Los ‘cachorros’ de Almeida y Ayuso o cómo trabaja un clan político pagado con 200.000 euros públicos
Un grupo de asesores del Ayuntamiento de Madrid, junto al presidente de Nuevas Generaciones de la región y algunos estudiantes, trataron de interferir en las elecciones al rectorado de la Complutense
23.14 del pasado martes. El equipo de comunicación de José Luis Martínez-Almeida lanza una nota de prensa en el grupo de WhatsApp de los periodistas que cubren el Ayuntamiento de Madrid. No es habitual este tipo de mensajes a altas horas de la noche. Esta vez había que comunicar que el alcalde inauguraba una placa en el mítico bar Rowland, donde los Hombres G iniciaron su carrera musical. El asesor municipal que envía este mensaje al chat es Álvaro Hernández Crespo, un joven de 29 años que trabaja para el PP desde 2015, primero como asesor del grupo popular, y ahora del alcalde de Madrid en un...
23.14 del pasado martes. El equipo de comunicación de José Luis Martínez-Almeida lanza una nota de prensa en el grupo de WhatsApp de los periodistas que cubren el Ayuntamiento de Madrid. No es habitual este tipo de mensajes a altas horas de la noche. Esta vez había que comunicar que el alcalde inauguraba una placa en el mítico bar Rowland, donde los Hombres G iniciaron su carrera musical. El asesor municipal que envía este mensaje al chat es Álvaro Hernández Crespo, un joven de 29 años que trabaja para el PP desde 2015, primero como asesor del grupo popular, y ahora del alcalde de Madrid en un despacho amplio de la tercera planta del palacio de Cibeles decorado con banderas de España y pósteres de campañas publicitarias. Cobra 50.000 euros brutos al año de salario público. 13 minutos después de emitir esta primera nota de prensa con los Hombres G, Crespo envía también los audios y las imágenes del acto. En estos 13 minutos hay dos mundos: el del Ayuntamiento y el del PP, a quien debe su actual puesto de trabajo.
Si el primer mensaje municipal es a las 23.14, a las 23.22 se infiltró con ese mismo teléfono en cuatro grupos de WhatsApp de estudiantes de la Universidad Complutense. Lanzó bulos —como que la Facultad de Ciencias Políticas cerraba el día de la votación y que tuvo que desmentir el propio centro horas después— para tratar de interferir en las elecciones al rectorado de la universidad, donde los populares madrileños habían puesto todo su arsenal con tal de evitar la victoria de Esther del Campo, la decana de Ciencias Políticas. Del Campo, que fue profesora del exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, se enfrentaba a Joaquín Goyache, el rector actual y tras las elecciones del miércoles de nuevo ganador de los comicios.
Para entender la misión de este asesor municipal del PP, solo basta escuchar un audio de WhatsApp que ha rodado como la pólvora estos días entre estudiantes y profesores. Es de la jefa de gabinete del rector Goyache, y muy afín al PP: “Hay que ir a por todas por favor. Necesito que muevas todo lo que puedas, ¿vale?, y yo me estoy moviendo muchísimo, muchísimo. La Comunidad de Madrid está indignada”. El destinatario es un tal “Juanjo”, pero en realidad ha resultado ser media Complutense. El audio ha pasado ya a la categoría de “reenviado muchas veces”.
Distintos asesores del Ayuntamiento, concejales, altos cargos, jefes de prensa, miembros de Nuevas Generaciones y miembros del PP en la Comunidad consultados mantienen una tesis: el asesor del alcalde se adentró por su cuenta y riesgo en la misión juvenil de favorecer la victoria de Goyache con tal de progresar en el partido. Los populares temían una derrota. Él quería demostrar su valía con tal de ascender más internamente en cargos de la Administración, más aún, tras la última reprimenda que tuvo con Almeida hace meses. El alcalde ordenó bajarle el sueldo por desavenencias en el trabajo diario. Crespo llevó las redes sociales de Almeida durante la oposición a Manuela Carmena. “Él ha hecho esto de la Complutense porque quiere ser asesor en la Comunidad con Ayuso”, apunta un ex alto cargo del partido. “¿Alvarito? Alvarito es una máquina con las redes y la tecnología”, cuenta por teléfono una voz con mucho peso en el PP madrileño.
Crespo, incluso, la tarde del martes pasado, en la que Almeida estaba en el bar junto a los Hombres G, decide crear también un grupo de WhatsApp bajo el nombre “AYUDA UCM”. UCM es Universidad Complutense de Madrid. En este grupo añade a cuatro asesores del Ayuntamiento. Todos de Nuevas Generaciones del PP. Juntos suman un salario público de más de 200.000 euros. “¡¡Hola a todos compis y amigos!!”, les escribe Crespo. “No sé si os habrán contado a todos vuestros jefes, pero necesitamos mañana [por el miércoles] una ayuda de partido, que a los más jóvenes que trabajamos en admin [por Administración] nos piden Serrano y la presidenta, para que nos acerquemos mañana a la UCM para el tema de las elecciones a rector. En un rato os cuento a ver cómo cuadramos todo. Mil gracias”.
