El adolescente que fingió ser médico en Madrid ya había usurpado otras profesiones antes

El menor, de 17 años, tenía acceso a los pacientes por el trabajo de su madre en una residencia de mayores en la sierra de Madrid y es un viejo conocido de la policía por protagonizar hechos similares

Unos agentes de la Policía Nacional, el pasado octubre.Europa Press

Un niño angelical con una bata de auxiliar de enfermería fucsia mira a la cámara. Sería una imagen más de una madre orgullosa en una red social, si no fuera porque ese niño, que ahora tiene 17 años, fue detenido en septiembre por fingir ser médico de la residencia de mayores que dirige la progenitora en la sierra de Madrid. Aunque los hechos se remontan al verano, fue el miércoles cuando la policía hizo público el caso, que acabó con el enésimo...

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Un niño angelical con una bata de auxiliar de enfermería fucsia mira a la cámara. Sería una imagen más de una madre orgullosa en una red social, si no fuera porque ese niño, que ahora tiene 17 años, fue detenido en septiembre por fingir ser médico de la residencia de mayores que dirige la progenitora en la sierra de Madrid. Aunque los hechos se remontan al verano, fue el miércoles cuando la policía hizo público el caso, que acabó con el enésimo arresto del chico por hechos similares, según apuntan fuentes cercanas al caso. “¿Qué quiero ser hoy?”. Ese es el juego que se plantea a menudo este menor detenido en Móstoles. Esta vez ha sido sanitario, pero en el pasado fue policía, fiscal, director de instituto o de una residencia de mayores, según estas mismas fuentes.

En su pasado como intrusista profesional había fingido ser otras personas por teléfono. Llamaba haciéndose pasar por la identidad que hubiese elegido en esa ocasión. Esta vez dio un paso más y lo hizo en un escenario real y con un disfraz. Una tarde de agosto, la residencia que dirige su madre y en la que él también está empleado recibió un aviso psiquiátrico de Móstoles. En ese momento, él vio la oportunidad de transformarse, una vez más, en otra persona.

Se puso la bata y se ofreció al conductor de la ambulancia. Llevaba también más elementos de atrezzo, como el fonendoscopio, de hecho llegó a auscultar a la paciente. El error fue que en el piso había dos agentes de la Policía Nacional de Móstoles, que observaron una actitud extraña y en las semanas sucesivas no se olvidaron de ese joven médico que en algunos momentos parecía muy seguro de sí mismo y, en otros, dudaba con las cosas más simples.

Cuando estaban en el domicilio, llegó otro aviso de emergencias, y el menor, sin dudarlo, montó de nuevo en la ambulancia y acompañó al conductor al nuevo destino. Allí, recomendó su ingreso en un centro hospitalario. “Tiene mucha labia”, afirman fuentes policiales. En lo que coinciden las fuentes consultadas es que la motivación de este chico para transformarse en otras personas es el reto de hacer creer a la gente que es quien dice ser. Es un viejo conocido de los que tratan habitualmente con menores en el ámbito policial y jurídico.

Una portavoz del Summa explicó el miércoles, cuando la policía hizo pública la detención, que no tenían conocimiento de que ninguno de sus sanitarios hubiera coincidido con él y que era muy complicado que hubiese podido interceptar los avisos de emergencias porque las comunicaciones están encriptadas. Las dos residencias de este grupo empresarial, en dos pueblos cercanos, cuentan con un servicio de ambulancias privado con el que llevan a cabo los traslados de sus pacientes.

En su investigación, los policías comprobaron que ese joven médico era en realidad un menor que había tratado de usurpar la identidad de un sanitario, algo que quedaba claro en sus redes sociales. Una vez finalizadas las pesquisas, a finales de septiembre se procedió a su detención, por un presunto delito de intrusismo profesional. La autoridad judicial decretó su puesta en libertad a la espera de juicio.

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