Cuatro abandonos de perros con final feliz y un quinto, sacrificado

Los cinco casos se produjeron en Fuente el Saz de Jarama, Villamantilla, Rivas Vaciamadrid y el Vellón

Madrid -

La Guardia Civil del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) investiga a cinco personas por abandono de cinco perros en las localidades madrileñas de Fuente el Saz de Jarama, Villamantilla, Rivas Vaciamadrid y el Vellón. Uno de los animales tuvo que ser sacrificado de lo mal que estaba, dos de ellos, Cracker y Tostada, han sido adoptados y, de los otros dos, uno está en una perrera municipal y otro, con una protectora.

El primer caso se produjo en diciembre de...

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La Guardia Civil del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) investiga a cinco personas por abandono de cinco perros en las localidades madrileñas de Fuente el Saz de Jarama, Villamantilla, Rivas Vaciamadrid y el Vellón. Uno de los animales tuvo que ser sacrificado de lo mal que estaba, dos de ellos, Cracker y Tostada, han sido adoptados y, de los otros dos, uno está en una perrera municipal y otro, con una protectora.

El primer caso se produjo en diciembre del pasado año, cuando la Policía Local de Fuente el Saz del Jarama, a 45 kilómetros de la capital, informó a la Guardia Civil de que dos individuos habían abandonado a dos perros sin identificación en la chatarrería local. El Seprona de Madrid se hizo cargo de esclarecer los hechos, lo que llevó a la investigación a dos personas por delito de abandono.

Los dos perros fueron llevados a la Asociación Nacional Para la Defensa de los Animales (ANAA). La asociación cuenta que ambos fueron adoptados poco después de llegar, hace más de un mes. “Cracker está con una familia en Madrid, y la hembra, Tostada, en Alemania, en una de nuestras adopciones internacionales”, explica una portavoz. Y “como no tenían microchip y al no ser los propietarios legales, la asociación pudo ayudarlos desde el minuto uno”, aclara. Han pasado varios meses desde este caso, pero la portavoz recuerda que ambos tenían un buen carácter, no llegaron asustados a la asociación y estaban en buenas condiciones de salud. “Gracias a intervenciones así y las denuncias ciudadanas hemos tenido un final feliz”, comenta, aliviada.

A comienzos de año, un ciudadano vio como una persona en una furgoneta abandonaba a su perro en la M-530, la de Villamantilla. El animal era mestizo y no tenía microchip para poder identificar al dueño. Como la nueva Ley de Bienestar Animal aún no ha entrado en vigor y los delitos se cometieron antes de su aprobación, se le aplicarán las sanciones correspondientes a la antigua normativa, indica una portavoz de la Guardia Civil por teléfono. “En el caso del microchip, será una sanción meramente económica”, añade.

En condiciones higiénico-sanitarias “pésimas”

Se logró dar con el dueño del vehículo, un ciudadano español residente en Madrid, al que se investiga por dos delitos: abandono de animales y el otro relativo a la seguridad vial, ya que el animal, abandonado y desorientado, vagó por la M-530 durante unos kilómetros, lo que implicó no solamente un peligro para él, sino para los demás usuarios de la vía.

Según sostiene el Seprona en una nota de prensa, el perro está en custodia del Ayuntamiento de Villamantilla. Sin embargo, en el consistorio aseguran no tener constancia de ello. Este diario se ha puesto en contacto con el Seprona de Villamanta, que tampoco ha podido informar del estado del perro.

Otro caso ocurrió el pasado mes, cuando se detectó a un American Bully vagando “sin control” por la zona de Rivas Vaciamadrid en condiciones higiénico-sanitarias “pésimas”. Con los datos obtenidos se inició una búsqueda del propietario del animal, que ha abandonado el país. Este perro sí llevaba microchip y se pudo localizar al titular, que acreditó el traspaso del animal a una tercera persona que “no había realizado la trasferencia”. Al dueño del animal se lo investiga por un delito de abandono y maltrato animal, además de haber cometido varias infracciones por no realizar los cambios de titularidad. El American Bully quedó a cargo del Ayuntamiento, cuyo servicios veterinarios intentaron todo por salvarlo. Sin embargo, tuvo que ser sacrificado por su deplorable estado de salud, confirma la portavoz de la Guardia Civil.

El último abandono ocurrió el 10 de marzo. La Patrulla de Protección de la Naturaleza (Paprona) de Daganzo, en el noreste de la Comunidad de Madrid, tuvo conocimiento de un abandono en la localidad del Vellón, a unos 55 kilómetros al norte de la capital. Las autoridades encontraron al perro con diversas heridas y en estado de shock hipovolémico: debido a la pérdida grave de sangre el corazón del animal era incapaz de bombear suficiente sangre al cuerpo.

El perro fue llevado a la residencia canina Jasmi, en el Molar, a 15 minutos en coche de donde lo encontraron. La patrulla del Seprona ha conseguido localizar al propietario, que está siendo investigado como presunto autor de un delito de abandono de animales. “Estas investigaciones son relativamente sencillas porque hay mucha colaboración entre diferentes organismos como puede ser la Policía Local o los propios ciudadanos”, explica la portavoz de la Guardia Civil.

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