Los vecinos salieron en masa a protestar porque las bicicletas les habían robado espacio que usaban los coches, una postura asociada a los postulados de Vox. La iniciativa del Ayuntamiento de Izqui...
Si Rivas-Vaciamadrid acaba algún día en manos de la derecha, las manifestaciones multitudinarias de principios de este año contra el carril bici podrían ser recordadas como el hito que anticipó el cambio. Entonces, se vieron imágenes sorprendentes en la conocida como “aldea gala de la izquierda en Madrid”. Los vecinos salieron en masa a protestar porque las bicicletas les habían robado espacio que usaban los coches, una postura asociada a los postulados de Vox. La iniciativa del Ayuntamiento de Izquierda Unida chocaba con el estilo de vida de los ripenses, muy dependientes del coche para todo, y el conflicto tuvo consecuencias electorales.
En las municipales de mayo, el PP se convirtió por primera vez en el partido más votado, pero no pudo gobernar porque el bloque de izquierdas conservó la mayoría. En las generales de julio, el PP volvió a ser el ganador en Rivas. Son señales que dan peso a las teorías de los urbanistas que sostienen que la ciudad dispersa crea ideología de derechas al favorecer un estilo de vida individualista que favorece las soluciones particulares, el aislamiento y la competición. Si es así, los alcaldes de IU que gobiernan Rivas desde hace 32 años y han diseñado la expansión del municipio podrían haber sembrado la semilla de una revolución, pero no roja, sino azul.
A simple vista, Rivas se parece mucho a los nuevos barrios del extrarradio de Madrid, los PAU (Programas de Actuación Urbanística). Es el modelo de la urbanización cerrada con piscina y las avenidas amplias. Por las mañanas los ripenses se montan en sus coches y colapsan la autovía A-3 en ruta a la capital. Los pauers, vecinos de esos desarrollos, son vistos como un votante seguro para la derecha madrileña, un cinturón que se ha teñido de azul, luego naranja y ahora de nuevo azul. Pero Rivas ha resistido sorprendentemente como una plaza inexpugnable del cinturón rojo madrileño.
Este municipio al sudeste de la ciudad de Madrid ha sufrido una enorme transformación en las últimas tres décadas, pasando de 14.000 habitantes en 1991 a más de 100.000 este año. En ese período la derecha ha pasado de ser irrelevante a obtener un apoyo que supera el 40%. A pesar de este avance, los ripenses siguen votando en masa a los partidos progresistas, que ganan por márgenes muy altos para una región tan favorable al PP como es Madrid.
¿El secreto? El político que diseñó la ciudad entre 2014 y 2022, el exalcalde Pedro del Cura, cree tener la respuesta. Del Cura, de 49 años, tiene barba cerrada y viste la camisa por fuera de los vaqueros. Se ofrece a dar una vuelta en su Audi de cero emisiones para dar su explicación. La clave, dice antes de ponerse al volante, reside en mirar a lo que rodea a esas casas con piscinas. Rivas parece Suecia a nivel de equipamientos públicos (10 escuelas infantiles, 16 colegios, cinco institutos, tres polideportivos, cuatro centros para mayores, tres casas de la juventud, cuatro bibliotecas, una universidad popular...). Durante el paseo, va señalando a un lado y otro de la calle: público, público, público...
“Aquí se socializa más que en los PAU de Madrid”, dice mientras conduce. “Y los vecinos aprecian el valor de lo público y lo defienden. Si vas a otras zonas de Madrid donde predomina la privatización, la gente se olvida de que pertenece a una clase social. Compiten por acceder a esos recursos de pago para sentir que son parte de esa clase media aspiracional”.
Del Cura da un segundo motivo relacionado con el primero: la gran cantidad de urbanizaciones de promoción pública. Desde 2003, el Ayuntamiento ha construido 3.487 viviendas. El logo de la Empresa Municipal de Vivienda de Rivas destaca en la fachada de numerosos edificios de pisos, pero también en chalés adosados. Otra buena parte del municipio ha sido construido por cooperativas de viviendas, el modelo por el que un grupo de personas se asocian para construir, eliminando el beneficio del promotor. “Mira, esa es una zona de chalés donde Sumar ha sacado un 45% del voto”, dice al pasar por el barrio Pablo Iglesias, que tiene su origen en una cooperativa de los años ochenta asociada al PSOE y la UGT.
Desde que los medios publican mapas del voto por secciones censales, todo el mundo puede ver con detalle cómo cambian las preferencias al cruzar una calle. En Rivas existen secciones donde la izquierda gana con cerca del 80% del voto. Es una uniformidad semejante a La Moraleja, pero de color rojo intenso. Son los vecinos de Covibar y Pablo Iglesias, quienes llegaron en los ochenta. La forma de la ciudad aquí es la propia de aquella época: pisos de ladrillo con bajos comerciales y calles estrechas. Del Cura dice que aquí se cumple el modelo de la ciudad de los 15 minutos, tan en boga ahora. No hace falta coger el coche para nada.
En las urbanizaciones construidas este siglo predomina el estilo PAU: manzanas cerradas, pádel y piscina. No todo lo que hay aquí agrada a Del Cura. Al pasar junto a unas viviendas de promoción privada sin bajos comerciales, lamenta que no se ve ni una persona andando. En zonas nuevas como esta gana el PP.