Serrano es Alfonso Serrano, el secretario general del Partido Popular de Madrid. La presidenta es la propia Ayuso. Al publicar el mensaje, varios asesores de Almeida lanzaron el emoticono del pulgar hacia arriba. Todos quedan a las 10.30 del miércoles en la estación de metro de Ciudad Universitaria. A esa hora deberían estar trabajando en el Ayuntamiento.
No es la primera vez. “Un día llamamos a uno de estos para un evento del alcalde y resulta que estaba en un acto de Nuevas Generaciones en Santander”, cuenta un alto cargo del Ayuntamiento. Distintas fuentes del palacio de Cibeles reconocen que no entendieron muy bien los motivos por los que los asesores se ausentaron de su trabajo para ir a esta misión en la Complutense. La realidad es que el asesor Crespo le había pedido permiso al jefe de gabinete del propio Almeida la tarde del martes, que lo autoriza.
El miércoles, una vez que están todos en la Complutense, varios son identificados por agentes de la Policía Nacional. En este grupo también se encuentra el nuevo presidente de Nuevas Generaciones del PP de Madrid, Ignacio Dancausa, que fue elegido en noviembre de 2022 e hizo un discurso que gustó mucho a la presidenta Ayuso: “Hay que dar todas las batallas y ocupar todos los espacios”. Dancausa es estudiante de la Complutense. Junto al asesor Crespo―que no es estudiante― y distintos alumnos de la asociación universitaria y afín al PP, Libertad Sin Ira, trazaron el plan de aumentar como fuera los votos del candidato Goyache. “Nuestro objetivo era la movilización de los estudiantes”, cuenta uno de ellos.
“Todos estaban haciendo propaganda electoral”, según aseguran fuentes policiales tras la identificación. La ley electoral indica que no puede difundirse ni realizarse acto alguno de campaña una vez que esta haya finalizado, como era el caso. Almeida telefoneó a Crespo esa misma tarde. Le pidió explicaciones por lo sucedido. El PP regional pidió a Crespo guardar silencio ante la prensa. Ayuso defendió a todos en un acto público el jueves: “Es tan amplio el censo que si me dicen que unos chavales de 21 años han tenido algo que ver con el resultado, y el triunfo del actual rector, es que son unos figuras, desde luego. Lo que se ha demostrado es que ya, según pasaba la tarde y los resultados no eran favorables a la ultraizquierda y a Podemos, era de manual que empezara a ponerse en tela de juicio [el resultado]”.
Almeida guardó silencio durante 24 horas. El viernes, dijo: “Mi enhorabuena al rector. Me alegro de que Podemos no se haya hecho con la Complutense. Respecto de las actividades ajenas al Ayuntamiento, no tengo opinión”. Crespo forma parte de una cultura intrínseca del partido. “Son serviles”, resume otra voz del PP en el Consistorio.
Los asesores municipales de Nuevas Generaciones son como una familia. Se conocen todos. Con la llegada de Almeida a la alcaldía, los concejales del PP incorporan a varios de ellos, que descubren en sus agrupaciones de barrio. El propio alcalde creó hasta un puesto de trabajo que no existía —director general de Alcaldía– para su principal asesor, Ángel Carromero. Carromero, ya dentro, ejerció como un Rasputín en el partido y premió a otros dos amigos suyos de Nuevas Generaciones con sendos puestos de asesores en el palacio de Cibeles. Carromero dimitió en febrero de 2021 tras el escándalo del intento de espionaje a la presidenta Ayuso.
Si PP y Ciudadanos acordaron no ocupar todas las plazas de asesores en un acuerdo verbal hace cuatro años, la realidad es que tras las elecciones adelantadas de Ayuso de 2021 se han multiplicado. Hasta la actual presidenta de Nuevas Generaciones del PP nacional, Beatriz Fanjul, ha incorporado a dos fieles suyos en el Ayuntamiento.
El número de eventuales era de 157 hasta hace unos meses, con un coste de 9,6 millones de euros, un 8% más que en la etapa de Manuela Carmena. A estos hay que sumar otros dos asesores que se incorporaron al equipo de Almeida el mes pasado por 140.000 euros al año. Uno de ellos, eso sí, había sido nombrado hace 100 días vicesecretario general de Nuevas Generaciones en Madrid.
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