Un desahucio para el Gobierno Sánchez

El edificio es el antiguo Archivo Histórico de Protocolos, un inmueble de 1886, de estilo medievalista, perteneciente al Ministerio de Justicia, vacío desde hace cinco años

Interior del nuevo edificio ocupado de la calle de Alberto Bosch, donde el domingo pasado se servía comida y bebida.DAVID EXPÓSITO

Un edificio de porte señorial, en el corazón del Madrid de alcurnia que transcurre entre El Retiro y el Museo del Prado, es desde hace unos días la capital de la Okupación. Los mismos que fueron expulsados por el alcalde Almeida en una noche del pasado 13 de noviembre de un edificio en la calle del Gobernador, 39 después de convertirlo durante dos años en un denominado ...

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Un edificio de porte señorial, en el corazón del Madrid de alcurnia que transcurre entre El Retiro y el Museo del Prado, es desde hace unos días la capital de la Okupación. Los mismos que fueron expulsados por el alcalde Almeida en una noche del pasado 13 de noviembre de un edificio en la calle del Gobernador, 39 después de convertirlo durante dos años en un denominado Centro Social Autogestionado por nombre La Ingobernable, actuaron en consecuencia: hicieron un casting del centro de Madrid y encontraron en la calle de Alberto Bosch otro inmueble vacío, en perfecto estado, que databa de 1886 y que durante años fue la sede del Archivo Histórico de Protocolos, dependiente del Ministerio de Justicia. El cambio de sede de los okupantes no es inocente: el edificio en cuestión no es de propiedad municipal, como el anterior, sino de la Administración central. Ya no es Almeida quien tiene que desahuciarlos. Ahora la decisión le corresponde al Gobierno Sánchez. Y eso tiene su miga, políticamente hablando.

Después de cinco años vacío, el interior del inmueble ha vuelto a la vida. O a otro tipo de vida. Donde antes solo se escuchaban los pasos de los funcionarios, estos días surge desde las ventanas del sótano el sonido de una canción de bachata de Juan Luis Guerra. Donde antes se conservaban, entre otros documentos, los protocolos reales de los escribanos que habían fallecido en Madrid, además de documentos notariales con una antigüedad que se remonta a 1504, ó 46.000 escrituras públicas entre las que pueden encontrarse firmas tan ilustres como las de Miguel de Cervantes, Francisco de Goya o Santiago Ramón y Cajal, de ese arsenal de silencio, legajos y polvo solo quedan 6.000 metros de estantes vacíos, unas estancias amplias y señoriales y, naturalmente, el polvo, que unos jóvenes provistos de guantes y mascarillas tratan de eliminar. Los jóvenes están acondicionando el lugar para la celebración de la primera asamblea de la Nueva Ingobernable. Antes han colocado una pancarta de color morado que cuelga en la fachada desde unas ventanas de la segunda planta y que reza: “Seguimos en el corazón de Madrid”.

En el interior del edificio no huele a rancio, sino a hummus y guacamole, que los okupantes digieren con pedazos de pan caliente. Están preparando acciones y cartelería previa a la manifestación del 8M. “Este nuevo espacio servirá para albergar acciones del movimiento feminista y servirá de apoyo durante el domingo para que las mujeres tengan un sitio donde comer y descansar antes de la manifestación”, afirmó un portavoz después de la primera asamblea. En una pared, la gente escribe sus propuestas para nuevos talleres: clases de boxeo, yoga, tango, teatro social callejero y un taller de cuerdas son algunas de las propuestas. Los hay que, previsores, reclaman ya un taller para aprender a okupar. Los diferentes comités se organizan para traer mesas, sillas y productos de limpieza de sus casas. Desde La Ingobernable invitan a todos los vecinos a unirse al nuevo centro: “Vengan hoy con su tía, su abuela y su amiga a la asamblea de La Ingobernable a las 19.00”.

En la foto, varios policías nacionales en la puerta del nuevo edificio ocupado por La Ingobernable en la calle de Alberto Bosch, el jueves por la mañana.DAVID EXPÓSITO

Pese a estar vacío, el inmueble no estaba abandonado. Ni mucho menos: sus instalaciones cuentan con luz eléctrica y agua. Todos los aseos están completos y en perfecto funcionamiento. Puestos a buscar una nueva sede, la elección ha sido perfecta. El cómo y el cuándo se produjo la mudanza/okupación es secreto. El colectivo carece de un portavoz, habla a través de varias voces, y calla esa información. El pasado miércoles 4 de marzo se convocó una manifestación que salía de la Bolsa de Madrid a las 19.00 hacia la nueva sede de La Ingobernable. Pero nadie sabía dónde estaba ese destino final. Un destino sorpresa.

Coches policiales

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La hora y el lugar estaban bien- elegidos: los alrededores estaban repletos de coches policiales a causa de dos actos oficiales. En CaixaForum, un evento al que acudían el alcalde Almeida y la vicealcaldesa Villacís. No muy lejos, en la Iglesia de Los Jerónimos asistían el Rey Felipe y Doña Leticia al funeral por el empresario Plácido Arango. En un vídeo subido a las redes sociales se puede observar cómo la policía, confundida, llega a golpear las dos puertas del edificio de la calle del Gobernador, sospechando que habían vuelto a okupar la anterior sede. Finalmente, la manifestación llegó a su destino, pero no había nada que okupar. El edificio de Alberto Bosch ya estaba okupado desde hace unos días, sin que nadie lo advirtiera.

Las distintas voces del colectivo hablan de un “acto de resistencia y desobediencia ante las agresiones sistemáticas que los espacios autogestionados llevan soportando desde hace meses en la ciudad de Madrid, en referencia ya no solo al desalojo de la antigua sede de La Ingobernable, sino al de otros centros sociales como La Dragona, las amenazas al Solar Maravillas, así como intentos de retirar la cesión de espacios como La Salamanquesa”. El colectivo se refiere a la política de Almeida, que desde el primer minuto de su mandato se propuso combatir la okupación de locales. Pero la nueva sede no va a ser un problema para Almeida.

En La Ingobernable viven todo el proceso como una prueba de fuego al Gobierno: “Este es el momento en que vamos a comprobar si los gobernantes actuales se ponen de lado de espacios como La Ingobernable y los movimientos sociales que la componen o si sigue el discurso de criminalización de Almeida y sus compañeros de extrema derecha”. Almeida ya le ha pedido a Sánchez que desahucie. La pelota está ahora del lado del Gobierno.

Y el Gobierno ha actuado ya. El pasado viernes, un funcionario de Justicia se presentó en el edificio para notificar a quienes estaban en su interior que se iniciaba un procedimiento administrativo para su recuperación. Uno de los motivos es el de la seguridad de los ocupantes, ya que, según los técnicos, la situación del inmueble no es segura. Estos rechazaron recoger esa notificación por lo que se publicará, en próximas fechas, un edicto. A partir de su publicación, habrá cinco días para presentar alegaciones. Será entonces cuando el Ministerio inicie un procedimiento administrativo, que no es civil, para su desalojo. Ese procedimiento incluye, entre otras fórmulas, la orden a la Delegación de Gobierno para que proceda al desalojo del edificio.


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