Las zapatillas ‘keli finder’ de Zapatero regresan al Palacio de Cibeles
PP, Ciudadanos y Vox votan a favor de no aplicar la nueva ley de vivienda estatal en el Ayuntamiento
A Vox no le gusta la palabra running ni la palabra runners. El concejal Fernando Martínez Vidal activó su micrófono en el Pleno de Cibeles a las diez de la mañana. Socarrón, tendió la mano a la edil de Ciudadanos, Sofía Miranda:
― Usted hace las cosas bien cuando se levanta con la pierna derecha.
Los once ediles de Begoña Villacís hicieron alguna mueca. Otros se rieron. La mayoría miró hacia otro lado. El PP ya ni entra al trapo de las pullitas a su socio de Gobierno. Vox, ajeno, contento, feliz con las encuestas que les da la prensa, continuó defendiendo a España f...
A Vox no le gusta la palabra running ni la palabra runners. El concejal Fernando Martínez Vidal activó su micrófono en el Pleno de Cibeles a las diez de la mañana. Socarrón, tendió la mano a la edil de Ciudadanos, Sofía Miranda:
― Usted hace las cosas bien cuando se levanta con la pierna derecha.
Los once ediles de Begoña Villacís hicieron alguna mueca. Otros se rieron. La mayoría miró hacia otro lado. El PP ya ni entra al trapo de las pullitas a su socio de Gobierno. Vox, ajeno, contento, feliz con las encuestas que les da la prensa, continuó defendiendo a España frente a las palabras extrañas. Sin tapujos, clavó su pica en Flandes: “Estamos haciendo daño a nuestro idioma. Son carreras; aquí se corren maratones. ¡Son corredores!”. El pleno contaba este martes con 52 puntos en el orden del día. La edil de Ciudadanos propuso al resto de partidos aprobar la declaración de la Maratón Popular de Madrid, la Carrera Medio Maratón Villa de Madrid y la Carrera San Silvestre Vallecana como actividades deportivas de “especial significación ciudadana” e “interés general para la ciudad de Madrid”. Hubo acuerdo unánime entre los 57 concejales, pese a las diferencias del idioma.
Otro punto a destacar en el orden del día fue el número cuatro: “Propuesta de la Junta de Gobierno para acordar la adhesión del Ayuntamiento de Madrid a la Fundación Consejo España-Australia”. Todos los partidos volvieron a votar a favor. La clave para el consenso en la capital de España es el inglés. Quizá por eso no haya acuerdo con la crisis de las terrazas ―más de 3.000 autorizadas en suelo público desde el inicio de la pandemia, cuyo plazo concluye el 31 de diciembre y donde la ordenanza sobre qué se será de ellas todavía está en ciernes―; con la crisis de los atascos ―el edil de Movilidad, Borja Carabante, pidió disculpas en el pleno por la infernal jornada circulatoria de este martes―; o con las cocinas fantasma ―casi un centenar de vecinos se ha manifestado esta mañana a las puertas del Palacio de Cibeles para que PP y Ciudadanos atajen sus quejas―. “Ahora mismo hay 10 cocinas industriales pared con pared en el patio del colegio Miguel de Unamuno”, dijo la presidenta de la Asociación de vecinos Paseo Verde Imperial, Maite Gómez.
Dos horas después, ya en el pleno, el Gobierno de José Luis Martínez-Almeida contestaba a los vecinos. “¿Tan difícil es de entender?”, dijo el edil de Desarrollo Urbano, Mariano Fuentes. “¿Qué oposición están ustedes haciendo? Esta proposición que traen [desde la izquierda] dinamita la seguridad jurídica de la ciudad. Nosotros queremos garantizar el derecho de los vecinos. Reitero aquí mi compromiso de estudiar estos casos”. Ha sido una jornada de muchas propuestas y de graves errores. El PSOE, por ejemplo, se ausentó en una votación clave. Habría salido adelante junto a la bancada de la izquierda gracias a la abstención de Vox. Más Madrid proponía rehabilitar para la ciudad la antigua central lechera de Clesa con una gestión más pública. La propuesta no salió porque dos concejales socialistas se encontraban fuera del pleno en el momento de la votación. “Ha sido un error tremendo”, contó después uno de los ediles.
Después, ya sí, comenzó el gran debate de la jornada: la vivienda en Madrid. Casualidad o no, el mismo día que el Consejo de Ministros aprobaba en La Moncloa la primera ley de vivienda de España, los 57 concejales del Ayuntamiento de la capital debatían sobre uno de los temas que más preocupa a la ciudadanía madrileña. El primero en tomar la palabra fue el edil del Grupo Mixto, José Manuel Calvo, que fue concejal de Urbanismo con Manuela Carmena:
― Este tema se resuelve con la liberalización del suelo público.
Una frase conservadora lanzada por un miembro de la bancada de la izquierda. Sus antiguos compañeros de Más Madrid levantaron la cabeza de inmediato. El PP no daba crédito. En Ciudadanos aplaudieron, estaban atónitos ante semejante intervención. El edil del Grupo Mixto siguió:
― Esto es una frase de Iván Espinosa de Los Monteros, señores de Ciudadanos.
Algunos ediles de Ciudadanos dejaron de aplaudir. “La vivienda es un problema de primer orden. ¡El señor Almeida no ha cumplido ninguno de los acuerdos que firmamos este año!”. Para contestar a la oposición salió al estrado el edil popular de Vivienda, Álvaro López, íntimo amigo del alcalde. “Nosotros no estamos de acuerdo con esta ley de vivienda estatal. ¡Esto va a traer menos viviendas de alquiler a Madrid!”. López defendió su política municipal de vivienda atacando las políticas socialistas de vivienda de hace 13 años. “Si usted pregunta a un joven por la política de vivienda socialista, al joven solamente se le ocurrirá una cosa: las keli fainder, esas zapatillas famosas, 10.000 zapatillas famosas que compró la ministra [María Antonia] Trujillo y que repartió entre los jóvenes para que se patearan la calle para encontrar un piso”. La bancada popular aplaudió a rabiar. Un concejal corrigió la pronunciación de ese acento inglés en voz alta: “Keli finder”, gritó. González, sorprendido, se acercó de nuevo al micrófono y dijo: “Keli Finder o Fainder, da igual […] Vamos a seguir con nuestras políticas ¡Nosotros esta ley la vamos a parar!”.
Había tal rifirrafe entre los partidos, que el sosiego lo trajo el edil de Más Madrid Paco Pérez: “Como dijo el filósofo Kierkegaard: ‘La demagogia es como el salchichón. Cortas una raja y tienes que comértelo entero’”. Entre risas de la mayoría de los concejales, dijo que esta nueva ley de vivienda estatal es muy tímida. Más tarde, el concejal de Vox, Pedro Fernández, añadía su visión sobre este asunto: “Ya está aquí la de vivienda porque sí”. Dijo que era una normativa chavista y que, en definitiva, Almeida no debería aplicar esta norma estatal ―no es de obligado cumplimiento― en el Ayuntamiento.
Almeida, a media tarde, desglosó su punto de vista sobre este asunto: “Vamos a hacer todo para bajar el precio de la vivienda y facilitar el acceso” y “nada” para regularla en la línea de las políticas del Gobierno central. Así fue. Ciudadanos, PP y Vox votaron no aplicarán esta normativa en la ciudad. Y dio por concluido el gran debate sobre la vivienda en Madrid, donde, por ejemplo, alquilar una vivienda sale un 82% más caro que en la media del resto de ciudades del país, según un informe publicado el 2 de agosto por el Banco de España.
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