Zurriburri en Cibeles de 11 horas
El pleno del Ayuntamiento se alarga más de nueve horas con una mayoría de propuestas nacionales y locales
Hay plenos que organizan fiestas. Hay otros que duran 11 horas. Y luego está el pleno del Palacio de Cibeles de este martes, donde se juntaron las dos cosas. A las 9.20, los 57 concejales del Ayuntamiento de Madrid aprobaron el calendario festivo del año que viene. Para organizar estos días, los seis partidos e...
Hay plenos que organizan fiestas. Hay otros que duran 11 horas. Y luego está el pleno del Palacio de Cibeles de este martes, donde se juntaron las dos cosas. A las 9.20, los 57 concejales del Ayuntamiento de Madrid aprobaron el calendario festivo del año que viene. Para organizar estos días, los seis partidos estuvieron de acuerdo. Lo primero es lo primero y, en esto, el Palacio de Cibeles ha sido un auténtico ejemplo. Así pues, el lunes 16 de mayo y el miércoles 9 de noviembre de 2022 serán festivos para los madrileños. Tras las nuevas fechas rojas en el calendario, comenzaron a debatirse, de nuevo, los principales problemas locales:
― ¡No reconocemos a este Grupo Comunixto!
Vox comenzó fuerte. El portavoz Javier Ortega Smith votó en contra del reparto de los nuevos vocales, los vecinos que representan a cada partido en las juntas de distrito de los barrios. Por partes. Hace un mes que el pleno aprobó la marcha de cuatro de los 19 concejales de Más Madrid al Grupo Mixto. Discrepancias. Roces. Una situación interna insostenible. La izquierda se volvió a dividir una vez más en la capital. Nació Recupera Madrid que, como es una formación nueva y se ha creado a mitad de la legislatura, ahora le corresponden dos vocales por cada uno de los 21 distritos de la capital. Esto fue lo primero que se votó en el pleno. ¿Y quién pierde entonces estos vocales? Sus antiguos compañeros de Más Madrid, claro. Para colmo, los ediles de Recupera Madrid (Grupo Mixto) se sientan ahora justo detrás de Más Madrid. Vamos, que si se ponen, pueden organizar juntos una jornada festiva en uno de los nuevos días festivos del calendario.
Tras la aprobación de los 42 nuevos vocales del Grupo Mixto, se debatió una propuesta para la calle de Bravo Murillo del distrito de Tetuán. Más Madrid planteó al pleno la posibilidad de crear un espacio peatonal innovador, sin muchos detalles. Se limitaría más el tráfico, se ampliarían las aceras. Un bulevar modelo. “Por aquí circulan cada día cerca de 62.000 coches”, dijo una de sus concejalas. “Nada es posible sin voluntad política”, insistió. La propuesta duró exactamente dos segundos:
― Reconociendo la buena intención, vamos a votar en contra.
El PP fue tajante: “¡No ofrecen una alternativa para esos 60.000 coches!”, explicó el edil de movilidad, Borja Carabante. Vox, partidario del motor a todos los niveles, fue con todo: “Si el proyecto que nos presentan ahora es tan bueno… ¿Por qué no lo hicieron cuando gobernaba Manuela Carmena? La izquierda solo se acuerda de Tetuán con los titiriteros que sacaron la pancarta Gora ETA [hace cinco años]”. Esa pancarta no existió. Sí otra de Gora Alka- ETA que se mostró durante una obra de teatro que representaba un montaje policial. ETA, un clásico en el argumentario conservador, tardó en salir el pleno de la capital de España más de lo habitual. Concretamente, dos horas. Venezuela, por las dudas, salió a las ocho.
