Agosto en Madrid: solo trabaja un concejal

El equipo de Almeida y la oposición hacen turnos para dejar a un representante de guardia, la única cabeza al frente de la institución

El alcalde de Madrid José Luis Martínez-Almeida en Santiago de Compostela el 5 de agosto.César Ortiz (Europa Press)

Hay algún concejal que ha acudido estos días al despacho solo para comprobar si las plantas seguían vivas. Desde los equipos de prensa de tres partidos del Ayuntamiento de Madrid cuentan que los políticos han llegado al mes de agosto “reptando”. Que si cada verano el organismo se desinfla, este año con dos campañas electorales casi seguidas, cuando sonó agosto, huyeron despavoridos. En las últimas ruedas de prensa ya olía a verano: risas, complicidad, la tranquilidad de irse a la playa sin conflictos, negociaciones ni pactos, apoyados en la paz de...

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Hay algún concejal que ha acudido estos días al despacho solo para comprobar si las plantas seguían vivas. Desde los equipos de prensa de tres partidos del Ayuntamiento de Madrid cuentan que los políticos han llegado al mes de agosto “reptando”. Que si cada verano el organismo se desinfla, este año con dos campañas electorales casi seguidas, cuando sonó agosto, huyeron despavoridos. En las últimas ruedas de prensa ya olía a verano: risas, complicidad, la tranquilidad de irse a la playa sin conflictos, negociaciones ni pactos, apoyados en la paz de una mayoría absoluta (del PP) constituida. Y en las profundidades del mes, sin plenos, reuniones de portavoces ni actividad institucional, uno se pregunta: ¿hay alguien ahí?

Cada día se anuncia algún tema, como que se asfaltó una calle, se comenzó una obra, se retrasó otra —la actividad municipal que más trabaja en el estío—, se publicita el programa de las fiestas de los barrios del centro —San Cayetano, San Lorenzo y ahora, La Paloma—, alguna mención especial a las olas de calor, y poco más. A través de escuetos comunicados de prensa, sin apenas reacciones de la oposición ni de ningún titular de un área de Gobierno, se mantiene con respiración artificial una actividad municipal bajo mínimos.

La primera semana de agosto, los madrileños observaron cómo su alcalde finalizaba el recorrido del Camino de Santiago, en su ruta portuguesa. José Luis Martínez Almeida, acompañado del delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad (tres carteras que han fusionado en una) y también segundo teniente de alcalde, Borja Carabante, finalizaba frente al Obradoiro la caminata que calificó como la “más bonita” de las que ha hecho. Es el cuarto año que el alcalde peregrina a Santiago. En su ruta, una reportera de Antena 3 le preguntó por sus vacaciones: “Ha sido un año muy largo con las elecciones, además de una ciudad como Madrid que siempre tienes que estar al tanto. Pero yo creo que cuando tienes unos días libres hay que desconectar”, respondió.

¿Y qué pasa con Madrid cuando su alcalde no está? “Me pillas empezando mis vacaciones”, respondían desde de prensa del Gobierno los interlocutores habituales. Lo mismo ha sucedido al tratar de contactar a la oposición: ¿Hay alguien a cargo del PSOE y Más Madrid en agosto? “Hola... Me pillas fuera, habla con mi compañera, por favor”. Unos mensajes más tarde, ahí estaban: los que no han conseguido huir en agosto.

El catedrático de derecho administrativo de la Universidad Autónoma de Madrid, Francisco Velasco, explica que por ley, cuando el alcalde no está, debe delegar en un teniente de alcalde, puede ser el primero (que es Imaculada Sanz), en el segundo (que es Carabante) o el tercero (Marta Rivera de la Cruz). Pero en general “las vacaciones de los políticos no están reguladas”. Pues no son empleados públicos, aunque su puesto esté de alguna forma homologado con el régimen de la Seguridad Social, pero no están dentro de ningún convenio colectivo. De manera que pueden tomarse 15 días, “como es lo habitual, pero bien podrían tomarse 40″, explica Velasco, siempre y cuando no se convoque una actividad institucional.

El encargado del área de prensa del Gobierno municipal estos días explica que en agosto se hacen turnos. Este año, se ha repartido cada semana un concejal. Cuando Almeida estaba en Galicia, en el Palacio de la Cibeles respondía Paloma García Romero (de Obras), otra semana, José Fernández (Políticas Sociales, Familia e Igualdad) y, después, Engracia Hidalgo (Economía, Innovación y Hacienda). Esta semana, la persona al frente del consistorio será Inmaculada Sanz, la mano derecha del alcalde y vicealcaldesa, que además es la titular Seguridad y Emergencias y Portavocía. La siguiente semana, la cara visible del Ayuntamiento será la encargada de Cultura, Marta Rivera de la Cruz.

