El exconcejal del PP Javier Rodrigo de Santos, condenado a prisión por abusos a un preso al que debía tutelar
El activista ultracatólico acumula otras dos penas: una por el mismo delito contra un menor y otra por haber gastado 50.000 euros de dinero público en prostitución
El exconcejal del PP Javier Rodrigo de Santos ha sido condenado a dos años de prisión por la Audiencia Provincial de Madrid por abusos sexuales a un preso al que debía tutelar como coordinador de la ONG Horizontes Abiertos. El tribunal ha descartado el testimonio de otro recluso porque no ha quedado suficientemente probado. El expolítico tenía antecedentes penales por haber abusado de un menor y por gastar 50.000 euros de dinero público en prostitución cuando era edil en Mallorca. Rodrigo de Santos es un ...
El exconcejal del PP Javier Rodrigo de Santos ha sido condenado a dos años de prisión por la Audiencia Provincial de Madrid por abusos sexuales a un preso al que debía tutelar como coordinador de la ONG Horizontes Abiertos. El tribunal ha descartado el testimonio de otro recluso porque no ha quedado suficientemente probado. El expolítico tenía antecedentes penales por haber abusado de un menor y por gastar 50.000 euros de dinero público en prostitución cuando era edil en Mallorca. Rodrigo de Santos es un activista ultracatólico, padre de cinco hijos y contrario al matrimonio homosexual.
Los abusos fueron denuciados en 2017. Mohammed Y. y José M. S. relataron a la policía que, cuando disfrutaban de estos permisos, Rodrigo de Santos les obligaba a mantener relaciones sexuales bajo la amenaza de emitir informes negativos sobre su puesta en libertad si no lo hacían. Según la sentencia, ha quedado acreditado que el expolítico llevó una noche a su casa de Alcobendas a Mohammed, le dio wishkey y le realizó tocamientos en el pene.
Este recluso aportó a la causa los mensajes de Whatsapp en los que Rodrigo de Santos le hacía todo tipo de proposiciones. El condenado reconoce las conversaciones y que el recluso estuvo en su casa, pero lo sitúa todo en un contexto de mutua “provocación e insinuación”. Para los jueces, el intercambio “execede lo que podría entenderse como un juego”, porque Rodrigo de Santos le dice hasta en 13 ocasiones “te quiero” y le invita cuatro veces a su cama.
Ambos presos formaban parte del programa Javier-Vida en libertad, al que los condenados sin arraigo social en España se pueden acoger para tener un sitio en el que pernoctar durante sus permisos o sus primeros días de puesta en libertad. Rodrigo de Santos trabajaba como voluntario en esta ONG desde 2014. Sus funciones en la organización eran las de “prestar asesoría jurídica”. Dos años después, fue contratado y nombrado coordinador del programa, con lo que era el encargado de gestionar las cuatro casas en las que dormían los reclusos. En ese momento, la presidenta de la ONG era Dolores Navarro, quien actualmente es directora general de Integración de la Consejería de Familia, Juventud y Política Social y presidenta del PP en Arganzuela.
El exconcejal tenía turnos de mañana o tarde, pero en ocasiones, cambiaba sus horarios para cubrir el nocturno. Esto es lo que sucedió en las noches en las que los dos denunciantes debían acudir a las casas de acogida.
La tercera condena
La caída a los abismos de este expolítico estrella comenzó en 2008, cuando se destapó su uso del dinero público para gastos en prostitución masculina. Llegó a ser coordinador de la campaña electoral de Jaume Matas en 2003 y cargo de confianza de la exministra Ana Pastor. Desde 2008 ha perdido tres batallas en los tribunales ante la contundencia de las pruebas. En 2010, Rodrigo de Santos fue condenado a 13 años de prisión por la Audiencia Provincial de Palma por abusar de menores a los que también tutelaba en un grupo catequista de su parroquia. El Supremo rebajó después a cinco años la pena al considerar que no quedaba claro si el menor de 14 años con el que mantuvo relaciones había dado o no su consentimiento. La Audiencia Provincial de Madrid ha tenido en cuenta en este caso la agravante de reincidencia y la situación de especial vulnerabilidad de las víctimas. Por la malversación de fondos cuando era edil, también fue condenado a dos años de cárcel.
Tanto en aquel proceso como en el de los presos de Horizontes Abiertos, el expolítico ha sostenido siempre que las víctimas mienten. Para el tribunal de Madrid, el testimonio de Mohammed es creíble “objetiva y subjetivamente”. La sala condena además a Rodrigo de Santos a pagar a la víctima 3.000 euros.
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