Un “cambio de talante” para reformar un edificio protegido en plena Gran Vía

Almeida autoriza las obras para el uso comercial del cine Rex, cuyo proyecto original no tuvo el visto bueno municipal cuando gobernaba Carmena

El cine Rex, una de las diez salas desaparecidas en la Gran Vía desde los años ochenta.CARLOS ROSILLO

La segunda vida del cine Rex, en el número 43 de la Gran Vía de Madrid, será la de unos locales premium. Que esa metamorfosis haya tardado seis años en autorizarse —Axa Real Estate compró el edificio entero en 2015 por 42 millones de euros— refleja el profundo cambio que se quiere acometer en un edificio protegido. El Ayuntamiento de Manuela Carmena (Ahora Madrid) rechazó el proyecto en 2017 al entender que suponía “una alteración grave” de unos locales con...

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La segunda vida del cine Rex, en el número 43 de la Gran Vía de Madrid, será la de unos locales premium. Que esa metamorfosis haya tardado seis años en autorizarse —Axa Real Estate compró el edificio entero en 2015 por 42 millones de euros— refleja el profundo cambio que se quiere acometer en un edificio protegido. El Ayuntamiento de Manuela Carmena (Ahora Madrid) rechazó el proyecto en 2017 al entender que suponía “una alteración grave” de unos locales con valor arquitectónico, y al contar con un dictamen desfavorable de la Comisión para la Protección del Patrimonio Histórico, Artístico y Natural. Cuatro años después, el Consistorio de José Luis Martínez-Almeida (PP) ha aprobado inicialmente un nuevo plan para la reforma, que ahora cuenta con todos los informes favorables.

“Lo que más ha cambiado es el talante político de quien lo aprueba”, opina una fuente del sector que conoce al detalle este proyecto. “Se están aprobando más proyectos que antes en la capital”, añade. “El cambio es el punto de vista municipal, que es diferente, sin que esto sea una crítica a ningún partido”.

“Ya se había aprobado el cambio de uso en 2009. Ahora se autoriza un uso complementario”, precisan en el Ayuntamiento sobre el destino del cine y de dos locales aledaños. “Respecto a la corporación anterior, el proyecto para la modificación del Plan Especial se presentó en 2018 y se le requirió el aporte de más documentación, algo habitual”, añaden. “Luego la comisión de patrimonio hizo unas prescripciones por las que también tenían que aportar nueva documentación. Pero el interesado no lo aportó en plazo por lo que se desistió de ese procedimiento”, siguen. “Y ahora ha vuelto a presentarlo ya con toda la documentación e informes favorables de patrimonio. Ha sido una cuestión de tramitación, no de política”.

“La aprobación permite devolver la actividad a un edificio icónico e histórico de Madrid e integrarlo en la vida de la ciudad”, rematan desde la compañía promotora, que subraya su “satisfacción” y se enfrenta ahora a la reforma y conservación de un edificio icónico y protegido.

El número 43 de la Gran Vía fue construido en 1943. Lleva la firma de Luis Gutiérrez Soto, el arquitecto de los cines Callao. Desde 2015, se ha comercializado en dos partes. La principal, que estaba ocupada por el Hotel Rex, es ahora el Room Mate Macarena. Lo problemático ha sido lograr convertir sus bajos, ocupados por el cine, y el local Gonzalo Modas, al mediano comercio. Del dinero que hay en juego da pistas el siguiente anuncio colgado en Idealista.

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“Local para restauración en Gran Vía 43 muy bien situado en el distrito centro de Madrid”, se lee en el portal inmobiliario. “En el mismo edificio se acaba de inaugurar el Hotel Room Mate Macarena”, se añade. “La superficie construida es de 378,48 m² aproximados (...) y la renta que solicita la propiedad de partida por este espacio sería de 25.000 euros al mes”.

Según los informes municipales, la reforma debería respetar los elementos decorativos que caracterizan a los locales. De llevarse a cabo, la superficie resultante tras la intervención en plantas correspondientes con los locales sería de 1.963,91 metros cuadrados, según la documentación del expediente.

“Nos preocupa el resultado, porque ya hemos visto muchos casos en los que las decoraciones se desplazan y nada se parece a lo que era”, avisa Alberto Tellería, Arquitecto, historiador, e integrante de Madrid, Ciudadanía y Patrimonio. “Y esto no se ve hasta el final, que es cuando te encuentras los destrozos. El Ayuntamiento tolera descripciones ambiguas”.

Así, el Rex pasará definitivamente a formar parte de la larga lista de cines desaparecidos en las mejores zonas de la capital de España para dejar su sitio a locales de lujo. Entre ellas, y solo en la misma calle Gran Vía, salas como las del cine Azul, el Actualidades, o el Imperial. Allí ha levantado la sede de Primark el mismo estudio que ahora reformará el Rex: RCCyP, que dirigen Sara Martín Madruga y Luis Galiano.

La decisión llega en un momento clave. Pocas calles comerciales del mundo han sufrido tanto el impacto de la crisis del covid como la Gran Vía. Esta vía comercial perdió un 63% de presencia de peatones entre los meses marzo de 2020 y marzo de 2021, según un estudio publicado por la inmobiliaria Cushman & Wakefield con datos de la compañía MyTraffic. Las restricciones a la movilidad y los aforos que ha llevado aparejada la pandemia han golpeado especialmente a una vía comercial que vive por y para los turistas. Alrededor de un 30% de sus locales han estado cerrados durante la crisis. Próximamente abrirán algunos nuevos. Entre ellos, los del cine Rex.

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