De manera que, cuando trabaja un concejal, lo hace también su equipo —o parte de él—. Y estos son, junto a los funcionarios (no muchos porque también la mayoría están de vacaciones, según cuentan) y algunos miembros de la oposición, los únicos que pueblan los pasillos de Cibeles. “Pero estamos todos pendientes del teléfono”, insisten desde el área de prensa del PP.

Si surge algún imprevisto esta semana, será Inmaculada Sanz, la que responda por el consistorio. La maquinaria de prensa se activa, se preparan declaraciones y, aunque la concejala o concejal no sean expertos en la materia, deberán responder en nombre de la institución. Lo mismo sucederá la semana siguiente y así hasta finales de agosto que esperan “retomar un poco” la vida institucional. “Hay más gente de la que parece, hay un retén fijo del personal de confianza y los funcionarios que se turnan. Cibeles no cierra”, insisten desde el Gobierno.

Algo similar sucede con los equipos de la oposición, Más Madrid y PSOE. El principal partido de la oposición tiene ahora mismo a una responsable de dar la cara ante cualquier tema, ella es Lucía Lois, de Políticas Sociales, Familia e Igualdad. Que deberá, si se diera el caso, hacer declaraciones sobre cualquier otro asunto. “Aunque esto no es muy habitual. En Cibeles no hay nada, no hay comisiones, no hay reuniones, todo se para”, explica el encargado de prensa en agosto.

Desde el PSOE, su portavoz de Urbanismo, Antonio Giraldo, ha sido el encargado estos últimos días de ser el rostro detrás del grupo municipal. Es el concejal más joven, de 30 años, que tomó posesión del cargo por primera vez en junio. A él le ha tocado hablar en nombre de su equipo sobre las cifras del paro, que no son su especialidad, porque el resto estaban de vacaciones. “Hemos hecho un cuadrante con los 11 concejales. De manera que todos los días alguien se quede de guardia, para cubrir todo agosto con un concejal al menos, aunque a veces hay dos o tres. He estado algunos días solo”, cuenta desde el otro lado del teléfono.

“Hacemos mucho teletrabajo”, explica Giraldo. Que agrega que es la mejor época para hacer un trabajo de concejal que no permite la actividad institucional. “Nuestro trabajo tiene más de fuera de despacho que de dentro. Es un buen periodo para acercarse a los sitios, hablar con los vecinos, hacer lazos, ver a la gente. No hay ni pleno ni comisiones, no es grave que no estemos ahí”, cuenta. Fue Giraldo quien temió por las plantas de los despachos hace unos días, ya lo vivió cuando trabajaba en el Congreso, que al regresar de vacaciones estaban todas muertas.

Velasco explica que el funcionamiento de un ayuntamiento no depende tanto de los concejales. “Las decisiones ordinarias las toman los coordinadores generales de áreas de gobierno y directores generales. No es tan importante el cargo político”, cuenta. “Cuando no están no se nota”, resume.

Las vacaciones de los concejales madrileños no se replican en otras capitales europeas, como Londres. La tradición de meses completos de vacaciones no es habitual en el Reino Unido. Los empleados del consistorio londinense eligen qué días quieren aplicar de la libranza anual que les corresponde por convenio, y una organización interna se encarga de garantizar que todos los departamentos cuentan con representación, independientemente de a qué nivel de autoridad, según informa desde allí Eva Millán.

Otros municipios

En el momento álgido de las vacaciones: agosto y el puente de la Asunción, los ayuntamientos más grandes después de Madrid también están en horas bajas. Algunos, como Alcalá de Henares o Leganés, dos municipios donde aumentaron los sueldos de los alcaldes, ni siquiera descuelgan el teléfono. En Móstoles, el municipio más poblado después de Madrid, el alcalde, Manuel Bautista, acaba de dejar el mando en las manos del primer teniente de alcalde para irse de vacaciones. En el equipo de gobierno quedan otros dos tenientes y seis concejales. Los que se toman días de descanso tienen que dejar su firma a cargo de una persona de más rango. En el caso del alcalde, la persona con un cargo más importante que tenga debajo. La responsabilidad recae, por lo tanto, en los hombros de los tenientes de alcaldes.

De los consultados que han respondido, el que menos responsables tiene al frente en este momento es Alcobendas, con un teniente de alcalde y un concejal al volante, hasta el 21 de agosto, cuando vuelve la alcaldesa Rocío García Alcántara y se retome la normalidad, según fuentes municipales. En Torrejón de Ardoz está al mando el teniente de alcalde José Luis Navarro. Ellos mantienen a 13 concejales de guardia este lunes. Solo cinco están de vacaciones.

En Parla cuentan con un teniente de alcalde y tres concejales de guardia. “El resto están pendientes por si pasa algo y si ocurriera una emergencia se vuelven”, ha afirmado una portavoz del consistorio. El resto de municipios consultados coinciden en que los concejales, aunque estén de vacaciones, siguen pendientes de sus carteras y no desconectan de sus ayuntamientos.

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