El olor a quemado del incendio de San Sebastián de los Reyes se extiende por Madrid
Emergencias 112 ha recibido 260 llamadas de ciudadanos de toda la capital y de Leganés y Torrejón que alertaban de un fuerte tufo a goma quemada o a madera
Huele a chamusquina en la capital y en varios municipios de la Comunidad de Madrid y aún lo hará durante unos cuantos días más. La causa de esta peste a quemado, aclara Emergencias 112, son 5.000 metros cúbicos de ramas y restos de vegetación que arden desde el miércoles en la fábrica de compostaje de San Sebastián de los Reyes. Los bomberos tienen controlado el fuego, ...
Huele a chamusquina en la capital y en varios municipios de la Comunidad de Madrid y aún lo hará durante unos cuantos días más. La causa de esta peste a quemado, aclara Emergencias 112, son 5.000 metros cúbicos de ramas y restos de vegetación que arden desde el miércoles en la fábrica de compostaje de San Sebastián de los Reyes. Los bomberos tienen controlado el fuego, que se originó durante las fuertes tormentas, y están a la espera de que se consuma por completo. Como no son materiales químicos, no hay peligro para la salud ni hay que tomar medidas de prevención, según el 112.
La chispa en las redes prendió el jueves por la tarde y el 112 cuenta que anoche recibió “numerosas llamadas” de ciudadanos asustados por un fuerte olor a quemado. Los avisos provenían de todos los puntos de la capital, pero también hubo alguno de municipios como Leganés y Torrejón de Ardoz. En respuesta al tuit lanzado esta mañana por el 112 para calmar a la población, varios usuarios de la red comentan el humo ha llegado este viernes a Valdezarza, un barrio del distrito de Moncloa-Aravaca, y al distrito de Chamartín de la capital, así como en la zona del Arroyo de la Vega de Alcobendas y hasta en Fuenlabrada y Alcorcón. El jueves, se quejaban en la plaza de Tirso de Molina, Sol, Moratalaz, Ciudad Lineal, San Blas, Vallecas y Vicálvaro.
“Desde la medianoche del día 2 hasta este mediodía hemos recibido 260 llamadas que hablan de un olor a goma o a madera quemadas”, puntualiza Javier Ayuso, uno de los portavoces del 112, que no considera de importancia el número de avisos. “Toda la noche con ese olor que entraba por las ventanas. Pensaba que se había quemado algún contenedor en mi calle”, comenta en Twitter una vecina de la capital. “Vivo en Chamartín y anoche casi llamo porque el olor era muy intenso, pero como no veía humo ni fuego…”, añade otra. “No hemos podido pegar ojo por el olor a quemado″, confiesa una tercera. Hay quien incluso pasó “toda la noche rayado con que alguien había encendido la chimenea en septiembre”.
Emergencias explica que el tufo proviene de la combustión generada por la gran cantidad de residuos que continúan ardiendo en la planta de biomasa, situada en el kilómetro 13,500 en la carretera M-111, en la que siguen trabajando dos dotaciones de bomberos de la comunidad. “Los vientos flojos y cambiantes se han llevado el humo a la capital, donde se ha quedado estancado a merced de estos vientos”, indica, lo que hace que casi todos los barrios se han visto afectados en algún momento.
¿Es perjudicial? ¿Se debe que tomar alguna medida como no salir a la calle, abrir las ventanas o hacer ejercicio al aire libre? “En principio no hay riesgo para la salud y no es necesario adoptar ninguna precaución”, tranquiliza Ayuso, que aclara que Summa solo ha atendido una incidencia de salud relacionada con el incendio. “Llamó una mujer que afirmaba estar algo afectada y sentir cierto ahogo, pero porque padece una patología pulmonar previa y no era nada grave”. La Consejería de Medio Ambiente ha comunicado al 112 que “la calidad del aire es buena” y los bomberos subrayan que no se trata de un humo químico, que pueda irritar la piel o producir picor en los ojos. “Es humo vegetal, como el de una barbacoa. Es molesto, porque huele mal, pero no te vas a intoxicar”, detalla Ayuso.
La fábrica, que se dedica a la recogida y al tratamiento de restos vegetales y tiene una extensión de unas 20 hectáreas, acumulaba una gran cantidad de material, pero “bien compartimentado” en montones separados de unos 10 metros de altura. Un rayo caído sobre uno de estos gigantescos cúmulos fue el origen del incendio, que solo afecta al 10% del total de restos, unos 5.000 metros cúbicos.
Los bomberos perimetraron la zona afectada para que el fuego no saltara a otros montones y ahora están dejando que se consuma por sí solo. ¿Por qué no lo apagan? Porque costaría demasiado y no merece la pena. “En estos casos, en los que no hay riesgo de propagación, lo que se hace es dejar que se queme. El fuego tiene hasta 14 metros de altura en algunos puntos y habría que invertir un montón de personal, de material y de maquinaria para remover los restos y apagarlo”, indica Ayuso. Los efectivos seguirán allí vigilando y refrescando la zona hasta que las llamas se consuman lentamente, lo que, dependiendo de su evolución y de factores meteorológicos como el viento, puede suceder dentro de tres a cinco días.
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