No han entendido nada

Mercedes González es portavoz adjunta del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Madrid

Estanque del Palacio de Cristal ubicado en los Jardines de El Buen Retiro.Eduardo Parra (Europa Press)

Hace poco más de tres meses, Madrid vivió un momento histórico. La pandemia nos enfrentó a una situación que jamás las ciudades habían experimentado: parar de manera intencionada. El mundo urbano fue silenciado para preservar la salud, lo que evidenció las debilidades e inconvenientes de la vida urbana, haciéndonos descubrir que como ciudad somos vulnerables, pero que como sociedad tenemos una fortaleza que no imaginábamos.

Esa fortaleza impulsó a todos los Grupos Municipales del Ayuntamiento de Madrid a acercar posiciones en muchos aspectos de diseño de ciudad antes impensables, y a in...

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Hace poco más de tres meses, Madrid vivió un momento histórico. La pandemia nos enfrentó a una situación que jamás las ciudades habían experimentado: parar de manera intencionada. El mundo urbano fue silenciado para preservar la salud, lo que evidenció las debilidades e inconvenientes de la vida urbana, haciéndonos descubrir que como ciudad somos vulnerables, pero que como sociedad tenemos una fortaleza que no imaginábamos.

Esa fortaleza impulsó a todos los Grupos Municipales del Ayuntamiento de Madrid a acercar posiciones en muchos aspectos de diseño de ciudad antes impensables, y a introducir en la agenda urbana un nuevo diseño de ciudad en el que la proximidad era la clave.

Así, nuestro acuerdo podría resumirse en la ciudad a quince minutos. Un concepto sencillo que no rompe nada, pero lo cambia todo. Dibujamos un Madrid en el que cada metro cuadrado existente se utilizaba más y de forma más eficiente. Apostamos por devolverle al espacio público su poder de convertirnos en ciudadanos y ciudadanas.

Con este acuerdo, dimos a nuestra ciudad el impulso político que necesitaba con una idea: humanizar Madrid, hacerla manejable y vivible para las personas. Más verde, más limpia y más conectada.

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Fuimos conscientes de que nos lo jugábamos todo y de que, si no queríamos fracasar como ciudad, teníamos que reinventarnos.

Han pasado más de 100 días desde que presentamos en sociedad ese acuerdo, y en Madrid no ha cambiado prácticamente nada. El gobierno municipal compuesto por PP y Ciudadanos no ha entendido que de los Acuerdos de la Villa emanó la idea de que Madrid, tal y como está planteada, no puede dar respuesta a las necesidades surgidas de la COVID-19, y se necesita un modelo de ciudad diferente.

No han entendido nada. En Madrid todo ha cambiado. Y mientras, siguen esperando a que escampe para recuperar su antigua normalidad. Pero cuando se quiten el chubasquero, Madrid no será la misma.

Sus partidos gobiernan esta ciudad y esta comunidad como si aquí no pasara nada, como si no estuviéramos en una situación de alerta sanitaria sin comparación en la historia de la democracia. Siguen aferrados a su vieja normalidad, al “virgencita, virgencita, que venga pronto lo de antes” mientras Madrid pierde oportunidad de abordar cambios estructurales decisivos y otras ciudades, dentro y fuera de nuestras fronteras, nos llevan ya muchísima ventaja.

Les falta, siendo generosos, voluntad y valentía. Les falta, siendo realistas, entender la dimensión de lo que estamos viviendo, y cuál es nuestro papel, su papel, como gestores de la ciudad.

No son conscientes de lo poderosa que puede ser la política municipal, y el urbanismo en particular, para cambiar la vida de las personas. Y se nos acaba el tiempo.

Los partidos de la oposición hicimos nuestra parte. Es hora de que ellos, empiecen de una vez a hacer la suya.

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