Más Madrid continuó después con otra propuesta. Planteó, con motivo del día internacional por la despenalización del aborto, una petición: “El derecho a toda mujer a ejercer su derecho al aborto en libertad”. Mientras se planteaba, los cuatro ediles de Vox bebieron agua negando con la cabeza. “Esto es una proposición de la patronal del aborto”, contestó la edil de la formación, Arantxa Cabello. “El aborto no es un derecho, es una desgracia. Nosotros vamos a derogar la ley en cuanto lleguemos al Gobierno. Ustedes solo tienen palabras para las clínicas del aborto, que bien que abortan y venden lo que han abortado”.
Más Madrid incidía, sobre todo, en el acoso que sufren las mujeres cuando acuden a las clínicas médicas para abortar. Ciudadanos, partidario del aborto, expresó así su punto de vista: “No tenemos que reconocer la existencia de la ley porque ya existe. Lo que hay que hacer es cumplirla. Si hay que decretar una zona de seguridad [para que no increpen a las mujeres que acuden a abortar] habrá que instar una zona de seguridad a la delegación de Gobierno (PSOE) y no al Ayuntamiento. ¿Sabéis que podemos debatir? La gestación subrogada”. Nadie entró al trapo. El PP votó en contra de la propuesta de Más Madrid. El alcalde, que guardó silencio, sí confesó en su última entrevista con EL PAÍS que derogaría la ley de 2010 y que regresaría, si pudiera, a la de 1985: permitir el aborto solo cuando sea un riesgo grave para la salud de la mujer, violación o malformación en el feto.
Minutos después, el concejal de Vox publicó un tuit de la vicealcaldesa Begoña Villacís saliendo del hospital con su hija recién nacida bajo el brazo acompañado del siguiente texto: “Rita Maestre, conocida como la anticapillas, ha conseguido que el pleno municipal reconozca ‘el derecho de toda mujer a ejercer su derecho al aborto en libertad’, gracias al apoyo entusiasta de Begoña Villacís y un Ciudadanos sin norte”. El tuit se compartió cientos de veces en cuestión de segundos. La vicealcaldesa contestó en su propia red social: “Este tuit, y la foto que incluye, es lo más bajo que he visto en mucho tiempo. No vuelvan a utilizar la foto de mi hija”. 20 minutos después, el tuit desapareció sin más explicaciones, como por arte de magia. El edil de Vox dijo en el pleno: “No tengo problemas en pedir disculpas. He sacado una foto pública de Villacís y la he retirado, sin más”.
Las horas en el pleno se dilataban. Se habló de las inversiones del Gobierno en el aeropuerto de Barajas, de la pirámide teatral que pretender instalar Nacho Cano en Hortaleza... el cansancio hacía mella en los ediles. Había 71 puntos en el orden del día y a las 17.20 todavía se iba por el 42. Villacís propuso entonces una jugada maestra para alejarse del PP, con quien forma Gobierno, y de Vox, que le dio la llave del Gobierno. La propuesta consistía en un respaldo público de los partidos del Ayuntamiento a una iniciativa del Parlamento europeo de hace solo unos días. Se reclamó a todos los estados que tomaran medidas para poner fin a la discriminación por razón de orientación sexual. El PP ―aquí el ojo de Villacís― votó en contra en Europa. La concejal popular, sin embargo, defendió así la idea de Ciudadanos en el Ayuntamiento: “¿Dónde está la izquierda cuando se persigue a las personas LGTBI en Venezuela? ¿Y en Cuba? ¿Y en Afganistán? ¿No tienen derecho?”. El secretario, Federico Andrés de la Riva, pidió entonces que se votara la propuesta. Silencio. Y, de pronto, miró hacia el presidente del pleno, del PP, y dijo:
― ¡Joder! ¡Qué mala es votando!
Los concejales de todos los partidos se quedaron atónitos. El micrófono, al contrario de lo que pensaba, estaba activo. Se refería así a la portavoz del PP, Andrea Levy, que tenía dudas con el procedimiento. El PP, finalmente, se abstuvo. Y el secretario, a regañadientes, ni se contuvo:
― ¡Joder... macho!
Zurriburris del pleno.
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