Un guardia civil en prácticas detiene a un hombre por clavarle un taladro en la cabeza a su pareja delante de su hijo
La mujer, de 33 años, fue trasladada a un centro hospitalario de Madrid con pronóstico reservado
Un hombre fue detenido la madrugada del domingo al lunes en el distrito madrileño de Villaverde por intentar matar a su pareja, a la que le “había incrustado un taladro en la cabeza” en presencia de su hijo, de 14 años, según detalla una portavoz de la Guardia Civil. La mujer fue trasladada a un centro hospitalario con pronóstico reservado, mientras que el hombre ya ha pasado a disposición judicial, acusado de homicidio en grado de...
Un hombre fue detenido la madrugada del domingo al lunes en el distrito madrileño de Villaverde por intentar matar a su pareja, a la que le “había incrustado un taladro en la cabeza” en presencia de su hijo, de 14 años, según detalla una portavoz de la Guardia Civil. La mujer fue trasladada a un centro hospitalario con pronóstico reservado, mientras que el hombre ya ha pasado a disposición judicial, acusado de homicidio en grado de tentativa. Tanto el presunto agresor, que no tiene antecedentes por violencia de género, como la víctima son de origen peruano y tienen 36 y 33 años, respectivamente. El arresto lo hizo un agente del instituto armado que apenas llevaba una semana prácticas y que estaba fuera de servicio, David Esteban, de 27 años. De hecho, esta ha sido su primera detención.
Todo comenzó con un “socorro, socorro, auxilio, auxilio” a voz en grito. Entre las doce de la noche y la una de la madrugada del lunes, el agente, que vive en Villaverde pero que está destinado en Rivas Vaciamadrid, estaba “tomando algo debajo de casa” junto a su novia y su suegro en una terraza de la Plaza Mayor. “Ya estaban a punto de cerrar, habíamos pagado y nos íbamos a ir”, recuerda, cuando escuchó los alaridos y peticiones de socorro de una mujer, que provenían de dentro de una vivienda situada en el bajo izquierda del número 10. Se le encendieron todas las alarmas. “Al grito de socorro, no me lo pensé dos veces, me salió natural, instintivamente, de dentro, es lo que tenía que hacer, ir a ver qué pasaba y ayudar en lo que fuera. Al fin y al cabo, aunque esté en prácticas, soy guardia civil y legalmente estamos obligados a perseguir delitos estemos donde estemos y aunque no sea de nuestra circunscripción ni competencia”, relata Esteban.
“No sabía lo que me iba a encontrar”
El agente, desarmado y sin nada con lo que defenderse, pegó un salto de la silla y se acercó corriendo. La ventana estaba abierta, así que metió la mano y apartó la cortina porque “no podía ver nada” de lo que ocurría dentro. “No sabía lo que me iba a encontrar”, confiesa. “Y entonces vi la escena: todo literalmente lleno de sangre y la mujer entre gritos de dolor, tirada en el suelo de la habitación, con los codos apoyados encima de la cama y sujetando con las dos manos un taladro inalámbrico, que tenía incrustado en la parte izquierda de la cabeza, encima de la oreja”.
En ese momento, escuchó golpes en el portal, se asomó y vio un sospecho que se marchaba de la casa “gritando y dando portazos” con una mochila. “Ahí te quedas, no quiero saber nada de ti, yo me largo de aquí”, dijo. Y lo detuvo allí mismo. “Lo cogí, lo tiré contra la pared y trató de escapar, pero saqué la cartera, me identifiqué y se calmó un poco”, explica. “Procedí a registrarlo por si llevaba armas u objetos peligrosos y, mientras lo retenía, pedí a la gente que había que llamara a la policía”. A la llegada de una patrulla, les entregó al detenido. “Entré con un agente en el domicilio y ahí nos encontramos en el salón a un niño de 14 años, que estaba supernervioso”, prosigue.
Tras intentar calmarlo, fueron a la habitación a auxiliar a la víctima, que estaba consciente. “Lo tenía todo enredado, así que preferimos esperar al Samur no fuéramos a empeorar las cosas y causarle heridas más grandes al tratar de quitarle el taladro”, concluye. Los sanitarios “llegaron enseguida y se lo retiraron”. La mujer fue trasladada a un centro hospitalario, según la portavoz de la Guardia Civil, que apunta a que “la maraña de pelo evitó que la broca se le clavara más en la cabeza”. Una portavoz del Samur detalla que la víctima “tenía el taladro enredado en el pelo, pero no llegó a penetrar en el cráneo”. “La mujer sufría contusiones en la cabeza y fue trasladada con pronóstico reservado, sin preaviso, al hospital 12 de Octubre”. El hombre, nacido en 1987, “ya ha pasado a disposición judicial por un intento de homicidio. Tenía antecedentes por la Ley de Extranjería, pero no por violencia de género”, detalla una portavoz policial.
Para Esteban, la noche acabó a las dos y media de la madrugada, tras declarar en comisaría. Para formar parte de la Guardia Civil, los futuros agentes tienen que aprobar una oposición y pasar un periodo de un año formación en la academia de Baeza (Jaén) y, antes de licenciarse, un año más en una unidad de prácticas. David Esteban apenas llevaba una semana destinado en la unidad de Rivas, donde espera quedarse como destino cuando termine las prácticas. “Me incorporé el lunes pasado y esto fue el domingo por la noche, es mi primera detención”, cuenta el agente, que primero estuvo siete años en el Ejército. “Allí descubrí que este podía ser mi futuro laboral y mi verdadera vocación, así que reconduje mi carrera”, explica. Esteban, que se siente “abrumado por las felicitaciones” de sus compañeros y amigos, no vale para “detrás de una mesa”, sino que quiere “patrullar, estar en seguridad ciudadana, en la calle, ayudar a la gente, movimiento, adrenalina”.
Esta es la cuarta agresión machista en los últimos dos meses en la Comunidad de Madrid. En lo que va de verano negro, el 3 de julio fue asesinada una mujer en Alcalá de Henares en lo que se está investigando como otro caso de violencia machista. Tres días después, un hombre, de nacionalidad dominicana y de 37 años, fue detenido tras asestar varias puñaladas a su pareja, también dominicana de 35 años, en el distrito de Usera; y el 29 de junio, otra víctima de violencia machista murió en Móstoles acuchillada a manos de su expareja, de la que tenía una orden de alejamiento.
El teléfono 016 atiende a las víctimas de violencia machista, a sus familias y a su entorno las 24 horas del día, todos los días del año, en 52 idiomas diferentes. El número no queda registrado en la factura telefónica, pero hay que borrar la llamada del dispositivo. También se puede contactar a través del correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es y por WhatsApp en el número 600 000 016. Los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10. Si es una situación de emergencia, se puede llamar al 112 o a los teléfonos de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062). Y en caso de no poder llamar, se puede recurrir a la aplicación ALERTCOPS, desde la que se envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.
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