La madurez pictórica y personal de Miguel Herrero, según su hijo

Iván Herrero comenta el cuadro ‘Multitudes II’, que refleja la etapa tardía del pintor, de color inesperado, maestría en el trazo e influida por el calor familiar. Puede verse en la Fundación Carlos de Amberes

'Multitud II' (1990) puede verse en la exposición 'Soñando universos'.Cedida por Iván Herrero

“Son personajes anónimos de rostros apenas definidos con los que se muestra al ser humano como una multitud de solitarios. Están retratados con pinceladas más sinuosas, que construyen figuras de tal volumen que parecen esculturas”, comenta Iván Herrero frente a Multitudes II (1990).

Destaca la maestría en el dibujo que su padre Miguel Herrero (Madrid, 1922-1994) alcanzó en su etapa de madurez. Como muestra, la que es una de las obras que la Fundación Carlos de Amberes presenta hasta el 2...

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“Son personajes anónimos de rostros apenas definidos con los que se muestra al ser humano como una multitud de solitarios. Están retratados con pinceladas más sinuosas, que construyen figuras de tal volumen que parecen esculturas”, comenta Iván Herrero frente a Multitudes II (1990).

Destaca la maestría en el dibujo que su padre Miguel Herrero (Madrid, 1922-1994) alcanzó en su etapa de madurez. Como muestra, la que es una de las obras que la Fundación Carlos de Amberes presenta hasta el 23 de abril dentro de la muestra Soñando universos.

Esta obra tardía no es una de las más conocidas del madrileño, pero sí una de las que mejor definen su evolución personal y pictórica. Como artista fue versátil. Además de pintor, trabajó como director de cine (adaptó La metamorfosis de Kafka), guionista y poeta. Sus cuadros, cuyas temáticas en sus primeros años conectaban con el flamenco, la tauromaquia y la España de su tiempo, llegaron a museos y galerías de países como Japón, Suiza y Estados Unidos y a las colecciones privadas de estrellas del cine como Alain Delon, Charles Chaplin, John Wayne y Mel Ferrer.

Pero lo que muestra la sala final de esta exposición es a otro hombre y a otro artista, centrado en la búsqueda de uno mismo y en cuestiones más profundas sobre el individuo y su entorno. Siendo uno de los creadores españoles más populares de la época, contemporáneo y amigo de Picasso y Dalí, había disfrutado hasta el momento de un calor externo hasta que la vida le llevó a uno más íntimo y pausado. Es cuando el color irrumpió también en trabajos como Multitudes II y su compañero Multitudes I, entre otros.

“Él afrontó un éxito temprano, siendo muy joven, ya en las décadas de los 50 y 60. Quedó colmado muy pronto de esa ansia a la que inspiran casi todos los artistas, del reconocimiento social. Tras conocer a mi madre [la bailaora y coreógrafa África Llanos], encontró otro tipo de amor y un entorno familiar. En ese aspecto, se calmó y tendió a otras formas más alegres y a la vez a temas más introspectivos”, comenta su hijo, quien junto a su madre trabaja por mantener el legado del artista.

Información: Exposición Soñando universos. Cuándo: hasta el viernes 23 de abril. De 10:00 a 20:00 horas. Dónde: Fundación Carlos Amberes (Calle de Claudio Coello, 99). Precio: acceso gratuito.

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