La periodista premiada que llegó a ser embajadora
La representante de Bosnia-Herzegovina en España ha ganado destacados galardones hasta que por la decisión de la Presidencia de su país fue nombrada embajadora
Danka Savic cambió los medios de comunicación, las exclusivas y los reportajes por la diplomacia, las relaciones internacionales y las embajadas. Ahora, lleva al frente de la legación de su país en España desde octubre de 2019, lo que le ha permitido disfrutar de la capital antes y durante la pandemia. “Ya conocía Madrid desde hacía 20 años, cuando estuve estudiando en París y visité bastantes países europeos. Es una ciudad que me encanta y en la que me siento muy a gusto”, reconoce.
Savic (Zenica, 51 años) estudió en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Sarajevo -dond...
Danka Savic cambió los medios de comunicación, las exclusivas y los reportajes por la diplomacia, las relaciones internacionales y las embajadas. Ahora, lleva al frente de la legación de su país en España desde octubre de 2019, lo que le ha permitido disfrutar de la capital antes y durante la pandemia. “Ya conocía Madrid desde hacía 20 años, cuando estuve estudiando en París y visité bastantes países europeos. Es una ciudad que me encanta y en la que me siento muy a gusto”, reconoce.
Savic (Zenica, 51 años) estudió en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Sarajevo -donde vivió su infancia-, en la Rama de Periodismo, formación que completó con un máster en Estudios Europeos. Uno de sus trabajos principales en los medios de comunicación fue informar del proceso de adhesión de Bosnia-Herzegovina a la Unión Europea. En 2012 fue nombrada la mejor periodista de medios impresos por reportajes sobre la integración europea. También obtuvo el galardón SrđanAleksić por reportajes sobre grupos marginados y vulnerables en su país. Su carrera comenzó en 1995 y la dejó en 2013, cuando, por el dictamen de la Presidencia de Bosnia y Herzegovina, fue nombrada embajadora en las repúblicas de Checa y Eslovaquia, con sede en Praga.
Cuando se le pregunta por la guerra de los Balcanes, reconoce que prefiere hablar de otro tema. Su familia pasó todo el conflicto bélico en la capital y, por suerte, todos sobrevivieron. Su hermano fue herido, y pudo superarlo. Pero lo que quiere transmitir es que aquellos tiempos ya pertenecen al pasado y que ahora lo importante es hablar de Bosnia y Herzegovina como un país con enorme potencial turístico.
Eso sí, reconoce el enorme esfuerzo que hizo el Ejército español al mandar a 46.000 soldados que estuvieron desplegados hasta 2010. De ellos, 22 murieron en esa misión de paz. Su primer acto en España fue colocar una placa conmemorativa con sus nombres en la parte exterior del Alcázar de Toledo. Además, también se les rinde tributo en la plaza de España en Mostar, cuya construcción fue financiada por el Gobierno español e inaugurada por el Rey Juan Carlos en 2012.
Pese a que la diplomática reconoce que la Guerra de los Balcanes quedó atrás, gran parte de los 3.500 integrantes de la colonia bosnia en España son refugiados que llegaron durante la contienda y se quedaron a vivir en la península. Se encuentran sobre todo en Valencia y Cataluña y, en su opinión, “están muy bien integrados”. Hace poco el abogado Bojan Dozet ha sido nombrado cónsul honorario de Alicante para atender a toda esa región mediterránea. Nacido en Sarajevo, llegó a España cuando tenía solo nueve años.
Savic habla bosnio, inglés, francés, algo de checo y está aprendiendo castellano. A veces le cuesta pronunciar algunas palabras, pero enseguida las vocaliza. Las partes más complicadas, más precisas, las comenta en inglés. “El trabajo de la embajada en España es muy distinto del que hacía en Praga. Hay mucha relación bilateral y mucho trabajo desde el coronavirus. No podemos hacer las recepciones como ocurría antes”, reconoce. De hecho, su país se salvó durante la primera oleada de un contagio alto, lo que no supuso que no se tomaran medidas para evitarlo. Eso sí, en las siguientes oleadas el número de afectados fue más alto. “En los últimos días, hemos vuelto a ver un aumento en el número de personas infectadas pero al principio de este mes hemos recibido primeros envíos de vacunas.”
Su trabajo al frente de la embajada también se han visto condicionados por la covid: “Los primeros meses fueron duros, somos un equipo pequeño y teníamos muchos compromisos y solicitudes de ayuda de parte de nuestra gente para volver a nuestro país. Al comienzo de la pandemia, teníamos turistas de Bosnia y Herzegovina en España, luego personas que tienen nuestro pasaporte y residen en uno de los países de la UE, y estudiantes Erasmus que se quedaron en varias ciudades españolas”. En esos meses, tuvo que viajar en varias ocasiones a Cádiz y Jaén para repatriar a compatriotas. “Después de las vacaciones, los estudiantes de Bosnia-Herzegovina están llegando de nuevo a España”, añade.
La diplomática reconoce que está muy cómoda en Madrid, una ciudad por la que le encanta pasear. Su residencia se encuentra en el barrio de Salamanca, lo que le permite ir andando a la sede de la embajada, en la calle de Lagasca. Conoció la ciudad por primera vez hace 20 años, cuando la visitó durante su formación. “Me encanta cómo vive la gente aquí, como conciben la vida, la cordialidad y la proximidad de la gente y todo esto hace que mi estancia aquí sea muy agradable. Me encantan los paseos largos y, siempre que puedo, visito museos, en especial el de Sorolla y el Museo de Prado”, reconoce. Uno de sus pueblos favoritos, además de San Lorenzo del Escorial y de Aranjuez, es Chinchón, donde viven varias familias bosnias.
Del día de entrega de las cartas credenciales a Su Majestad el Rey Felipe VI guarda un recuerdo muy grato como también de la ceremonia de este acto de cuya belleza había oído hablar previamente. “Su Majestad el Rey Felipe VI es una persona muy preparada que sabe muchísimo sobre mi país”, concluye la diplomática. A lo largo de estos dos años que lleva al frente de esta Misión Diplomática ha conocido muchos españoles que por motivos profesionales han estado en Bosnia y Herzegovina y que contribuyen a que su país se conozca por su belleza y hospitalidad.
Pendiente de ser socios de los olivareros
Uno de los trabajos fundamentales que tiene un embajador es fortalecer las relaciones comerciales entre los países. Uno de los objetivos que se ha marcado la embajadora Danka Savic para el futuro a corto plazo es que Bosnia-Herzegovina forme parte del Consejo Oleícola Internacional, cuya sede se encuentra en Madrid. Según la diplomática, su país tiene “gran potencial para el desarrollo de este cultivo” y el integrar “esa familia” podría aumentar la presencia en el mercado mundial. Para la embajadora lo primordial es aprovechar todas las oportunidades para presentar a Bosnia y Herzegovina como un destino idóneo para las inversiones extranjeras.
Otra de las bazas que también quiere potenciar la embajadora es la promoción del turismo de su país. El número de visitantes procedentes de España se ha mantenido hasta la pandemia, sobre todo a través vuelos chárter. Ahora, su intención es aumentarlos. “Pasear por Sarajevo es como si se paseara por la historia. Sus calles reflejan perfectamente el paso de las diferentes épocas”, afirma la diplomática. A eso se une también una gastronomía parecida a la española, con productos mediterráneos y una clara apuesta por la comida sana y saludable.