Reinaugura que algo queda
Dudo que haya algo que los políticos disfruten más, si acaso, acariciar en campaña esas vacas-talismán
Da hasta ternura verlos tan felices, incapaces de disimular la emoción cuando cortan una cinta y pronuncian las palabras mágicas: “Hoy inauguramos…”. Dudo que haya algo que los políticos disfruten más, si acaso, acariciar en campaña esas vacas-talismán para tener suerte en la jornada electoral.
Fue hace mucho, en 2013, pero la recordarán porque es una imagen imborrable, patrimonio nacional: 14 políticos —hay manifestaciones más pequeñas casi todos los días en Sol— se apiñaron en una rotonda de la localidad granadina de Alhendín para inaugurarla. Solidarios, se repartieron no solo el diá...
Da hasta ternura verlos tan felices, incapaces de disimular la emoción cuando cortan una cinta y pronuncian las palabras mágicas: “Hoy inauguramos…”. Dudo que haya algo que los políticos disfruten más, si acaso, acariciar en campaña esas vacas-talismán para tener suerte en la jornada electoral.
Fue hace mucho, en 2013, pero la recordarán porque es una imagen imborrable, patrimonio nacional: 14 políticos —hay manifestaciones más pequeñas casi todos los días en Sol— se apiñaron en una rotonda de la localidad granadina de Alhendín para inaugurarla. Solidarios, se repartieron no solo el diámetro, sino las frases para la historia: “Hace unos meses veníamos a poner la primera piedra”; “la espera ha merecido la pena porque la rotonda ha quedado espléndida”; “mientras la Junta de Andalucía nos asfixia, la Diputación es la única Administración que sigue apostando por los municipios y por Alhendín, y como muestra, un botón: esta rotonda”. En los discursos, se agradeció hasta la “sensibilidad” de los técnicos.
Los protagonistas debieron llevarse una sorpresa espléndida con el cachondeo que generó la noticia, pero los imagino hoy, y cada día desde entonces, señalando a otros con el dedo de las injusticias: ¿y a este qué? ¿No le dicen nada?
Además de rotondas, hemos visto inaugurar solemnemente los aseos de un cementerio municipal, contenedores, cajeros, pistas de pádel o hermosos pilones de carretera. En Madrid, se ha hecho lo propio con dispensadores de gel hidroalcohólico, los colores de la bandera de España en el rombo de la parada de Metro o la terraza de un bar. Y las autoridades competentes están popularizando ahora una nueva modalidad: las reinauguraciones.
Esta semana, la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, reinauguró un aparcamiento disuasorio en Ciudad Universitaria abierto en 2009, cuando gobernaba la Comunidad Esperanza Aguirre. La excusa, que ahora será gratuito para los usuarios del abono transporte, es decir, los que ya utilizan el transporte público. También vimos cómo se daba una vuelta vestida de piloto de carreras por el Circuito del Jarama para celebrar que a partir de ahora se llamará Circuito de Madrid-Jarama-RACE. Puede faltar contenido, novedad, pero hay fotos, imágenes simpáticas.
Telemadrid incluyó el asunto en la portada de su informativo y le dedicó dos vídeos, uno de los cuales empezaba así: “Rojo y con su nombre en el cinturón. Isabel Díaz Ayuso se enfunda el mono de piloto, se pone al volante y... pisa el acelerador”. Ya es raro que la cadena de televisión pública, que lanza encuestas para estar más cerca de sus espectadores —”¿cree que la bajada de impuestos que se ha aprobado en Madrid debería aplicarse en otras comunidades?”—, haya registrado el peor dato de audiencia desde marzo de 2019 y caiga en picado desde la llegada a la dirección de José Antonio Sánchez, quien se jactó públicamente de ser votante del PP.
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