Radicalmente libre
La Prohibida trabaja estos días de confinamiento en su nuevo disco al tiempo que hace conciertos por Instagram desde Lavapiés
Sin discográfica ni representante ni nadie detrás, lleva años de gira ininterrumpida. Álbum tras álbum, La Prohibida no ha dejado de cantar en directo tanto en España como en Latinoamérica. Ahora actúa a través de Instagram, desde Madrid para el mundo. Llama a esos conciertos En cautiverio. Los dos primeros han sido un éxito. “Me mandan fotos de gente que los proyecta en las paredes, vídeos de familias viendo el show con sus niños bailando... “, co...
Sin discográfica ni representante ni nadie detrás, lleva años de gira ininterrumpida. Álbum tras álbum, La Prohibida no ha dejado de cantar en directo tanto en España como en Latinoamérica. Ahora actúa a través de Instagram, desde Madrid para el mundo. Llama a esos conciertos En cautiverio. Los dos primeros han sido un éxito. “Me mandan fotos de gente que los proyecta en las paredes, vídeos de familias viendo el show con sus niños bailando... “, comparte entusiasmada desde su casa en Lavapiés. “Este formato nuevo está resultando una sorpresa maravillosa”. Concibe cada concierto específicamente para esa herramienta, sacándole todo el partido.
Filtros y buen sonido. En las actuaciones incluso usa los filtros de Instagram. “Los filtros son como el maquillaje, una sofisticación más que se puede aprovechar o no. En mi caso, como vengo de un mundo de fantasía y color, los utilizo”. Elige uno distinto para cada canción. “Intento que haya variedad en la escenografía y realización. El otro día una amiga, la periodista Valeria Vegas, me decía que parecía que había vuelto a trabajar Valerio Lazarov”. Ensaya antes de cada concierto. “El sonido tiene que llegar a las casas lo más limpio posible. El primer día estuve horas ensayando en una cuenta privada con amigos que me iban contando conforme yo iba probando”. Actúa con el mismo micrófono inalámbrico y equipo que ha llevado a numerosos lugares. Entre canción y canción, interactúa. Al acabar, responde a los mensajes. “Al menos le pongo un corazón a cada uno que me escribe”.
Tiempo de donaciones. Antes del confinamiento, La Prohibida estuvo actuando al otro lado del charco. Entre diciembre y febrero, tuvo conciertos en Buenos Aires, Los Ángeles, Chicago, Ciudad de México y Tijuana. Desde su regreso, estas semanas ha perdido numerosas actuaciones que tenía cerradas. Como tantas artistas, ha dejado de recibir ingresos. Por sus directos En cautiverio acepta donaciones por PayPal y Bizum. “En Londres algunas obras de teatro que cuelgan aceptan donaciones para los actores, aquí festivales como el Cuarentena Fest también están abiertos a donaciones… Es la única manera que tenemos de poder teletrabajar”. Su próxima actuación será benéfica. Cantará para la Fundación 26 de Diciembre. “Están ayudando a mujeres trans en Madrid que están en peligro de exclusión, personas que ahora mismo no tienen ningún medio de subsistencia. Vamos a tratar de recaudar la mayor cantidad de dinero para apoyarles. En la fundación hacen una tarea impresionante. Son unos héroes”.
Hormigón crudo. Justo ahora hace un año que salió su último disco, Ruido. “No sabía cómo iba a calar un disco tan gris, con menos canciones alegres que los anteriores, pero era lo que quería hacer. Me lancé, como siempre he hecho en mi vida”. La imagen y los videoclips están localizados en lugares de arquitectura brutalista. Edificios de hormigón crudo que fascinan a La Prohibida. “Siempre he estado muy obsesionada con el brutalismo. Cuando visito cualquier ciudad me gusta descubrir edificios de ese estilo”. A las afueras de París, en Ivry Sûr Seine, están los que eligió como escenario para uno de los videoclips, el de Ruido, dirigido por Hugo López. “Siempre había tenido ganas de hacer algo así en un entorno como ese”.
Dos décadas. La Prohibida debutó como cantante en el año 2000. “Soy absolutamente independiente. Siempre he hecho lo que me ha apetecido y por suerte he podido vivir de ello. Soy mi propia empresa, mi discográfica, mi representante, mi productora, mi distribuidora, mi gestora. Todo lo hago yo”. Lo controla todo. Su discografía ha sido autoproducida y, desde el penúltimo álbum, autoeditada. “Si tuviera un equipo detrás sería mucho más cómodo, pero llevo toda la vida haciendo esto y estoy completamente acostumbrada. Es mucho trabajo, pero la parte buena es que los beneficios son íntegros para mí”. En 2005 se publicó Flash, su primer álbum de estudio. Después vinieron Sr. Kubrick, ¿qué haría usted?, 100k años de luz y Ruido. Los dos últimos los publicó gracias a campañas de crowdfunding. “Sin Internet mi carrera habría sido completamente diferente”.
Cómplices habituales. Su tema Baloncesto ha superado los tres millones de reproducciones en las plataformas de streaming. La letra y la música es de Víctor Algora, autor de otras canciones de la discografía de La Prohibida. “Era fan suya desde su primer disco. Fan de póster, de ir a conciertos”, relata la artista. Nacho Canut, Paco Bezerra, Mauro Canut o Fran Loud también han escrito letras para ella. “Un lujo de autores. Tengo mucha afinidad con ellos. Son muy generosos y siempre me dan libertad para expresarles mi opinión”. En estos años ha grabado canciones con Joe Crepúsculo, Papa Topo o Miss Caffeina. “Intento no pensarlo mucho porque si lo pienso me pongo muy nerviosa. Por mi parte hay una admiración enorme, son artistas muy grandes”. Dos canciones de La Prohibida han sido versionadas por Fangoria en distintos discos, Flash y Eres tan travesti. “Es un honor. Alaska y Nacho forman parte de mi vida. Hace años que estoy pensando qué canción de Fangoria voy a versionar, pero hay tantas que nunca me decido”.
Vida doméstica. Aprovechando el forzoso encierro, está trabajando en su próximo disco. “He empezado ya. Grabo las voces por teléfono para las maquetas. Es un poco raro, pero es la manera de ir avanzando a distancia”. Acostumbrada a viajar sin parar, los primeros días de cuarentena la casa se le caía encima. “Llevaba mucho tiempo con demasiado estrés. Ahora me doy cuenta de que tenía que bajar el ritmo”. Estos días cocina y hace deporte. “Tengo un gimnasio montando en la salita. Estoy haciendo dos horas de ejercicio a diario. Me voy a quedar estupenda”. Cada día, a las ocho de la tarde sale al balcón para aplaudir junto a sus vecinas y vecinos. La Prohibida vive en Lavapiés. “Es un barrio alegre, lleno de vida, donde cabemos todos y todas. Estoy muy feliz en este barrio y aquí me quiero quedar”.