Madrid tendrá una playa urbana de olas en los alrededores del Metropolitano en la primavera de 2025
El Atlético de Madrid y la empresa vasca Wavegarden llegan a un acuerdo para construir un arenal urbano en los alrededores del estadio por un importe de entre 35 y 45 millones de euros
Tocará cambiar la letra en los karaokes capitalinos. “Podéis tener Retiro, Casa Campo y Ateneo. Podéis tener mil cines, mil teatros, mil museos. Podéis tener corrala, organillos y chulapas. Pero al llegar agosto, vaya, vaya…”. Vaya playa. El club Atlético de Madrid y la empresa vasca Wavegarden han alcanzado un acuerdo para construir en los alrededores del estadio Civitas Metropolitano —al este de la capital de España y a 10 kilómetros de la Puerta del Sol– una playa artificial de olas. La noticia, adelantada por ...
Tocará cambiar la letra en los karaokes capitalinos. “Podéis tener Retiro, Casa Campo y Ateneo. Podéis tener mil cines, mil teatros, mil museos. Podéis tener corrala, organillos y chulapas. Pero al llegar agosto, vaya, vaya…”. Vaya playa. El club Atlético de Madrid y la empresa vasca Wavegarden han alcanzado un acuerdo para construir en los alrededores del estadio Civitas Metropolitano —al este de la capital de España y a 10 kilómetros de la Puerta del Sol– una playa artificial de olas. La noticia, adelantada por El Correo y confirmada a EL PAÍS por fuentes del Atlético de Madrid y de la empresa vasca, se hará realidad, si todo va según lo previsto, en el primer trimestre de 2025. Fuentes de la empresa calculan entre 35 y 45 millones de euros la construcción de la playa artificial y el centro de surf.
Este parque de olas se enmarca dentro de la futura ciudad del deporte del Atlético de Madrid. Hace justo un año, el Ayuntamiento de la capital cedió al club rojiblanco tres de las cinco parcelas que rodean al estadio de fútbol durante 75 años. A cambio, el Atleti tendrá que financiar y construir una serie de instalaciones deportivas para uso público en las otras dos parcelas que no han sido cedidas al club.
“Es un proyecto ansiado por Enrique Cerezo y Miguel Ángel Gil”, dijo el alcalde, José Luis Martínez-Almeida —colchonero confeso—, durante la presentación de la ciudad del deporte en julio de 2022. Almeida explicó que la inversión alcanzaría los 200 millones de euros y se esperaba que estuviese terminado a finales de 2024. Esta futura ciudad del deporte se erigirá sobre los terrenos que iban a ser destinados al proyecto olímpico de la ciudad y que se encontraban prácticamente abandonados desde hace años. Entre las instalaciones previstas estaba el complejo olímpico para la natación, que estaba parcialmente construido. Sin embargo, ese complejo seguirá sin uso y no está contemplado en el proyecto de la ciudad del deporte.
Tal y como contó este periódico hace justo un año, el plan del Atlético de Madrid pasa por trasladar aquí las instalaciones que en este momento tiene en Majadahonda, en El Cerro del Espino, donde se entrenan los diferentes equipos y disputan sus partidos los filiales y el conjunto femenino. La nueva ciudad deportiva rojiblanca contará con un centro de alto rendimiento para concentrar la actividad de todos los equipos, con seis campos de fútbol, un gimnasio y una residencia para jugadores. También se levantará un “mini-estadio” con capacidad para 6.000 espectadores, que acogerá los partidos del equipo femenino y los filiales.
A las instalaciones, que serán propiedad del Atlético de Madrid, se les sumarán varios centros deportivos municipales que estarán a disposición de todos los madrileños. Primero, un polideportivo con pista de atletismo, dos campos de fútbol 11 y uno de fútbol 7. Después, otro centro que contará con cuatro canchas para baloncesto, balonmano, voleibol, fútbol sala y bádminton, además de cuatro pistas de pádel.
La playa y la zona de olas
La empresa encargada de la construcción de esta playa artificial y de olas es Wavegarden. Ubicada en el País Vasco, Wavegarden (jardín de olas en inglés) cuenta con siete instalaciones similares en diferentes países. “Este proyecto supone un gran hito para Wavegarden, ya que consolida una vez más nuestra visión de acercar el surf y su estilo de vida a aquellos lugares que no tienen mar”, ha explicado José María Odriozola, el CEO de la empresa, en una nota de prensa enviada a los medios de comunicación. La ingeniería de Wavegarden, según recoge su página web, puede llegar a producir hasta 1.000 tipos de olas en una hora.
Una tecnología que arrastra polémica
Un reportaje publicado en la sección de Deportes de EL PAÍS en agosto de 2022 explicaba que en España la única instalación abierta de estas características se encuentra en el Siam Park de Tenerife, con sesiones de una hora para grupos de hasta 10 personas a partir de 600 euros. El Ayuntamiento de Sabadell, en un pleno municipal del año pasado, también aprobó la construcción de la primera instalación abierta al público en territorio peninsular, aunque el proyecto todavía debe superar otros trámites y ya ha recibido la oposición frontal de grupos ciudadanos y formaciones políticas. Una sesión de una hora en el SurfCity de la ciudad catalana costaría entre 30 y 50 euros, según el promotor. Se desconoce todavía la cuantía de los precios en los alrededores del Metropolitano.
Aunque todas las iniciativas remarcan su uso responsable de los recursos hídricos y su vocación respetuosa con el medioambiente, lo cierto es que la construcción y explotación de estos equipamientos conlleva una tara climática inapelable, tal y como explicaba el periodista Guille Álvarez en su artículo. El gasto energético, los precios y la gestión del agua centran las principales críticas de los grupos ecologistas y movimientos vecinales, mientras que los promotores intentan defenderse apelando al uso de energía verde y la recirculación del agua a través de complejos sistemas de filtrado.
No será la primera playa de Madrid
Con todo, no será la primera playa artificial de Madrid. La primera se inauguró en 1932, aunque las obras se extendieron hasta 1935, y se ubicaba cerca del Hipódromo de la Zarzuela. Este complejo fue posible gracias a un embalse que recogía agua del río Manzanares. La Guerra Civil destrozó el complejo y, con el paso de los años, la playa artificial fue desapareciendo. Tal y como explicó Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid en un hilo de Twitter, a la avenida Cardenal Herrera Oria se la conoció popularmente como carretera de la Playa, porque era una de las vías de comunicación más rápidas con la playa de Madrid.
La capital de España y su falta de mar han sido objeto de muchas canciones. Hasta el mismísimo Antonio Vega, durante una entrevista con EL PAÍS en 1998, habló de esta mítica playa:
―Su tercer disco, Anatomía de una ola, suena casi más a mar que a Madrid.
―Sin darme cuenta me ha salido un disco muy acuático, será por estar grabado en Mallorca. Si las numerosas referencias al mar —en las que caí en la cuenta luego— no suenan muy repetitivas, es un homenaje a algo que todos llevamos como recuerdo genético; sobre todo los que vivimos en ciudades como Madrid, que tanto añoramos el mar y hasta llamamos carretera de la Playa a una calle como Herrera Oria.
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