La extraña celebración de la reapertura de un consultorio en Arganda: “Nos ha unido como barrio”

Los vecinos del barrio de La Poveda vuelven a tener Atención Primaria en el barrio tras seis meses, aunque con menos personal y horario reducido

Concentración vecinal por la apertura del consultorio local La Poveda.VÍCTOR SAINZ

Entre los vecinos del barrio La Poveda (Arganda del Rey) reinaba este lunes la satisfacción de haber conseguido que se reabra su consultorio médico, cerrado desde marzo por el plan de reestructuración de Atención Primaria. Apenas había movimiento a mediodía en las calles aledañas del centro pero en el interior la situación era diferente. Durante toda la mañana el teléfono no ha parado de sonar, explicaba uno de los trabajadores. “Atendemos llamadas y ya si es grave dejamos que la gente venga. No es como antes que podían pasarse en cualquier momento”, explica sobre el protocolo vigente. Para l...

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Entre los vecinos del barrio La Poveda (Arganda del Rey) reinaba este lunes la satisfacción de haber conseguido que se reabra su consultorio médico, cerrado desde marzo por el plan de reestructuración de Atención Primaria. Apenas había movimiento a mediodía en las calles aledañas del centro pero en el interior la situación era diferente. Durante toda la mañana el teléfono no ha parado de sonar, explicaba uno de los trabajadores. “Atendemos llamadas y ya si es grave dejamos que la gente venga. No es como antes que podían pasarse en cualquier momento”, explica sobre el protocolo vigente. Para los pacientes también es un alivio. “Se les ha notado más tranquilos al saber que no tienen que ir al centro de salud de referencia que se encuentra a cinco kilómetros”, añadía el mismo trabajador.

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“¿Ya estáis abiertos? ¡Entonces me podéis dar de nuevo sintrom para mi marido!”, decía una vecina asomada a la puerta. La cita, eso sí, la tuvo que pedir por teléfono.

El centro se cerró por orden de la Consejería de Sanidad el pasado 22 de marzo tras la apertura del hospital de campaña de IFEMA contra la covid. En la Farmacia Guadalupe García, Mario Fernández cuenta que durante estos meses han hecho de médicos en algunos casos. "Pero si necesitaban receta médica no les quedaba otra que acudir al hospital”, subraya.

El centro reabre tras concentraciones semanales ante el centro sanitario, una multitudinaria manifestación por las calles de Arganda, una protesta ante la Asamblea de Madrid, una queja al Defensor del Pueblo y una recogida de firmas (500). No podían abrir por falta de profesionales y la necesidad de hacer obras para acondicionar el espacio.

El día de la apertura, el centro no ha presentado cambios, según otra empleada, que pidió no ser identificada. “Lo único que han hecho es poner a los de covid en la derecha y al resto en el otro”. Cree que el primer día ha sido un poco caos porque lo están poniendo en marcha, pero era necesario para el barrio y considera que la razón de su apertura es por la gripe. “La intención es habilitar una zona para vacunar a la población, así no se tienen que desplazar tanto”, apunta. Los trabajadores de este centro fueron reorganizados para atender en el de Arganda del Rey.

Los horarios de atención se han reducido considerablemente, según informan desde la asociación de vecinos de La Poveda. “Al principio nos dijeron que iban a abrir hasta las ocho de la tarde, pero finalmente es hasta las tres”. Una de las tres doctoras del centro está de baja, aunque la esperan los próximos días. También hay tres enfermeras. Antes del cierre de marzo, eran cuatro y cuatro.

El presidente de la asociación de vecinos, Juan Francisco Martínez, afirma que cuando se termine la pandemia reivindicarán la vuelta al horario antiguo hasta las 21:30. Pero la apertura es motivo de celebración y este lunes, en lugar de la manifestación semanal, los vecinos se reunieron en una pequeña plaza del barrio en el centro comercial La Estrella. Miembros de la asociación reparten pancartas en favor a la sanidad pública entre unas decenas de personas. Jesús Pérez, uno de los vecinos, espera sentado en un banco a que lean un manifiesto. “No pensaba que íbamos a lograrlo por eso estoy orgulloso. Nos ha unido como barrio”, dice. La lectura acaba y la gente se marcha a su casa con un aplauso mientras se escucha: “Lo hemos conseguido. Tenemos nuestro consultorio”.

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