Del Cura cree en la tesis del libro de éxito La España de las Piscinas, que propugna que nuestro entorno urbano determina nuestra cosmovisión. Su autor, el periodista Jorge Dioni, ha popularizado esta teoría que se basa en estudios que han mostrado una correlación entre el modelo de ciudad extensa y la tendencia al voto conservador. “El libro”, dice Dioni, “es una metáfora de un cambio más amplio. La mayoría de los mensajes que recibimos hoy nos tratan de convencer de que la prosperidad es nuestra responsabilidad. La gente cree que si quieres, puedes, pero es una trampa. Acaban creyendo que lo que has conseguido depende solo de ti. Eso es falso”.
Dioni también opina que Rivas es un caso distinto a otras zonas nuevas de Madrid por la fuerte presencia de la administración en la vida cotidiana: “Acaban atribuyendo su bienestar a lo público”.
La líder del PP en Rivas es la inmigrante cubana Janette Novo, que no comparte la teoría del urbanismo ideológico. “A mí no me ha hecho de derechas un chalet y una piscina y no creo que nadie cambie sus ideas por eso”, responde. “Haber nacido en Cuba y vivido allí hasta los 25 años, haber padecido la falta de libertad y la vulneración de todos los derechos, incluidos los más elementales, es lo que sí te hace tener muy claro qué es lo que no quieres ser y lo que no quieres para tus hijos”.
Sin embargo, Novo está convencida de que el Ayuntamiento de IU usa el urbanismo para preservarse en el poder. En 2021, los ripenses aprobaron en una consulta promovida por Del Cura interrumpir la concesión de licencias hasta que aumente la dotación de recursos públicos. De fondo estaba el conflicto con el Gobierno autonómico de Isabel Díaz Ayuso para financiar nuevos equipamientos. Del Cura acusa a Ayuso de haber interrumpido una larga colaboración por la cual el Ayuntamiento construía colegios públicos para que luego la Comunidad de Madrid reintegrara el dinero. También reprocha que llevan esperando el cuarto centro de salud desde mayo de 2018.
Pisos por más de 400.000 euros
Desde 2021 no se han entregado nuevas licencias para viviendas, lo que causó la indignación del sector constructor en Madrid. La patronal Asprima fracasó en abril en su intento de tumbar judicialmente la moratoria. El Ayuntamiento, gobernado ahora por Aída Castillejo, de IU, pretende levantar el veto el año que viene, cuando tenga listo un plan urbanístico que sustituirá al de 2004 y tendrá una visión de la ciudad “más equilibrada”.
Novo opina que IU ha buscado la “excusa” de los servicios públicos para impedir el crecimiento de la ciudad: “Lo que vemos es que los nuevos vecinos no votan a la izquierda”, razona. El PP tiene perfectamente estudiado dónde es más fuerte. Saben que ganan en las zonas donde se ha construido vivienda libre. “Si no se llegan a paralizar las licencias, estaríamos gobernando”.
Según Novo, los vecinos que compran sus viviendas en el mercado libre “no son votantes que les deban nada al Ayuntamiento”. No se trata de que el tipo de ciudad haya cambiado el voto en Rivas, sino de que la gente que habita Rivas ha cambiado y, por tanto, el voto se ha movido. Donde hay obra nueva, llega gente nueva. Y tienen un perfil socioeconómico nuevo. En el portal Idealista se ofertaban la semana pasada 300 viviendas en Rivas, de las que más de la mitad, 151, valían más de 400.000 euros.
Lo mismo opina el arquitecto José María Ezquiaga, exdecano del colegio de arquitectos de Madrid, que ahora trabaja en el avance del nuevo plan urbanístico de Rivas. “Creo que Dioni dio en el clavo cuando señaló que un grupo social determinado tiene una preferencia por un tipo de vivienda especial”, opina, “pero es gente que ya antes de mudarse a esas zonas tenía una propensión al voto conservador”.
“Yo creo que es demasiado simple decir que hay una relación directa entre el tipo de vivienda y la inclinación política”, continúa. “Las preferencias políticas dependen de una ecuación más compleja en la que son mucho más relevantes la edad, la renta, la educación o el género”.
Entonces, ¿logrará la izquierda retener Rivas a pesar de los coches y las piscinas?
Novo cree que pronto el PP se hará con esta ciudad del cinturón rojo madrileño, como antes cayeron otros municipios del sur madrileño que parecían feudos eternos de la izquierda. “Podemos dar el vuelco”, dice.
Del Cura, que sigue vinculado al Ayuntamiento como técnico municipal y asesor de la alcaldesa, confía en que Rivas conserve su ideología: “Que el PP cacaree todo lo que quiera”, responde. “Si la izquierda lo hace bien, podrá gobernar toda la vida”.
Corrección: La versión original del artículo incluía por error una foto de una valla informativa que era identificada como alusiva a la construcción del centro de salud La Luna, en Rivas. En realidad anunciaba la futura estación de metro Rivas-José Saramago.
Contacta al autor por email fpeinado@elpais.es o por Twitter @FernandoPeinado
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