Y Ayuso eclipsó el segundo aniversario de Almeida
El alcalde de Madrid anuncia que se abre a integrar a miembros de Ciudadanos y de Vox para las próximas elecciones de 2023
Una señora de unos 80 años muy coqueta se sienta en una mesa redonda en uno de los grandes salones del céntrico hotel Ritz, donde el lujo se percibe hasta en el tintineo de las cucharillas de café. La mujer, de momento, no ha venido a hospedarse. Ha acudido para desayunar gratis, observar a la alta política madrileña y a escuchar al alcalde José Luis Martínez-Almeida, que este martes cumplía dos años al frente del Ayuntamie...
Una señora de unos 80 años muy coqueta se sienta en una mesa redonda en uno de los grandes salones del céntrico hotel Ritz, donde el lujo se percibe hasta en el tintineo de las cucharillas de café. La mujer, de momento, no ha venido a hospedarse. Ha acudido para desayunar gratis, observar a la alta política madrileña y a escuchar al alcalde José Luis Martínez-Almeida, que este martes cumplía dos años al frente del Ayuntamiento de Madrid. Minutos antes del desayuno informativo, la señora se toma un minicruasán, una tapita de jamón, una piña cortada, un zumito de naranja natural y un café con leche. A las 9.05, Almeida sale al escenario. La señora, discreta, decide cerrar los ojos y dormirse un rato. Bueno, casi toda la charla. Ha sido un desayuno del que se esperaba escuchar algún anuncio de calado importante. Sucede en la mayoría de los coloquios políticos en los que hay varios empresarios. Pero aquí, no. Fue un monólogo del alcalde de casi una hora.
El 15 de junio era un día grande para el PP madrileño, que sabe vender muy bien los actos mediáticos. Al desayunoaniversario acudió casi toda su plana mayor. El presidente nacional, Pablo Casado; la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso; la delegada del Gobierno, Mercedes González; la vicealcaldesa, Begoña Villacís; los concejales y hasta varios diputados regionales y nacionales. El PP estaba feliz. Todos sonreían. Pero —casi siempre hay un pero en los actos del PP— Ayuso atravesó entonces uno de los pasillos del hotel junto a su equipo de prensa. Las cámaras y los fotógrafos comenzaron a agolparse alrededor de ella y, al contrario que el presidente Casado, la presidenta se frenó en seco. Estaba comodísima ante tanto revuelo mediático.
— ¿Estáis todos?―, preguntó a los periodistas un miembro de protocolo a la prensa.
Y sin medias tintas, lanzó su discurso: “Me sigue pareciendo una humillación que el Rey tenga que firmar los indultos. No he rectificado”. La presidenta, incluso, llegó a autopreguntarse como si fuera una periodista: “¿Sobre Pablo Casado? Piensa lo mismo que yo”. Y sonriente, saludó a los presentes y se sentó en otra mesa redonda junto a Casado, Villacís y la delegada del Gobierno. El discurso de Almeida, que básicamente fue un balance de sus dos años de mandato con Ciudadanos, se solapó de inmediato. Ayuso acaparó todos los titulares de los diarios y de las televisiones en un día señalado en rojo por el equipo del alcalde.
“Hace dos años me enfrentaba al desafío y el reto de dirigir una ciudad”, dijo Almeida tras subirse al escenario. “PP y Ciudadanos éramos dos partidos, pero formábamos un equipo. No importaban nuestros intereses, sino los madrileños”. Aquí recordó que las obras de Madrid Nuevo Norte van a comenzar, que, según su balance, se hizo una buena gestión de la borrasca Filomena y que, aunque faltan dos años para las próximas elecciones, se abre a integrar a miembros de Ciudadanos y de Vox en su futura lista. Al final, se hizo un breve turno de preguntas escritas filtradas por el moderador. “¿Qué le parece la reunión bilateral entre Pedro Sánchez y el presidente de Estados Unidos de 29 segundos?”, le cuestionaron. Y Almeida, como si estuviera en El club de la comedia, no dijo ni mu durante 29 segundos. “Si se me ha hecho largo a mí, imaginad a Biden”. Risas.
Dos horas después, por si fuera poco, el PP organizó otro acto en Madrid Río. Aquí, como antes, también se rumoreaba que se realizaría algún anuncio de calado para la ciudad. Pero nada. Ni rastro. Fue otro acto de propaganda para tratar de capitalizar las cámaras en el segundo aniversario de la llegada al Ayuntamiento. Con cerca de 35 grados y un sol de escándalo, los 26 concejales se sentaron en unos taburetes negros sin ninguna sombra alrededor. Tal fue la crisis, que los jefes de prensa de los distintos concejales comenzaron a repartir botellas de agua y abanicos azules a los pocos minutos. Aquí, la vicealcaldesa Villacís se confesó: “Teníamos muchas ganas de gobernar esta ciudad. Esto y ser madre es de las cosas más bonitas que he vivido”. Y recordó, al contrario que el pacto de su partido con la Comunidad, que la coalición sigue unida en la capital.
De pronto, una señora pasó por el paseo donde se encontraban los concejales: “¡Qué poca vergüenza, alcalde!”. Inmediatamente, dos ciclistas contestaron: “Vamos, alcalde, vamos, campeón”. Almeida, al terminar su turno de palabra, fue de nuevo directo con los presentes. “Quedan dos años. Que los madrileños no duden de que vamos a seguir trabajando. Estamos ilusionados”. El segundo aniversario de la llegada al poder había terminado, de momento.
Suscríbete aquí a nuestra nueva newsletter sobre Madrid.